«Los pobres son pobres porque quieren», «Las personas forjamos nuestro destino»: estas son algunas de las frases que podrían aplicar para algún país lejano, pero no para México. En esta nación, los orígenes sociales y económicos muy probablemente terminarán por determinar el destino de las personas, salvo algún golpe del azar.
- «Naces pobre, mueres pobre», esa sería una frase más adecuada para describir nuestro país. La desigualdad nos atraviesa en todos los ámbitos: la posibilidad de acceder a una escuela, el tipo de escuela y el nivel de escolaridad y aprendizaje; el trabajo y el sueldo al que podemos acceder; si habremos de transitar hacia otro estrato socioeconómico; y hasta el tipo de vejez que tendremos.
Además, se agregan desigualdades para ciertos grupos de la población como indígenas, mujeres, jóvenes, población LGBTTTI, entre otros.
- «En México, no hay un piso parejo para todos. Hay igualdad en derechos en el papel, no en la realidad». Esta es la fotografía que se desprende del informe del Colegio de México (Colmex) Desigualdades en México 2018, elaborado por 11 investigadores de diferentes disciplinas que identifican las desigualdades en el ingreso, la educación, el territorio y el género, y las diferencias tan marcadas en la incorporación al mercado laboral y en el acceso a la seguridad social.
Educación
En los últimos años el acceso a la educación en México se ha ampliado. En 2015, se incrementó la matrícula de educación preescolar entre los niños de 4 años a 89%, un promedio similar al de los países de la OCDE. Sin embargo, «el origen social de los individuos y las condiciones de vida de sus familias restringen el potencial que la educación tiene de igualar oportunidades», refiere el estudio del Colmex.
- Aunque México ha ampliado la cobertura educativa, el nivel medio superior es el gran filtro en las trayectorias educativas. «La tasa neta de cobertura en dicho nivel, para el ciclo 2015-2016, alcanzó 59.5%. Esto se explica, sobre todo, porque muchos jóvenes que concluyen la secundaria no siguen al nivel medio superior y por la elevada tasa de deserción entre los que se inscriben (14.4% en el ciclo escolar 2014-2015», detalla el estudio.
- «No es suficiente el acceso a la educación, no cuando el acceso está asociado en las diferencias en la calidad educativa, en el aprendizaje», dijo la directora del Colmex, Silvia Giorguli, durante la presentación. Persisten desigualdades por tipo de localidad de la escuela. El estudio revela que la probabilidad de que un estudiante de una escuela urbana alcance buenos aprendizajes es entre 3 y 4 veces mayor que la de un alumno de una escuela rural.
Ingreso y movilidad
Si tomamos en cuenta que el mercado laboral constituye la principal fuente de ingresos, este tendría que ser un factor para aumentar la movilidad social y disminuir la desigualdad. Sin embargo, México tiene una de las tasas de movilidad social ascendente más bajas en el mundo. «Sólo 2.1% de los hijos nacidos en hogares en el quintil 1, pueden escalar socialmente en la edad adulta al quintil con mayor acceso (quintil 5)».
- Si comparamos al país con otros nos damos cuenta de la magnitud del problema. En México, la movilidad de ingreso ascendente es de 2.1, mientras que en Canadá es de 13.5, refiere la investigación. «Esta movilidad, sumamente baja, implica que el país no tiene un sistema efectivo para igualar las oportunidades de acceso a los ciudadanos a bienes y servicios cruciales», explican los autores en el estudio./CON INFORMACIÓN DE HUFFINGTON POST