Con la pobreza y la salud como pretexto, a sabiendas de que era la última oportunidad de cambiar el rumbo de la elección, el cruce de imputaciones sobre corrupción de los contendientes se ubicó como temática real del tercer debate. Ansioso, Ricardo Anaya lanzó su resto contra Andrés Manuel López Obrador y advirtió a José Antonio Meade que lo metería a la cárcel. A pesar de los esfuerzos de los moderadores por reorientar la discusión, las fases más intensas del debate se centraron en el mutuo cuestionamiento acerca de la honestidad. Con insistencia, los moderadores preguntaron cuál será la fórmula para abatir la pobreza, y encontraron respuestas diversas. López Obrador explicó que la pobreza es otro de los efectos de la corrupción. “Lo que va a moderar la indigencia y la opulencia es el combate a la corrupción. Está demostrado que donde no hay corrupción, no hay pobreza. Al amparo del poder público se amasan fortunas, la corrupción es la principal causa de la desigualdad”./LA JORNADA