Entre los escombros un sillón se pudre. Está abandonado entre el cascajo de una casa parcialmente derribada que sufrió daños en el sismo del 19 de septiembre, en un predio de la Calle Cuauhtémoc, en el Pueblo Xochimanca de Nativitas. Ahí, hogares convertidos en trozos de concreto le recuerdan a los paseantes el saldo desastrozo. Inmuebles agrietados -en el mejor de los casos- o vueltos basura son la escena que se repite, platican vecinos. Pero no sólo aquí: también en el Barrio de San Marcos, en San Esteban, en Asunción, en Santa Cruz Acalpixca y San Gregorio Atlapulco. «Verdaderamente es muy triste», platica Gabriela Fuentes, miembro de la agrupación ciudadana Xochimilco Vivo, que apoya a damnificados. «Es triste porque no se ha dado el seguimiento adecuado a los damnificados. Muchos de ellos están abandonados»./REFORMA