Dicen por ahí que por mucho repetir una mentira se convierte en verdad, y al parecer eso apuesta el Gobierno Federal, ya que una y otra vez nos aseguran que México está en paz y que no se sufre de grave inseguridad.
El apartado del Segundo Informe de Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto referente al tema se llama precisamente México en Paz, vocablos utilizados constantemente en los anuncios publicitarios para hacer creer a la ciudadanía que el país va por el camino correcto.
Pero esto no es verdad, aunque el Gobierno afirme que el índice de homicidios ha disminuido en un 16% en los dos últimos años, y el Comisionado Nacional Antisecuestro, Renato Sales Heredia, declare en su primer balance semestral del año en curso que los secuestros se redujeron en un 17%.
El presidente reveló en su reciente visita oficial a Madrid que en el primer cuatrimestre del año los niveles de inseguridad y violencia se redujeron en el país en un 25%.
Señaló también que las acciones emprendidas para combatir firmemente a los grupos del crimen organizado han mostrado sus primeros resultados positivos, como en el caso de Ciudad Juárez, en Chihuahua, en Nuevo León y en su capital Monterrey. Pero admitió que hay problemas de altos niveles de violencia en los estados de Tamaulipas, Guerrero y Michoacán.
Sin embargo, las cifras no mienten y nos muestran graves focos rojos de inseguridad en el país.
Por ejemplo, un reporte del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública señala que el Estado de México ocupa el primer lugar en los delitos de mayor impacto a nivel nacional -excepto en secuestros, donde está en tercer lugar–, es la entidad donde más homicidios dolosos, robos con violencia de vehículos, extorsiones, violaciones y atracos a bancos se perpetraron entre enero y mayo de este año.
Esto, aunque el gobernador de la entidad, Eruviel Ávila —cada vez más rebasado por la delincuencia—, asegurara a principios de agosto de 2014 que como resultado de la nueva política de combate a la inseguridad se han reducido delitos de alto impacto.
En el Distrito Federal, el Secretario de Seguridad Pública declaró a principios de agosto que la incidencia en delitos de alto impacto en la Ciudad de México se redujo en un 15 por ciento y en el sector de transporte bajó el robo. Pero qué caso tienen estas supuestas mejorías si suben los delitos en el metrobús y las extorsiones de choferes de microbuses azotan a la ciudadanía.
Para el ciudadano observador, los medios ocultan la información referente a homicidios, crímenes con violencia en ciudades y municipios para aparentar que no están ahí, pero no es así, nunca se han ido, ya que por un acuerdo de cúpulas los medios en los últimos meses han filtrado esta información y no se transmite.
No queremos ser catastrofistas de ninguna manera, pero tan mal está el país por la delincuencia que a principios de julio pasado se reportó un incremento de la violencia y homicidios en los estados de Guerrero, Morelos y el Estado de México.
En la región centro de Guerrero, en los municipios de Chilpancingo, Tixtla, Chilapa, y Eduardo Neri, se disputan dos grupos de narcos una guerra abierta por el control y la venta de drogas. Por este motivo fueron enviados refuerzos del Ejército y de la Policía Federal. Y la ciudadanía está en medio de esta barbarie.
Y no hablemos del secuestro; el presidente aseguró que va a la baja, pero la organización Alto al Secuestro ya le enmendó la plana y dijo que la supuesta disminución es falsa y que la verdad es que en el mes de junio pasado hubo un incremento de 7 por ciento en el país. Entonces, ¿cuál México en Paz? Gracias y hasta mañana.
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