En materia de salud siempre que nos enteramos a través del medio que sea de nuevas terapias para la cura de cualquier tipo de enfermedad -máxime si se trata de las catalogadas hasta ahora como incurables, como es el caso del cáncer-, no podemos más que sentirnos contentos, pero sobre todo esperanzados de que por fin contaremos con un tratamiento efectivo para curar determinado padecimiento. En este caso para algunos tipos de leucemias.
Prueba de ello es que hace apenas unos días en el marco de la Sesión Anual de la American for the Advencement for Science (AAAS) se dio a conocer la noticia de que un equipo de investigadores estadounidenses, italianos y alemanes han logrado la remisión completa y sorprendente en enfermos con leucemia linfoblástica aguda, linfoma y linfoma no-Hodkin, en porcentajes muy altos.
Aun cuando el artículo científico respectivo no ha sido publicado, el anuncio ya circula en los medios de comunicación internacionales; los cuales lo han calificado como “un hecho sin precedente”.
De hecho los propios investigadores no han escatimado en calificar de “revolucionaria”, “histórica” o “sorprendente” al describir la remisión total de estas tres terribles enfermedades en un alto porcentaje de los pacientes que participaron en el ensayo clínico. Los porcentajes concretos son realmente interesantes , ya que aseguran haber curado al 94 por ciento de los pacientes de leucemia linfoblástica aguda y en 80 por ciento de los otros dos linfomas.
Los investigadores refirieron que durante el ensayo se encontramos ante pacientes con diversos tipos de cáncer de sangre que ya no tenían ninguna posibilidad de mejoría con terapias convencionales; los cuales se presentaron de manera voluntaria para recibir tratamiento con células T genéticamente modificadas, extraídas de su propio sistema inmunológico.
Las células T son un tipo de glóbulos blancos cuya función en nuestro organismo es la de coordinar la respuesta inmunológica ante posibles amenazas de patógenos. Uno de los mayores problemas con los tratamientos contra enfermedades como la leucemia es el alto grado de rechazo que presentan. Por ello, los investigadores llevan años investigando terapias en las que extraen linfocitos T del propio paciente, los preparan y modifican en laboratorio para hacerlos más efectivos contra determinadas dianas, y los vuelven a introducir en su cuerpo, consiguiendo así su objetivo de minimizar el rechazo.
Según Stanley Riddell, doctor en el Fred Hutchinson Cancer Research Center en Washington y uno de los investigadores que participó en el ensayo, dijo que con este estudio dejan la puerta abierta a la esperanza ya que: “Hablamos de pacientes que habían agotado todos los tratamientos y a quienes se estimaba una supervivencia de apenas unos meses. Esto es extraordinario, no tiene precedentes en la medicina”.
Por supuesto, los investigadores dejaron bien claro que aún queda un largo camino por delante en el que otros estudios deberán confirmar y replicar estos resultados.
De ahí que sin caer en el escepticismo se hace indispensable hacer investigaciones y más ensayos en los que se involucre a un mayor número de pacientes; a fin de que los resultados reflejen de manera contundente el optimismo que en este caso particular mostraron los investigadores. Lo mismo debe aplicarse a cualquier otro tipo de protocolos o ensayos clínicos, a fin de que un mayor número de enfermos se vean beneficiados con ello.
Lanzan campaña para reducir cáncer de riñón y vejiga
Por otro lado, la semana pasada en Inglaterra se lanzó la campaña de salud bajo el lema “Be Clear on Cancer” (Sé claro con el cáncer) en donde se anima a la gente a visitar a su médico de cabecera si las personas llegan a observen “sangre en el pis”, aunque haya sido solo una vez. La doctora Jenny Harries, directora regional del Public Health England para el sur del país, dijo lo siguiente: “Es crucial que todos hagamos lo que nos corresponde para concienciar a las personas de que la sangre en la orina puede ser una señal precoz de cáncer de riñón o vejiga. Hay que animar a cualquiera que tenga este síntoma a que vaya a su médico de cabecera”.
Sabemos que la gente no va de inmediato al médico cuando ve alguna mancha de sangre en su orina, lo cual puede deberse a diversas razones: algunos podrían ignorar los síntomas, especialmente si solo se manifiestan una vez, o puede que se confunda con una cistitis”.
Aquí en México por nuestra parte, independientemente de que dicha campaña se haya lanzado en el Reino Unido, debemos también tener la precaución de observar todos –hombres y mujeres- nuestra orina, pero sobre todo las mujeres en etapa fértil, que si llegan a ver algo de sangre en la orina, simplemente lo relacionan con el inicio o el término de su periodo menstrual, cuando bien podría ser cáncer de riñón o vejiga.