El PRI sobrevivió gracias al sistema de representación proporcional, pues fueron escasas las posiciones que obtuvo en votación directa. Con la votación más baja en sus 89 años de existencia, el Partido Revolucionario Institucional se enfrenta a una crisis sin precedentes.
- El 1 de julio pasado, el tricolor lo perdió casi todo: la Presidencia de la República, la mayoría en el Congreso federal, dos de los 14 estados que gobernaba, un centenar de municipios y su presencia mayoritaria en los Congresos estatales.
- Hasta antes de la elección de este año, la crisis más severa que había experimentado el partido era la de 2006, cuando de la mano de Roberto Madrazo se convirtió en la tercera fuerza política del país.
- El tricolor había perdido la elección presidencial por segunda ocasión, su candidato presidencial se ubicó en el tercer lugar de la votación, y sus bancadas se redujeron de 222 a 106 en la Cámara de Diputados, y de 57 a 33 en el Senado.
- A pesar de ello, sus 9.3 millones de votos equivalían al 22 por ciento del total, y era un partido con fuerte presencia local: gobernaba 17 estados con Congresos afines, lo que permitía a sus gobernadores ser figuras fuertes al interior del partido y hacer valer su peso frente al gobierno panista.
- De hecho, fue desde lo local que el PRI se reconfiguró y pudo regresar a Los Pinos, en torno a Enrique Peña, el gobernador mexiquense que en 2012 convirtió al PRI en una maquinaria imparable.
- Seis años después, su candidato presidencial, José Antonio Meade, registró la votación más baja en la historia del partido tricolor: 9.2 millones de votos (16.4 por ciento), de los cuales 7.6 millones fueron del PRI y el resto del Partido Verde.
- En la elección para el Congreso federal, las bancadas del PRI se reducirán a su mínima expresión: 45 diputados y 13 senadores. El PRI había llegado a 2018 con el menor número de gobernadores de su historia, 14. Y se fue con dos menos: Jalisco y Yucatán.
- Además, de los 27 Congresos estatales que se renovaron, al menos en 10 el PRI fue borrado al no ganar ningún distrito. Por primera vez, los gobernadores priistas deberán lidiar con legislaturas locales en donde su partido no sólo no será mayoría sino que estará en la «chiquillada».
- De los 12 gobernadores que tendrá el tricolor, sólo el de Coahuila, Miguel Riquelme, tendrá mayoría en su Congreso. Sus derrotas locales incluyen la pérdida de municipios y distritos en el Estado de México, su bastión emblemático.
Para las corrientes críticas del PRI, la debacle se debe a la pérdida de discurso, la imposición de candidaturas ajenas a la militancia y al descrédito de Peña Nieto. César Augusto Santiago, veterano operador político cercano a Roberto Madrazo, señala que el tricolor perdió su discurso, lo que ocasionó que sus candidatos, sobre todo el presidencial, no pudieran convencer ni al electorado ni a los priistas.
- «Nos fuimos al extremo en este sexenio. El PRI adoptó una posición a la derecha del PAN, o sea, en esta campaña el discurso del PRI fue más derechista que el PAN, por eso pusieron al señor Javier Lozano de vocero, un ultra conservador…
- La gente del PRI queda totalmente desconcertada, ¿qué pasó con nuestro nacionalismo revolucionario?, ¿qué pasó con nuestra tesis en materia económica de rectoría del Estado?, ¿en materia internacional?», cuestiona.
Para el priista, el causante de la crisis del tricolor no es Peña Nieto sino los dirigentes del partido, que aceptaron sus imposiciones.
- «El problema es el partido, porque un partido es el interlocutor entre la sociedad y el gobierno, y el PRI estaba obligado a decirle al Presidente: ‘bueno sí, eso es lo que piensa usted, pero en el PRI sostenemos una tesis socialdemócrata, en el PRI creemos que el petróleo es de los mexicanos», sostiene.
El líder nacional de la Corriente Crítica del PRI, Genaro Morales Rentería, señala que la imposición de candidaturas externas fue otro factor.
- «José Antonio Meade no fue capaz de conquistar el corazón de los militantes priistas ni de los de afuera, no lo digo yo, lo dicen las cifras. ¿Cuántos afiliados tiene registrados el PRI? Como 8 millones; si se compara el número de afiliados con el número de votos, no votó el número de afiliados, peor aún, no se desdobló ese voto», sostiene. /CON INFORMACIÓN DE REVISTA FORMA Y FONDO- REFORMA