La tragedia de los estudiantes de Ayotzinapa lejos está de terminar y pronto veremos los verdaderos alcances que puede tener el narcotráfico en la política.
Pero ojo, no podemos hablar de cárteles sin mencionar irremediablemente el consumo de la droga y el papel que México desempeña en este escenario, porque mientras Latinoamérica no frene el tráfico y consumo, los cárteles que cometen atrocidades continuarán ahí.
A más de un año de que la Organización de los Estados Americanos (OEA) publicó el informe sobre el Problema de las Drogas en las Américas, organizaciones internacionales buscaron al Secretario General, José Miguel Insulza, para discutir a corazón abierto las políticas de drogas en el hemisferio.
Para empezar, Insulza destacó el consenso emergente de que la «guerra contra las drogas» encabezada por los Estados Unidos no está funcionando, y esta estrategia equivocada ha dejado en los países «más problemas, más adictos y más gente en la cárcel”.
El único logro en todo esto año errado ha sido que los gobiernos de la región tienen ahora una mayor apertura a la discusión de políticas alternativas, como la legalización de la mariguana.
Estadísticas de la OEA pintan un cuadro sombrío de consumo de drogas ya que mientras más de un tercio de los 3.6 millones de personas encarceladas en las Américas fueron arrestados por delitos relacionados con las drogas, no hay ningún informe de que el flujo haya disminuido.
De hecho, se sabe que hay un cambio de mentalidad en EU luego del experimento de Colorado y Washington, y Uruguay, en América del Sur, que ha influido en la opinión pública en favor de la legalización y regulación de la mariguana.
El informe de la OEA, analítico y de escenarios, se erige como un punto de referencia para una nueva voluntad por parte de los Estados americanos para entender mejor el uso de drogas y explorar enfoques no tradicionales a la crisis.
El informe, lejos de ofrecer cualquier recomendación, busca fomentar «una visión compartida que permita a los estados unirse para abordar el problema, respetando la diversidad de enfoques a la misma”.
Como prueba de cómo las variables de la violencia y la falta de acceso a oportunidades de educación y empleo aumentan la susceptibilidad de los individuos al consumo de drogas, Insulza sugirió que las autoridades se alejen de una estrategia de justicia penal e inviertan en un enfoque de salud pública.
Como se indica en el informe de la OEA, los líderes están llamados a preguntarse a sí mismos por encima de todo «en qué medida las políticas actuales, orientadas al castigo y la criminalización, provocan más daño del que previenen”.
Y es que a pesar de que se persigue y encarcela a traficantes y consumidores, el negocio de la droga está mejor que nunca, y es especialmente útil para los cárteles debido, precisamente, a su criminalización persistente.
Tan es buen negocio, que de acuerdo con el informe el valor de la cocaína aumenta aproximadamente 500 veces a lo largo de la cadena de valor original: el kilo ahora cuesta en promedio 650 dólares y se eleva a unos 330 mil dólares en ventas al menudeo.
Los expertos creen que una estrategia enfocada a la prevención y consumo, que deje de lado la criminalización, es la solución, pero seguirá siendo débil en países como México y Colombia, grandes productores de estupefacientes que gastan su dinero infructuosamente en perseguir y encarcelar a los traficantes.
PARA EL REGISTRO Qué oportuno en estos aciagos momentos recordar al senador comiteco Belisario Domínguez, el ilustre legislador de principios del siglo pasado que fue asesinado por enfrentar desde las tribunas a los tiranos y dictadores. Y oportunas también las palabras del senador por Chiapas, Roberto Albores, en su 101 aniversario luctuoso que –parafraseando al mártir–, aseguró que para superar marginaciones, injusticias y obstáculos se debe encabezar una defensa férrea de la libertad y se deben utilizar las palabras para romper el yugo de la opresión y en contra de la censura, de la intolerancia, de la ignorancia y del autoritarismo. Palabras a la medida. *** En este espacio dimos a conocer el pasado 30 de septiembre que la conexión del presidente municipal de Iguala con el narco es su esposa (a través de sus hermanos) y su suegra. Los medios de comunicación “grandes” a una semana apenas lo mencionan. Gracias. Hasta mañana.