AGENCIAS
Las autoridades y algunos investigadores discrepan sobre la muerte de una gran cantidad de peces en un lago de la región central de México: si es un fenómeno natural o provocado por la mano del hombre.
Hasta la tarde del domingo se habían extraído 33.6 de toneladas de peces muertos en el lago de Cajititlán, según la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial del Estado de Jalisco.
«Necesitamos que se reconozca un proceso de contaminación y degradación», dijo a The Associated Press la titular de la Secretaría, Magdalena Ruiz.
«No es un fenómeno natural ni un fenómeno cíclico», añadió. La funcionaria, que categorizó el incidente como «contingencia ambiental», informó que se han enviado brigadas de trabajadores para apoyar a los pescadores locales en la retirada de los peces muertos así como técnicos para evaluar la situación de las plantas de tratamiento de aguas de la ribera del lago.
Pese a que las autoridades hablan de contaminación, no se detalló de qué tipo o cuál podría ser su origen.
Se trata del cuarto evento de mortandad de peces en el mismo lugar durante el presente año.
El Doctor Manuel Guzmán Arroyo, Director del Instituto Limneología de la Universidad de Guadalajara, capital del Estado, dijo a The Associated Press que se trataba de un problema provocado por el nivel de agua del lago, demasiado bajo para cubrir las necesidades de oxígeno de los peces.
«El lago tiene problemas porque le sacan demasiada agua. Una ventisca fuerte puede remover el fondo se levantan los sedimentos, se mezcla y se agota el oxígeno en el agua», dijo Guzmán.
«En el pasado se ha dado ese hecho. Desde un pequeño terremoto o una corriente de aire muy fuerte puede reducir el nivel de oxígeno», añadió.
Según el investigador, alrededor del lago hay fraccionamientos de lujo y pequeñas poblaciones, pero no hay industria relevante o agrícola que utilice grandes cantidades de fertilizantes y el aprovechamiento pesquero del mismo es mínimo.
La otra opción señalada, siempre en la dirección de explicar la ausencia de agua suficiente y la ausencia de oxígeno, apunta al riego el valle adyacente y a un canal de adiestramiento para deportes acuáticos que también extrae agua del lago de Cajititlán, de 22,5 kilómetros de extensión con 40 centímetros de profundidad en su parte más superficial y hasta cuatro metros en la parte más honda.