El fracaso del presidente estadounidense Donald Trump en sus primeros 100 días para cumplir sus más agresivas promesas de campaña que afectan las relaciones bilaterales, comienza a calmar los nervios en México.
Además de los insuficientes esfuerzos del gobierno mexicano para mitigar el impacto de miles de migrantes retornados, el escenario parece inclinar la balanza hacia nuestro país en esta lucha insensata del tirano por demostrar su poder ante el país vecino.
Todo parece indicar que Trump ha renunciado a hacer que México pague por su torpe propuesta de construir un muro fronterizo, y el Congreso estadounidense se lava las manos y tampoco quiere pagar la cuenta.
Aunado a esto, el bravucón ha atenuado sus amenazas de retirarse del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), al que ha llamado “el peor acuerdo comercial jamás firmado”, y parece avanzar hacia una renegociación más modesta. Sin embargo, la promesa que parece ansiosa de cumplir es aumentar las deportaciones de indocumentados hacia México.
Y aunque no ha mandando a los millones de “bad hombres”, como prometió inicialmente, está regresando constantemente a miles, incluyendo injustamente a muchos que no tienen antecedentes penales, que son sus partidarios, que respetan las leyes y que pagan sus impuestos.
La amenaza de las deportaciones masivas sigue en aumento, y la impredecibilidad de Trump para establecer un curso de acción aumenta la presión sobre las autoridades mexicanas para que actúen con rapidez para mitigar el impacto de los migrantes que retornan.
El escenario más complicado para México es tener a millones de mexicanos en el país sin perspectivas de trabajo. Los retrasos de Trump en el muro fronterizo dan a la administración de Enrique Peña Nieto tiempo para dar soluciones, pero una irrupción tan masiva, con la incertidumbre sobre el futuro del TLCAN y la economía mexicana, es demasiado para cualquier gobierno.
La buena noticia es que a la par del gobierno y sus escasas acciones, industrias mexicanas específicas están buscando en el inmediato plazo trabajadores especializados en las oleadas de migrantes que regresan.
La Asociación Mexicana de Vehículos Acorazados (AMBA) estimó la disponibilidad, para ya, de 50 mil empleos para los deportados en las áreas de seguridad privada, fabricación de vehículos blindados y transporte de objetos de valor.
Suena lógico que esta sea una industria en auge, ya que los crímenes y la violencia han resurgido en México en los últimos años, por lo que urgen trabajadores para sus plantas a quienes se les pide únicamente como experiencia la fluidez en inglés.
El regreso de los migrantes deportados brinda al gobierno mexicano una oportunidad única para mostrar compasión por sus ciudadanos, pero no olvidemos que los migrantes salieron de México por razones concretas y muchos analistas cuestionan si la administración de Peña Nieto podrá enfrentar sus necesidades.
PARA EL REGISTRO Habitantes de Palmarito, Toachapan, en Puebla, comunidad insignia del robo a combustible por parte de huachicoleros, marcharon este fin de semana por la paz. ¿En dónde estaban estos ciudadanos cuando se robaba el combustible? ¿Sabrán en todo caso que es complicidad el callar el robo y despache indiscriminado en las calles de su comunidad? ¿Ahora sí piden ser escuchados, cuando antes debieron denunciar? Gracias y buen inicio de semana.
@betata75