RITA MAGAÑA TORRES
La reforma política de la Ciudad de México, que se aprobará en los próximos días, es histórica porque garantizará plena autonomía, la condición de capital de los mexicanos y permitirá que por primera vez los capitalinos recuperen a plenitud sus derechos políticos, como los tienen el resto de los habitantes del país.
Así lo subrayó el presidente de la Comisión del Distrito Federal en el Senado, Mario Delgado, quien explicó que la autonomía será una oportunidad para consolidar “los derechos sociales y libertades que han conquistado la Ciudad de México en los últimos años, gobernada por la izquierda”.
El cambio más importante para la gente es que el gobierno tendrá la posibilidad de organizarse mejor y ofrecer, de forma más eficaz y oportuna, servicios públicos de calidad, destacó.
El gobierno de la capital dará mejor respuesta a temas como seguridad pública, mantenimiento de vialidades, agua, drenaje, recolección de basura; podrá reorganizar los servicios de salud y tomar el control de la educación para fijar una agenda que permita mejorar sus escuelas y la calidad educativa, expresó.
A raíz de la reforma, las delegaciones se convertirán en alcaldías y tendrán un Concejo electo; es decir, el alcalde gobernará junto con representantes ciudadanos, lo que generará gobiernos más transparentes, que tomen mejores decisiones, donde los intereses de la sociedad estén mejor representados y exista rendición de cuentas.
Al insistir en su relevancia, Mario Delgado adelantó que la reforma política de la capital “incluirá un mandato para que la primera Constitución en la historia de la ciudad sea redactada entre todos los ciudadanos, y aprobada en un referéndum”; con lo que la ciudad se prepara hacia el futuro.