Proceso
El asesinato de dos niños de 2 y 3 años junto con su padre en la ciudad de Delicias a manos de agentes estatales, desató la indignación, coraje y reclamos de justicia entre la ciudadanía que reprobó la actuación de las corporaciones que participaron en la detención de un presunto secuestrado, quien también fue abatido en el domicilio de una familia.
Karen Mundo Moreno, madre de los niños Damián y Ariel, los despidió ayer en el panteón en la colonia Terrazas y también a su esposo Gerardo Salas Iracheta, El Negro, quien estuvo acompañado por sus compañeros del centro de rehabilitación Amar Chihuahua, donde el padre de familia laboró diez años.
Los integrantes de Amar realizaron una colecta para los funerales apoyaron a Karen con un médico que estuvo presente en el sepelio.
El profesor Javier Cázares, uno de los abuelos de los menores asesinados, dio gracias a los asistentes al cementerio y al despedir a sus nietos les dijo: “No se van solos, los acompaña su papá”.
El panteón se llenó de coronas de diferentes centros de Amar de otras partes del país, de la Fundación Eduardo Trespalacios y de personas provenientes de Delicias que manifestaron su cariño y apoyo a la familia con arreglos de globos en forma de estrella o de personajes animados.
Al final del funeral soltaron globos blancos, mientras los compañeros de Gerardo Salas rezaron la Oración de la Serenidad y ofrecieron su apoyo a su esposa: “Karen, no estás sola”.
El presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), José Luis Armendáriz González, consideró que hubo un uso excesivo de la fuerza por parte de los agentes estatales, por lo que es necesario que se investigue su actuación, mientras que el gobierno estatal insiste en que siguieron los protocolos adecuados.
El dirigente estatal del Partido Acción Nacional (PAN), José Luévano Rodríguez, manifestó que es inconcebible que los agentes ministeriales hayan disparado indiscriminadamente hacia el domicilio en el que se encontraban los niños con su papá, sin asegurarse que había vidas inocentes en peligro.
“Aunque nuestras leyes permiten en casos extremos de peligro el uso de la fuerza fatal, ésta sólo podrá ser utilizada como último recurso siempre y cuando se mantenga bajo control, permitiendo garantizar que terceras personas ajenas a los hechos no vayan a resultar lesionadas. El fiscal debió instruir a los agentes ministeriales para que aseguraran la zona, facilitaran la exclusión de los menores del lugar del enfrentamiento y si fuese necesario, incluso permitir la fuga de los presuntos responsables en aras de salvar la vida de los menores”, agregó el ombudsman.
Los hechos
El pasado jueves alrededor de las 5:30 horas, agentes de la Policía Estatal Única perseguían a Juan de Dios Carrasco Domínguez, El Gallero, quien participó en un secuestro exprés.
El presunto delincuente se refugió en la vivienda de su prima, donde estaban los niños y su papá, en el fraccionamiento Labor de San Agustín de la ciudad de Delicias.
De acuerdo con un parte oficial, Carrasco Domínguez disparó contra los agentes y éstos respondieron hasta matar primero a los niños.
La versión de los familiares de El Gallero indica que éste llamó a una prima para pedirle que llamara a los elementos del Ejército para decirles que pararan la balacera porque quería entregarse debido a que los policías ya habían matado por lo menos a uno de los niños.
La balacera no cesó y murieron además de los menores, su padre y el mismo presunto delincuente, Juan de Dios Carrasco, de 23 años.
Cuando El Gallero llamó a su prima, la familia que radica en el municipio de Rosales (cerca de Delicias) acudió al domicilio, pero los cuatro ya habían fallecido.
Para la Fiscalía este caso es un éxito porque abatieron al “secuestrador”.
Inicialmente, el fiscal general del estado Jorge Enrique González Nicolás aseguró que no habría ninguna investigación dirigida a los agentes porque éstos aplicaron los protocolos adecuados.
Sin embargo, luego de que sectores sociales y la iniciativa privada exigieron una investigación y explicación sobre el asesinato de los niños y su papá, a quienes la dependencia estatal reconoció como inocentes, el gobernador César Horacio Duarte Jáquez anunció que sí habría una investigación sobre la actuación de la policía, pero insistió en que habían liberado a una víctima de secuestro, abatido a un delincuente y detenido a otras dos personas.
Sin embargo, la liberación de la víctima había ocurrido antes de la masacre, no por la actuación de los agentes y militares.
El mismo jueves la FGE dio a conocer que con la detención de dos personas, un hombre y una mujer, esclarecieron un secuestro exprés en el que el líder fue El Gallero, quien operaba en la región centro sur del estado y que fue parte de las autodefensas de Michoacán.
La dependencia informó que la Policía Estatal Única acreditó la participación de Juan de Dios Carrasco Domínguez en el secuestro exprés y anunció la detención de Deysy Alejandra Franco Robles y Horacio Domínguez Rodríguez, quienes fueron aprehendidos “dentro del término de la flagrancia” por hechos ocurridos la mañana del miércoles pasado en el rancho San Valentín, municipio de Rosales, donde privaron de la libertad a un hombre para que les entregara dinero.
La Fiscalía dio a conocer que la mujer pidió ayuda a Horacio Domínguez y a Juan de Dios Carrasco para cobrar un dinero que le debían a una persona por sus servicios como sexoservidora. Los tres se pusieron de acuerdo y se dirigieron al lugar donde radica el afectado.
Acudieron en un auto Hyunday verde, propiedad de Horacio Domínguez hasta la vivienda de la víctima, quien estaba con un amigo y amagaron a los dos con armas de fuego, luego se llevaron al hombre que buscaban y lo subieron a una camioneta Chevrolet Cheyenne negra, propiedad de éste, mientras que al otro hombre lo amarraron y lesionaron con un arma calibre .222.
Luego de que lo pasearon, exigieron dinero al hombre secuestrado, quien les dio 2 mil 500 pesos en efectivo y un cheque por 7 mil pesos, luego lo llevaron a su domicilio para que les diera más dinero.
El otro hombre que dejaron lesionado logró desatarse y pidió auxilio, lo llevaron a un hospital para su atención médica y denunció los hechos. Los agentes tuvieron conocimiento que la otra víctima secuestrada ya había sido liberada por sus captores y al entrevistarlo identificó a Juan de Dios Carrasco como uno de los agresores.
Posteriormente fueron detenidos Daisy Alejandra Franco en su domicilio ubicado en el fraccionamiento Campo Real y Horacio Domínguez cuando conducía un vehículo marca Hyundai modelo 2000 color verde, de su propiedad, a la altura del río San Pedro. El detenido llevaba un arma calibre 9 milímetros marca Gesichert con un cargador abastecido con siete cartuchos, que presuntamente le había proporcionado Carrasco Domínguez.
El Gallero, informó la dependencia, fue ubicado por una persona a la que agredió en la cabeza con las cachas de un arma de fuego la madrugada del jueves, ya que lo siguió y vio que se introdujo en la calle 5 de Julio número 10 del fraccionamiento San Agustín, donde se encontraban los niños Damián y Ariel con su papá.
Deisy Franco y Horacio Domínguez fueron presentados ante un juez de Garantía de Delicias este sábado, quien les formuló imputación por el delito de secuestro. Este martes se realizará la audiencia de vinculación a proceso.
Abatido, presunto autodefensa en Michoacán
Luego de los hechos violentos en Delicias, el fiscal de la Zona Centro Sur, Octavio Ledezma, informó que El Gallero fue condenado anteriormente por un homicidio en riña el 15 de enero de 2011 en la comunidad Los Chapulines, del municipio de Rosales y fue liberado el 17 de febrero de 2014. Posteriormente se fue a Michoacán, donde se adhirió a un grupo de autodefensas y luego regresó a Delicias para dedicarse a la venta de armas.
Carrasco participó en el secuestro exprés mencionado y cuando fue abatido, le aseguraron un arsenal en el domicilio donde vivían los niños con sus padres, así como seis teléfonos celulares, una maleta con medicamentos controlados y “tachas”, cinco gramos de droga cristal, un rifle calibre .223 Panther con dos cargadores abastecidos, una metralleta Uzi calibre 9 milímetros, un revólver calibre 22 Magnum, una pistola calibre 45 con cargador abastecido, una pistola 9 milímetros marca Luger con cargador abastecido y una carabina calibre 22.