El camino de los migrantes que cruzan Centroamérica y México en busca del sueño americano es peligroso, sí, pero aquellos que logran burlar a la patrulla fronteriza y se internan en Estados Unidos se enfrentan tal vez al peor de los crímenes: el odio.
Desde finales de los 90 los grupos anti-inmigrantes han proliferado y organizaciones de apoyo a latinos alertan hoy sobre niveles de xenofobia no vistos desde la década de 1920.
Esto, dicen, se relaciona con el grado de paranoia que el mismo gobierno estadounidense siembra en sus ciudadanos, al argumentar guerras en distintas partes del mundo con teorías conspiranoicas y amenazas exaltadas a su soberanía.
Según la organización Southern Poverty Law Center (SPLC) existen 940 grupos de odio activos y la mitad de ellos se ubica en la zona sur, es decir, en 14 de los 50 estados. Lo grave es que en los cuatro estados que colindan con México —California, Arizona, Nuevo México y Texas— operan alrededor de 160.
Esta organización ha documentado la friolera de 191 mil incidentes de odio al año, que incluyen actos criminales, marchas, manifestaciones y publicidad, la mayoría no denunciados.
Los grupos de odio están clasificados como neonazis, Ku klux Klan, racistas skin head, blancos nacionalistas, anti-LGBT, antimusulmanes, negros separatistas, extremistas nativistas, vigilantes de la frontera y otros grupos anti-inmigrantes.
Según cifras del FBI en 2012 se registraron 5 mil 796 crímenes de odio que involucraron a más de 7 mil víctimas. En el caso de quienes fueron agredidos por su nacionalidad u origen étnico, seis de cada 10 eran latinos.
Pues bien, hasta hace poco se reveló uno de los móviles por el cual actúan muchas de estas organizaciones, en especial las ubicadas a lo largo de la frontera, y es tan burdo, como muchas de sus acciones.
Ellos tienen la creencia de que México tiene un plan secreto llamado “Plan de Aztlán” para «reconquistar» con armas el suroeste de Estados Unidos.
Dicen que los latinos y migrantes poco a poco ganan terreno para abrir la frontera al ejército mexicano y así recuperar California, Nuevo México, Arizona y Texas, los territorios perdidos.
Emulando prácticas sectarias, los líderes de estas organizaciones han tergiversado los ideales de la comunidad chicana en aquel país, plasmados en el “Manifiesto Plan de Espiritualidad Aztlán”, que solo busca rescatar los orígenes latinos y afianzar su identidad.
“El Plan Espiritual de Aztlán” se desarrolla en tres acciones; primero, en fomentar el nacionalismo, esa fuerza organizadora que trasciende las divisiones de clase, religión, política y medios económicos.
Segundo, implementar los objetivos organizadores, que incluyen el control económico, la educación pertinente para los chicanos, las instituciones que sirven al pueblo, la autodefensa, mantenimiento de los valores culturales y la liberación política.
Y tercero, emprender las acciones propuestas que incluyen la diseminación de las ideas del plan, organización de protestas ausentándose temporalmente de las aulas escolares durante el Día de la Independencia Mexicana (16 de septiembre), defensa de la comunidad y construcción de nación independiente y de un sistema económico y político.
Este texto no refleja más que ideales, pero las mentes retorcidas de los líderes racistas ven en él una amenaza real, y fomentan el odio con base en sus líneas.
El texto es un artículo llamado “El Plan Espiritual de Aztlán” de Rodolfo y Alberto González bajo el pseudónimo Alurista, y fue publicado en el periódico El Grito del Norte de Albuquerque, Nuevo México, el 6 de julio de 1969.
PARA EL REGISTRO Guerrero se niega a dejar de ser nota. El estado arde y la violencia no se detiene. Dice el aún gobernador Ángel Aguirre Rivero que no es prioridad que deje o no el cargo, sino que se encuentren los estudiantes normalistas con vida. Afirma que duerme con la conciencia tranquila porque nunca ordenó ni ordenará asesinato alguno. Le recordamos, señor, que la omisión también es un crimen y usted es culpable de ello. ¿Cuánto mas podrá aferrarse a su puesto? El cerco se cierra *** Amenaza el sindicato del IMSS con no permitir que sus afiliados atiendan a posibles enfermos de Ébola que lleguen a nuestro país. Caray, ¡hagan algo con los sindicatos! Gracias. Hasta mañana.
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