María y Esmeralda son escorts extranjeras que trabajan en México y se inventaron nuevos nombres, diferentes a los que usan para ofrecer sus servicios, a fin de protegerse. Tienen miedo de que su identidad salga a luz por las amenazas que unos policías les hicieron: ser arrestadas o deportadas. Afirman que no han sido extorsionadas por los sitios web donde se han anunciado, pero sí por el crimen organizado y autoridades policiales. Esmeralda es colombiana y radica en México desde hace cuatro años; publicaba sus servicios de compañía y giras por la República en el portal ZonaDivas. La primera vez que llegó a Torreón, Coahuila, pudo atender a varios clientes. Después de unos meses decidió regresar, pero recibió una llamada en la habitación del hotel, en la que le dijeron que tenía que “pagar piso”, de 100 a 200 dólares por día, si quería trabajar. Tomó sus maletas y se fue; “son ciudades que uno descarta por miedo y porque tienes que pagar”, menciona./EL UNIVERSAL