Redacción
Como parte de la festividad anual en agradecimiento a la virgen de la Candelaria, miles de personas se reúnen en Tlacotalpan, Veracruz, para sacrificar a un grupo de toros.
Año con año miles de personas acuden a esa celebración, y el pasado 2 de febrero no fue la excepción; alrededor de 60 mil personas asistieron al municipio veracruzano para golpear hasta la muerte a seis bovinos.
Los ganaderos locales son los encargados de donar los ejemplares, los más viejos y sin valor comercial, a modo de ofrenda por los favores recibidos durante el año.
Durante la ceremonia los toros son obligados a cruzar el río Papaloapán, en donde algunos se ahogan, y los que logran llegar vivos a la orilla son agredidos por el público con piedras y palos, hasta que el indefenso animal pierde la vida.
A pesar de que diversas organizaciones han intentado abolir esta práctica, motivo por el cual desde el 2014 entró en vigor un reglamento en Tlacotalpan y se realizaron campañas de sensibilización con el propósito de frenar el maltrato del que los animales son objeto, las personas continúan violentando y asesinando a los animales, sin que ninguna autoridad lo impida.