A menos de dos meses de las elecciones y frente a un ambiente adverso, José Antonio Meade ha tomado las riendas de su campaña y se ha convertido en el jefe político del PRI.
- El domingo el candidato presidencial se asumió como “priista” y dejó en claro que su campaña tendrá una nueva orientación para buscar asegurar el “voto duro” tricolor mientras trata de evitar más deserciones y termina con los rumores de una probable declinación a favor de Ricardo Anaya.
- El evento en la explanada de la sede priista fue un encuentro lleno de símbolos para los militantes tricolores: Meade con la clásica chamarra roja, con toda la cúpula tricolor presente, y con el nuevo presidente del PRI, René Juárez en primera línea. Un mensaje a las bases, toda una declaración de intenciones, la consagración de Meade.
- En un partido que concede tanta importancia a las formas, el candidato parece haber logrado con éxito romper la brecha que se había abierto entre el núcleo de su campaña y la línea dura del partido, ese priismo de cepa tan bien representado en los movimientos territoriales, los sindicatos, los sectores, aquellos que habían mostrado cierta renuencia ante la postulación.
El 1 de julio se verá si este cambio radical de Meade hacia el voto duro priista le alcanza para cerrar la contienda a un nivel competitivo que le permita ganar la elección. Pero sin duda este cierre de filas podría beneficiar al PRI en su conjunto para evitar uno de sus peores resultados electorales.
“Vamos a ganar con los dirigentes estatales, con los responsables de los distritos, con los líderes seccionales, con todos los militantes que entusiasmados y comprometidos van a defender el legado”.
La gran fortaleza del PRI y en donde radican sus esperanzas de éxito sigue siendo su maquinaria electoral
“Somos los únicos que tenemos la capacidad de convocar y de convencer a un ejército de millones de militantes y simpatizantes que saldrán a la calle, que tocarán puerta por puerta en todas las manzanas, en todas las colonias, en todas las secciones de todos los distritos, de todas las circunscripciones”, dijo Meade en su arenga del pasado domingo.
La gran fortaleza del PRI -y en donde radican sus esperanzas de éxito- sigue siendo su maquinaria electoral, el despliegue de sus operadores en todo el territorio nacional, una estructura que no tiene ningún otro partido político.
A pesar de que a estas alturas han habido fugas y deserciones de liderazgos y estructuras priistas, el nuevo impulso impuesto en la campaña puede volver a aceitar la maquinaria y ponerla en su punto para lo que resta de los comicios. Esa es la clave en donde podría estar la diferencia entre una derrota o un rescatable balance electoral.
El tono de la campaña del candidato priista había carecido de un rumbo claro y contundente hasta el día de hoy. Si bien hacia el exterior la imagen del tricolor está desgastada y su desprestigio se ha convertido en una losa que lo aleja de los electores, la falta de sincronía del equipo del candidato con las bases priistas también le estaba cobrando una alta factura al interior del partido.
El PRI se sobrepondrá
El Doctor Victor Manuel Muñoz Patraca, docente de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, advierte que aún en el peor de los escenarios: si el PRI no gana ni la presidencia ni alguna de las gubernaturas en juego, el tricolor seguirá siendo un partido importante para la vida política del país.
- “Ya lo vimos en su travesía por el desierto de 2000 a 2012, podrá rehacerse para volver a ser lo que es. Sin duda tiene las condiciones para regresar, es una institución y como tal tiene una permanencia en el tiempo bastante grande”
El autor del libro “El Partido Revolucionario Institucional, 1946-2000: Ascenso y caída del partido hegemónico”, observa condiciones muy diferentes a las que se presentaron en los años 2006 y sobre todo en el 2000, año en que identifica el principio de la decadencia del partido, por lo que sería muy prematuro adelantar un pronóstico a estas alturas.
- “No podemos hablar desde casi dos meses antes de un fracaso tan rotundo del PRI. Tiene una maquinaria electoral muy poderosa. Adelantar vísperas de lo que puede ser la elección por las encuestas, mismas que hemos visto que fracasaron en otras ocasiones porque en México la gente no está acostumbrada a decir la verdad, me parece prematuro”, apunta.
La principal razón por la que considera que el PRI prevalecerá e incluso podría volver a los primeros planos es debido a la poderosa maquinaria electoral con la que cuenta, a su presencia en prácticamente en cada parte del territorio nacional y a los sectores que históricamente lo acompañan.
El peor resultado para el PRI sería no ganar ninguna de las 9 gubernaturas en juego, perder la presidencia y quedar relegado a la tercera fuerza política del país, sin embargo, como institución, esto no significa que vaya a desaparecer del mapa político en México
- “Aunque pierda todo se va a rehacer porque tiene centrales que lo apoyan, tiene central campesina, tiene un sector popular importante que es la CNOP y tiene a la CTM. Son sectores con formas y liturgias que pueden no gustar a mucha gente de sensibilidad política diferente, pero yo creo que tiene todavía muchos elementos para poder subsistir”./ CON INFORMACIÓN DE REPORTE INDIGO