Alicia Retana
A diez años de la explosión que causó la muerte de 65 mineros en Pasta de Conchos, el se sigue solidarizando con los familiares de los compañeros caídos en esa tragedia, la más grande en la historia reciente de la minería en México.
“Humanamente es derecho de los familiares seguir exigiendo el rescate de los cuerpos, estamos seguros que las autoridades laborales y peritos en la materia están obligados a hacer todo lo posible por un rescate sin que se ponga en peligro a los rescatistas. Hay que reevaluar la situación en que se encuentra actualmente la mina, no olvidemos que era una mina de carbón con alto riesgo de explosividad”, señaló Carlos Pavón Campos, Secretario General del SNMM FRENTE.
Sostuvo que la tragedia de Pasta de Conchos significa un parteaguas en la historia de la minería en México, razón por la que el SNMM FRENTE ha tomado la seguridad como una de sus prioridades. “La mejor forma de evitar accidentes de ese tipo es trabajando en materia de seguridad. Nosotros lo venimos haciendo. Ya son cinco simposiums de seguridad los que hemos realizado para no solo concientizar a los compañeros en esta materia, sino dándoles las herramientas para evitar accidentes de cualquier tipo. Acá no solamente lo decimos, lo hacemos y lo demostramos”, dijo.
Detalló que por ejemplo en las minas y plantas de Industrias Peñoles y Fresnillo PLC con las que el SNMM FRENTE tiene relación laboral, los accidentes fatales han disminuido en un 90 por ciento.
Asimismo, el dirigente sindical pidió respeto, tanto para las víctimas como para los deudos, pues Napoleón Gómez Urrutia, utiliza aquella tragedia para sacar provecho político.
“Le exigimos a Gómez Urrutia que deje de lucrar con el recuerdo de los compañeros, pues él es uno de los principales responsables de aquella tragedia, ya que como secretario general del sindicato minero tuvo la oportunidad de impedir ese accidente, pero no lo hizo”, apuntó Pavón Campos.
Recordó que días antes del accidente una comisión conformada por mineros de Pasta de Conchos pidió audiencia con Gómez Urrutia, sin embargo, nunca fueron recibidos pues Napillo estaba más preocupado en pelear con la empresa los 55 millones de dólares del Fideicomiso minero.
No obstante, Gómez Urrutia supo de las condiciones laborales en que se desempeñaban los mineros de Pasta de Conchos, y no hizo nada por detener esa anomalía. “Y si ahora dice que no lo supo, pues más que peor, pues un secretario general de un sindicato minero debe estar atento a cualquier tipo de falla en las minas o plantas, por donde se le vea, él es responsable”, detalló Pavón Campos.
El dirigente abundó en que hay investigaciones, en particular, la recomendación 026/2006, emitida por la Comisión Nacional de Derechos Humanos el 17 de julio de 2006, en donde dicho organismo también corresponsabiliza a la dirigencia del sindicato minero de las negligencias que terminaron con la vida de 65 mineros.
“Existen evidencias técnicas que permiten señalar la corresponsabilidad de la autoridad laboral por no hacer cumplir las normas y reglamentos de seguridad, higiene y medio ambiente. De igual manera, también hay corresponsabilidad de los representantes de los trabajadores (esto es, el sindicato) por permitir que los trabajos continúen en condiciones de inseguridad y al no acudir a las autoridades correspondientes para subsanar de inmediato las observaciones realizadas”, dice la recomendación de la CNDH.
Pavón Campos reprochó la doble moral de Gómez Urrutia en este accidente, pues desde Canadá se ha dedicado a desviar la atención cuando fue ese seudo dirigente quien abandonó a los 65 mineros sin conocer si aún estaban con vida.
“Acusa a todo mundo de homicidio industrial, un concepto vertido antes que nadie por Jorge Campos,representante de la Federación Internacional de Trabajadores de las Industrias Metalúrgicas (FITIM) y del que Gómez Urrutia se apropió para desviar la atención de su responsabilidad”, recordó Pavón Campos.
La huida y la caída en un charco
El dirigente del SNMM FRENTE observó que los deudos no olvidan, y saben que uno de los responsables de aquella tragedia fue Gómez Urrutia, a quien los familiares acorralaron en las instalaciones de Pasta de Conchos para exigirle respuestas.
“Fue días después de la tragedia. Gómez Urrutia se dio cuenta que estaba atrapado entre los familiares que a esa hora de la noche de febrero de 2006 le exigían el rescate de los 65 mineros. Disminuido de toda la arrogancia con que llegó a la mina, tomó el camino equivocado. Asustado buscó escaparse por la parte de atrás de las oficinas, con una multitud detrás de él, exigiéndole respuestas. El miedo lo llevó a un charco donde resbaló y cayó de espaldas. Así fue la huida de un supuesto dirigente que intentaba evadir sus responsabilidades”, recordó Pavón Campos.
El video se puede ver en https://www.youtube.com/watch?v=sJjPLxPfqdc
Los contratos de protección, otro negocio de Napo
La tragedia de Pasta de Conchos también dejó al descubierto un negocio más de Gómez Urrutia, ya que no sólo quería tener el control de los trabajadores sindicalizados, sino también de los llamados “terceros”, trabajadores contratados por tiempo determinado por una empresa de subcontratación.
A decir de Pavón Campos, estos mineros, no tenían las mismas prestaciones laborales, pero que sí le significaban ingresos directos al bolsillo de Napo.
“Muchos de los trabajadores que perecieron en Pasta de Conchos, pertenecían a la empresa contratista General de Hulla S. A de C.V, y no tenían los mismos derechos laborales que los sindicalizados”, explicó Pavón Campos.
Detalló que Gómez Urrutia recibía una cantidad de dinero por cada trabajador de esta empresa contratista y que Napo impuso una serie de condiciones para la firma del convenio con General de Hulla.
“Que los trabajadores de la contratista no ingresaran al centro de trabajo por la misma puerta, y que el uniforme fuera diferente para que se distinguiera a los sindicalizados. Todas estas maniobras se hicieron a espaldas de los trabajadores del sindicato”, detalló Pavón Campos.
Por todas estas anomalías, quien debe ser investigado y llevado ante la justicia, es Gómez Urrutia, por eso le decimos que no utilice una vez más la tragedia para hacerse propaganda barata. Quienes estuvimos en Pasta de Conchos sabemos que hay un responsable. Los deudos también lo saben, y se llama Napoleón Gómez Urrutia, externó Pavón Campos.