Resulta que, en Tepic, Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard entraron a comer y, ¡sorpresa!, en una de las mesas estaba Miguel Mancera. EL CANDIDATO a senador había llegado directamente del aeropuerto para reunirse con Guadalupe Acosta Naranjo, el alcalde Javier Castellón y otras cinco personas. CUANDO López Obrador y Ebrard se enteraron de su presencia, pa’ pronto se salieron del lugar. Siempre tolerante el tabasqueño explicó después: «Es que me cae mal». Lo malo es que la capital nayarita no es una meca gastronómica mundial, así que seguramente a donde haya ido se encontró gente que no hubiera querido. ¡Provecho!/TEMPLO MAYOR EN REFORMA