Sin rumbo, disidencia magisterial oaxaqueña: EU

Un estudio publicado por la Universidad Americana con sede en Washington, Estados Unidos, asegura que el longevo magisterio oaxaqueño se decantó en los últimos años por la política y dejó de lado la pedagogía. Asegura que los profesores disidentes aglutinados en la CNTE, que se han enfrentado más a la presión y a la violencia que a la enseñanza, actualmente están aislados y sin rumbo.
Los maestros de Oaxaca, dice el tratado encabezado por el académico Christian Bracho, están cada vez más temerosos y resentidos de su sindicato y del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Desde la década de 1970, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de Educación (CNTE) ha funcionado como un grupo disidente formalizado dentro del Sindicato Nacional de Trabajadores de Educación (SNTE), organización que ha sido una parte esencial de la maquinaria estatal desde la década de 1940 y fuertemente alineada con el PRI.
La CNTE se unió a muchas causas, como la democratización sindical, la autonomía regional y la justicia económica, y obtuvo el apoyo popular en los años ochenta. A medida que acumulaban poder en la década de 1990 en estados como Oaxaca, los líderes de la CNTE se volcaron hacia estrategias neocorporativistas para incentivar la participación de los maestros en las movilizaciones sindicales.
Por ejemplo, un extenso sistema de puntos premiaba a los maestros por ir a marchas, acampar durante los periodos de huelga y asistir a manifestaciones en la Ciudad de México; los maestros que no participaron en una cantidad mínima de actividades perdían privilegios y beneficios sindicales.
En el 2005, el sindicato de Oaxaca se dedicó más por la política que a la enseñanza  y en los últimos diez años, los profesores disidentes se han enfrentado más a la presión y a la violencia. En 2006, la policía militar rompió una rebelión dirigida por maestros oaxaqueños en huelga, en la que decenas de activistas fueron asesinados.
En 2013, la masiva huelga de maestros contra las reformas constitucionales del Presidente Peña Nieto —que requiere que los estados implementen políticas educativas nacionales—  terminó con el desalojo violento de maestros del zócalo de la Ciudad de México. En 2014, un total de 43 maestros estudiantes en el estado de Guerrero fueron masacrados, y el año pasado más de una docena de manifestantes fueron asesinados en Nochixtlán, fuera de la capital de Oaxaca.
Pues bien, aunque estos incidentes proporcionan una causa considerable de movilización continua, el estudio indica que los maestros en Oaxaca están menos convencidos de que sus luchas en curso representen una auténtica resistencia política.
Muchos dicen que están cumpliendo obligaciones sindicales porque la asistencia está registrada y asegurado el pago, pero no confían ni en el gobierno ni en el sindicato; ven al gobierno como una máquina política centenaria arraigada que ha resurgido con más impunidad que nunca, y afirman que el sindicato —tanto a nivel nacional como regional— es impulsado por intereses especiales y el amiguismo.
Para los analistas en los Estados Unidos el sindicato y su disidencia son esenciales para proteger los intereses de los maestros y desafiar la hegemonía del gobierno nacional, pero sus estrategias neocorporativistas deslegitiman la bandera activista agitada por los líderes en estados como Oaxaca, entidad donde el magisterio disidente ha cultivado mas enemistades que apoyos y hoy está más aislado que nunca.
PARA EL REGISTRO La semana venidera será decisiva para la lucha interna en la fracción del PRD en el Senado de la República. Un bando encabezado por Alejandra Barrales exige que se reconozca a Raul Morón como su coordinador parlamentario, y el otro –más beligerante–, liderado por Dolores Padierna, limosnea apoyo entre sus compañeros. Me aseguran, sin embargo, que a la actual vicecoordinadora no la ven con buenos ojos. Ni hablar. Gracias y buen fin de semana.
 
 
@betata75

 

Recibe nuestro boletín informativo, suscríbete usando el formulario