Cuando una persona tiene Cáncer es habitual la malnutrición proteica y calórica debido a la propia enfermedad, pero también a su tratamiento. De ahí que para revertir la situación, en la medida de lo posible, se hace necesario llevar un seguimiento dietético para mejorar la respuesta y disminuir los efectos secundarios a los tratamientos médicos.
Entre las causas de la malnutrición en los enfermos con algún tipo de neoplasia se encuentra: la falta de apetito, la localización del tumor, por los efectos de la quimioterapia y radioterapia, cirugía reciente y alteraciones metabólicas.
El objetivo del soporte nutricional en los pacientes con cáncer es: cubrir las necesidades energéticas y proteicas; corregir las deficiencias nutricionales; evitar la pérdida de peso; tener una correcta hidratación; así como un manejo dietético sintomático, precisó la nutrióloga Ivette Hernández.
En entrevista con Hablemos de Cáncer…sin miedo explicó que en el caso de los enfermos con Cáncer “las dietas deber ser personales y dependerán de su situación médica y su cultura alimentaria concretas”.
Por lo que de entrada –enfatizó- es de suma importancia valorar el estado nutricional del paciente a través de una historia clínica completa, antropometría y estudios de laboratorio.
Sin embargo informó que las generalidades de una dieta en Cáncer deben considerar los siguientes aspectos:
- Dieta fraccionada: comer seis o más veces al día, con muy poco volumen de ingesta.
- Textura modificada: semilíquida o pastosa, blandas o secas (según lo requiera).
- Baja en grasa saturada (para no enlentecer la circulación).
- Evitar alimentos peristaltógenos como zumos de frutas o café.
- Dieta inicialmente exenta de lactosa sustituyendo los lácteos por “lácteos” exentos o bajos en lactosa en el posoperatorio, o en el caso de persistencia de flatulencias y diarrea.
- Mastique despacio y no hablar mientras se come (evitando con ello la entrada de aire que distiende).
- Aumentar la ingesta de líquidos para disminuir la sensación de boca seca.
- Beber líquidos fuera de las comidas o al final.
- Evitar temperaturas extremas en los alimentos (fríos/calientes)
- Intentar comer variado, es decir de todos los grupos de alimentos.
- Suplementación dietética según se requiera.
- Seleccionar alimentos blandos y húmedos, licuados, cremas frías, gelatinas, mousses, budines y papillas.
- Evitar sustancias potencialmente agresivas de la mucosa oral: alimentos muy condimentados, ácidos, duros o secos (se pueden ablandar previamente)
- Descansar después de comer.
- Antioxidantes (vitamina A,C y E, selenio y zinc).
- Fitonutrientes o fitoquímicos (carotenoides, licopeno, resveratrol y fitosteroles). Se encuentran en frutas y verduras o en productos de origen vegetal como el tofu el té.
- Evite alimentos con grasa saturada (capeados, empanizado, mole) ya que distender o provocar diarrea.
- Comer bocadillos pequeños a lo largo del día.
- Tener al alcance una variedad de bocadillos ricos en proteína que sean fáciles de preparar y comer. Por ejemplo; yogurt, cereal y meche, medio emparedado, un plato de sopa, queso y galletas saladas.
- Evitar los bocadillos que puedan empeorar cualquier efecto secundario relacionado con el tratamiento. Por ejemplo si padece diarrea, dolor de garganta, etcétera.
- Si puede comer con normalidad y mantener su peso sin necesidad de los bocadillos, entonces no los incluya.
- Mantener una higiene adecuada en la manipulación y preparación de los alimentos y
- Evitar comer en la calle (de ser posible).
En fin ante la proximidad de las celebraciones navideñas existe un sinfín de opciones que podemos ofrecer a nuestros enfermos con cáncer atendiendo los lineamientos arriba descritos, a fin de, por un lado, no poner en riesgo su salud y por otro, no haciéndolos sentir mal al decirles que tales o cuales alimentos no puede comer.