La locura colectiva con el triunfo de la selección nacional sobre Alemania, se hizo presente. Fue una catarsis.
A México le hacía falta un triunfo en algo, no solo en corrupción y violencia.
Los que no desaprovecharon la ocasión fueron los partidos políticos que, raudos y veloces, se montaron en el triunfo tricolor.
Los presidenciable dijeron cualquier cantidad de babosadas queriendo sacar raja del triunfo ajeno.
Los primeros memes hicieron honor a las meretrices que agasajaron gustosas y costosas a algunos seleccionados días antes de que iniciara la contienda.
Con el triunfo todo se olvidó y hasta se puso el acento en que su sexolabor fue la clave de la victoria.
En la euforia hubo de todo: El Chucky Lozano pa’ presidente. Osorio hermano, ya eres mexicano…
No faltaron los exhibicionistas como el hijo de Felipe Calderón y Margarita quien mancilló la bandera nacional.
Escribió sobre ella que si gana El Peje se queda en Moscú. Ojalá y cumpla.
En el Ángel de la Independencia hubo por ahí un fanático que intentó hacer propaganda a favor de Morena. Lo echaron.
Otros, desde Rusia con amor, hicieron gala en sus redes de su rechazo a López Obrador.
Mala señal. Son torpes los “mirreyes” pamboleros. Millones que no pudieron estar en el estadio, por simple resentimiento social están a favor del Peje.
Pronto llegarán más “osos” si el seleccionado tricolor gana otros partidos… No tardan.
Ya por ahí, haciendo gala de salvajismo, algunos malandros quemaron una bandera alemana.
¿Para qué esa ofensa gratuita? ¿Simple estupidez? ¿Exceso de alcohol? ¿Acaso hay resentimiento anti nazi?
Recordemos a los mexicanos detenidos en el mundial de Brasil, por manosear a una señora brasileña y golpear a su marido. Iban ebrios.
Entre ellos había dos ex diputados del PAN: Sergio Eguren y Rafael Medina Pederzini, éste hoy en la campaña de Ricardo Anaya.
En ese mundial, el mexicano Alberto López Amores, quien andaba hasta las chanclas, se lanzó al mar desde un crucero.
Nunca lo encontraron, quizá los tiburones comieron mexicano al tequila.
Muchos han sido los escándalos de nuestros paisanos en mundiales.
En Francia 98, Rodrigo Rafael Ortega, hoy de 44 años, se hizo tristemente célebre al apagar con su chis la Llama Eterna del Arco de Triunfo.
Fue una ofensa mayúscula, un escándalo, pues se trata de uno de los monumentos franceses más importantes.
Quien iba a pensar, quien iba a pensar, que por una meada lo iban a apresar…
En Japón 2002 otro paisano detuvo la marcha del tren bala.
En Alemania 2006, Evaristo Madero movilizó al ejército alemán porque se quedó dormido en un búnker.
En Sudáfrica 2010, otro mexicano intentó ponerle sombrero de charro y jorongo a una estatua de Nelson Mandela. Así nos las gastamos.
En este mundial ruso estamos de lleno en la era de los memes que responden al bote pronto.
Uno de ellos, glorificando con euforia a las meretrices que le dieron suerte al tricolor, señaló:
Votemos mejor por las pu… ¿tas entendiendo?
Son un talismán y sus hijitos, sus hijitos, siempre nos han fallado…
Y hasta la próxima sean felices, aunque eso signifique… ¡calificar en primer lugar! Para enfrentarnos a las potencias.
Total, si en el día del padre armamos tanto desmadre ¿se imaginan si salimos campeones?