La violencia que viven los niños que quedan huérfanos a causa de los feminicidios no concluye con la muerte de sus madres, pues en muchos casos son entregados a los hombres que matan a las mujeres que les dieron vida o pierden todo sustento económico.
- Además, con la orfandad llegan los problemas psicológicos, la desatención médica e, incluso, las agresiones físicas en el núcleo familiar. Ante esta situación, familiares de los huérfanos por feminicidios exigen que los tres niveles de gobierno los apoyen para sacar a los niños de situaciones de violencia con programas para cubrir sus derechos básicos.
- De acuerdo al artículo cuarto de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el Estado otorgará facilidades a los particulares —ascendientes, tutores y custodios— para que coadyuven al cumplimiento de los derechos de la niñez.
- Según el mismo apartado de la Carta Magna, los niños y las niñas tienen derecho a la satisfacción de sus necesidades de alimentación, salud, educación y sano esparcimiento para su desarrollo integral.
La orfandad provoca problemas psicológicos y económicos
Sin embargo, los tutores de estos niños no están recibiendo apoyo del Estado, motivo por el cual un colectivo de familiares de mujeres que murieron por la violencia feminicida han interpuesto 9 quejas ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
Esta agrupación integrada principalmente por mujeres también tiene preparadas quejas de 24 casos más de menores en esta situación para entregar a la entidad responsable de proteger los derechos humanos en México. En total 33 familiares de víctimas de feminicidios exigen apoyos económicos o jurídicos para poder procurar el bienestar de los huérfanos.
Sandra Soto Arzúa es el pegamento que logró unir a las más de 30 familias que exigen apoyo estatal para los huérfanos. Ella es una de las víctimas colaterales de los feminicidios. Es hermana de Serymar Soto Arzúa, una joven que fue atropellada por su pareja Jorge U. en Torreón y quien con su muerte dejó huérfano a Bengy Romeo Soto Azúa.
Usando Facebook como plataforma para localizar a otras personas que viven la misma situación que ella, fue como Sandra logró juntar a más de 30 familias para exigir al Estado que atienda a las víctimas de los feminicidios
Desde el momento del asesinato de su hermana, Sandra usa su dolor como un impulso para exigir justicia. Gracias a sus esfuerzos se encontró al hombre que provocó la muerte de su hermana, quien estuvo prófugo por seis meses. Ahora, un año después de la pérdida, puede describir el asesinato de su pariente en un par de frases.
“Mi hermana se llamaba Serymar Soto Azúa, ella tenía 21 años y fue atropellada por su prometido el 28 de enero del 2017 después de una discusión que tuvieron. Ella murió una semana después por el traumatismo cerebral que tuvo, estaba policontundida, el impacto fue muy fuerte, estuvo en terapia intensiva y finalmente murió”, describe sin titubeos.
Cuando las autoridades no procesaron al culpable, esta mujer que se convirtió en activista por las circunstancias, decidió crear un perfil de Facebook que se llama ‘Los machos nos matan en México’. En ese perfil publicó toda la información del hombre que mató a Serymar y después de medio año alguien le dijo el paradero del asesino de su hermana por un mensaje.
El asesino aún no tiene una sentencia, sin embargo, ahora Sandra se siente más preocupada por su sobrino, un niño que con la muerte de su madre perdió todo sustento económico.
El sobrino de Sandra actualmente vive con sus abuelos, quienes no reciben ningún apoyo económico para cubrir sus gastos. Los padres de la víctima del feminicidio le dan al niño todo lo posible para sobrevivir, pero el dinero que demanda la escuela y la atención médica siempre hace falta.
Ante esto, Sandra decidió interponer una queja en la Comisión Nacional de Derechos Humanos para exigir que el gobierno del estado de Coahuila y sus dependencias apoyen económicamente a su sobrino.
La queja con el folio 7089/2018 fue interpuesta el 29 de enero del presente año y tres meses después Sandra aún no recibe respuesta. El documento está integrado por nueve páginas en las que la quejosa describe los derechos que tiene su sobrino de acuerdo a la Carta Magna de México, tratados y convenciones internacionales.
En este documento, Sandra denuncia a las autoridades de Coahuila porque no le proporcionaron a su sobrino ningún “apoyo psicológico, económico, escolar, social o recreativo mínimo indispensable que le permita continuar con su vida”.
La tía del niño huérfano también exige que se lleve a cabo una investigación sobre el “porqué de la lenta o nula actuación de los niveles de gobiernos encargados de velar por los derechos de los miles de niños, niñas y adolescentes que son víctimas colaterales del delito de feminicidio en el caso particular del estado de Coahuila y a nivel nacional”.
Sandra decidió publicar el documento que presentó a la Comisión Nacional de Derechos Humanos en su página de Facebook ‘Los machos nos matan en México’.
A partir de esa publicación, más de 30 familiares se comunicaron con ella para interponer el mismo tipo de queja con el objetivo de exigir apoyos económicos y jurídicos para sus nietos o sobrinos que se encuentran en situación de orfandad debido a un feminicidio./CON INFORMACIÓN DE REPORTE INDIGO