Hasta ahora tercera fuerza política, espacio ganado paulatinamente desde su creación en 1989, el panorama del Partido de la Revolución Democrática (PRD) cambió radicalmente no sólo por su fracaso en elecciones federales sino también por su desastroso desempeño en comicios locales. Con excepción de Zacatecas, el partido desapareció de las preferencias electorales en el norte y el Bajío, donde perderá el derecho al financiamiento público y presencia en los congresos.
- De acuerdo con los resultados obtenidos en las 30 elecciones concurrentes realizadas el primero de julio, el partido del sol azteca registró porcentajes de votación por abajo de 3 por ciento, a pesar de que en todas ellas participó de forma coligada con el PAN, acorde a su política de alianzas instrumentada desde 2016 como fórmula de sobrevivencia política ante el embate de Morena. Al retroceso electoral se añadirá una crisis financiera debida a la falta de financiamiento.
Aliado de la derecha
Su política de alianzas con Acción Nacional había disfrazado su consistente caída electoral desde 2015, cuando Morena irrumpió en el escenario político. Con la derecha como aliado, lograron avanzar en la conquista de gubernaturas a partir de entonces en entidades como Veracruz, Puebla y Quintana Roo, entre otras, aunque en realidad fueron conquistas blanquiazules que no se repitieron en 2018.
- En esta ocasión la alianza no le rindió frutos, pues la figura de su candidato presidencial, Ricardo Anaya, arrastró a la baja las preferencias de la coalición PAN-PRD y Movimiento Ciudadano, con un gran impacto en las votaciones y su efecto en la obtención de cargos públicos.
- En el ámbito federal, ocho senadores y 21 diputados será su nueva realidad, una de las más bajas de su historia, con lo que se reducirá al mínimo su influencia en las negociaciones políticas a escala nacional.
- Su efecto en el plano estatal será aún peor: en Aguascalientes, Baja California Sur, Campeche, Chihuahua, Coahuila, Colima, Durango, Jalisco, Nuevo León, Querétaro, Sinaloa, Sonora, Tamaulipas y Yucatán el PRD no alcanzó el 3 por ciento que exige la ley en algunas de las elecciones locales –gobernador (en las nueve donde se realizaron), diputados locales y alcaldes– para tener acceso al financiamiento público y presencia en el Congreso.
En Nuevo León, su peor desempeño
- En Nuevo León, el PRD registró su peor desempeño en comicios locales, donde apenas arañó 1 por ciento de la votación para diputados y alcaldes. En Tamaulipas alcanzó 1.12 por ciento; en Jalisco, 1.8, y en Colima obtuvo 1.32 por ciento (en los tres casos para alcaldes), lo que le permitirá sobrevivir con las prerrogativas de la pasada elección en los congresos locales. En Yucatán, donde también su proporción de votos se colocó por debajo de 2 por ciento –logró 1.9 para gobernador, en el mejor de los casos– perderá acceso al financiamiento.
La preservación de su condición como partido político nacional le permitirá al PRD mantener la posibilidad de contender en las siguientes elecciones locales en esa entidad, pero no tendría prerrogativas para gasto ordinario.
Del total de las entidades donde no obtuvo 3 por ciento, el PRD podría litigar el proceso electoral en Campeche, donde apenas quedó por debajo del umbral legal requerido con 2.99 por ciento en la elección de alcaldes, aunque no tendrá representación en el Congreso local.
- Las otras entidades donde tuvo un pobre desempeño electoral fueron: Aguascalientes, 2.78 en la elección del Congreso local; Coahuila, 2.51, en elecciones de alcaldes (aunque ahí mantienen presencia en el Congreso por los comicios de 2017); en Querétaro, donde sólo obtuvo 2.6 por ciento para diputados locales; en Sinaloa, con 2.1 por ciento –diputados y alcaldes–, y Sonora, 2.7 en elecciones del legislativo local./LA JORNADA