Muchas veces cuando el médico general nos refiere al nefrólogo –especialista en el estudio de los riñones- y nos diagnostican cálculos o “piedras”, característicos de este tipo de enfermedades, no le damos la importancia que se requiere, porque pensamos que mientras no nos den molestias no hay problema; pero ¡cuidado! porque podemos estar ante un caso de Cáncer de Cuello.
Sí, un tumor canceroso que se originó en el cuello, el cual en la mayoría de los veces no nos percatamos porque en su etapa inicial son casi asintomáticos; de ahí la reiteración de acudir al médico cuando menos una vez al año para realizarnos un chequeo de rutina y descartar cualquier eventualidad; máxime si son personas que constantemente padecen de los riñones.
En la mayoría de los casos los cálculos tienen su origen en un hiperparatiroidismo, derivado a su vez de un tumor primario en la glándula paratiroides.
El Cáncer de Cabeza y Cuello, contempla a un grupo de tumores muy diversos, los cuales se diseminan principalmente en las mucosas de las vías aerodigestivas superiores –cavidad oral, nasofaringe, laringe y la región del cuello.
Muchos de estos tumores se expresan inicialmente con la presencia de ganglios en el cuello, informó Jorge Del Bosque Méndez, adscrito al servicio de Cirugía de Cabeza y Cuello de la Unidad de Oncología del Hospital Juárez de México; sin embargo el riesgo radica en que el tumor que se desarrolla en cualquiera de estos sitios presenta pocas manifestaciones clínicas.
Este grupo de tumores malignos se colocan entre la séptima u octava causa de cáncer, siendo la cavidad oral (boca) el lugar más común en el que se presenta. El cáncer de la cavidad oral o simplemente cáncer oral empieza en la boca. La cavidad oral incluye: labios, revestimiento interior de los labios y mejillas (mucosa bucal), dientes, encías y dos terceras partes anteriores a la lengua, piso de la boca bajo de la lengua y el techo óseo de la boca (paladar duro).
El diagnóstico tardío sigue siendo la causa de que el 70 por ciento de este tipo de tumores se detecten en etapas clínicas 3 ó 4, es decir, avanzadas. “Cuando un paciente llega con ganglios en el cuello, es indicativo de un mal pronóstico, lo cual impacta notablemente en la sobrevida –que en este caso es de cinco años- reduciéndola en un 50 por ciento”, reconoció el oncólogo.
En entrevista con Hablemos de Cáncer….sin miedo explicó que la ser el Juárez un hospital de referencia –en el que se reciben pacientes de Hidalgo, Michoacán, Guerrero, Querétaro, San Luis Potosí, Puebla y Oaxaca, principalmente- se atienden desde tumores en etapas tempranas, permitiendo la curación del enfermo, hasta muy avanzados (la mayoría) en los que se tiene que implementar diversos tratamientos: cirugía, quimioterapia y radiación.
En caso de los tumores que se encuentran en etapas avanzadas, de inicio se tratan con radioterapia para poder hacerlos quirúrgicos (operables) y volverlos a consolidar con radioterapia o quimioterapia, y así puede mejorar el periodo libre de enfermedad del paciente. La sobrevida en estas etapas no supera el 30 por ciento de los cinco años.
Aunque también depende –aclaró Del Bosque Méndez- del sitio donde se origine el tumor, debido a que existen sitios más agresivos; por ejemplo en la laringe, que se divide en tres partes: región suplaglótica, glótica y extraglótica. Si un paciente presenta tumor en la región glótica, éste se puede curar con un sólo tratamiento, ya sea radiación o cirugía, empero los que se presentan en la región supraglótica tienen un comportamiento más agresivo, porque son tumores que tienen a dar una enfermedad regional; lo que significa que el tumor se extiende más allá de la laringe y alcanza los relevos ganglionares del cuello, que también se clasifican como ganglios metastásicos.
Un tumor ya no es operable cuando ha salido de los sitios local (donde se origina el tumor) o regional (son los relevos que da el tumor hacia los ganglios del cuello) y cuando da enfermedad a distancia, que bien puede ser a los pulmones hígado o huesos; que también se le nombra como enfermedad más avanzada. En este caso lo pacientes no son susceptibles a tratamiento curativo, sino que se les implementa un tratamiento paliativo, para mejorar su sobrevida.
Como ya lo hemos expuestos en otras entregas, el consumo del alcohol y tabaco predispone –como en otros tipos de cáncer- la aparición de tumores de Cabeza y Cuello, además de la inhalación de humo de leña en las zonas rurales. Lo grave de esta condición, es que desgraciadamente, cada vez a más temprana edad los jóvenes se inician en este tipo de hábitos (fumar y tomar).
De ahí que para no enfermarnos, no sólo de Cáncer, sino de cualquier otro padecimiento, empecemos a realizar cambios en nuestro estilo de vida; por lo pronto espero que me sigan leyendo para continuar Hablando de Cáncer….sin miedo.