En México hay una popular leyenda urbana que suele repetirse cerca de las elecciones. Se dice que los cajeros automáticos de los bancos se quedan secos en las ciudades pequeñas y medianas en las jornadas electorales; por la cantidad de recursos que los aparatos clientelares de los partidos políticos y sus candidatos utilizan para garantizar el triunfo electoral. Hoy existen datos que podrían dar veracidad al mito. El Banxico muestra que los años con elecciones se vive un aumento inexplicable de dinero en efectivo. Por ejemplo, durante las presidenciales de 2012 y las intermedias de 2015, el flujo aumentó más de 37 mil millones de pesos, 5%, en los meses anteriores a los comicios. Esto sin que existiera un fenómeno estacional, de consumo o crecimiento que explique el repunte./EL PAIS