REDACCIÓN
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) consideró que México está en una posición sólida para enfrentar los riesgos del entorno internacional y tiene mejores condiciones seguir recibiendo inversión extranjera.
La directora del Staff y Sherpa ante el Grupo de los Veinte (G20) de la OCDE, Gabriela Ramos, destacó que la agenda de reformas estructurales aprobadas en los últimos años colocan a México en una dinámica positiva y lo diferencian de otros países emergentes y desarrollados.
Además, México tiene la ventaja de estar geográfica y comercialmente cerca de Estados Unidos, único motor que parece estar funcionando a plenitud en el frágil escenario internacional, apuntó en entrevista en el marco de la décima edición del Foro Económico Mundial sobre América Latina (WEF Latam), realizado del 6 al 8 de mayo.
Señaló que el desempeño económico de México este año está muy vinculado a lo que suceda en el entorno internacional y no es inmune a los riesgos existentes y que podrían afectar una sólida recuperación, como los bajos precios del petróleo y la inminente alza en las tasas de interés en Estados Unidos.
No obstante, resaltó la funcionaria de la OCDE, comparado con otros países en desarrollo, México está en una posición más sólida para enfrentar ese tipo de eventualidades a nivel internacional.
«En general por primera vez, comparado con América Latina y otros países en el entorno internacional, México está mucho mejor en condiciones para seguir recibiendo inversión internacional», sostuvo.
Comentó que la celebración del WEF Latam en México por tercera ocasión ejemplifica el esfuerzo y la dinámica que el gobierno ha logrado para avanzar en temas nacionales, como las reformas, y mandar un mensaje a la comunidad internacional sobre la importancia de lograr estos acuerdos.
Expresó que México sigue causando mucha admiración en el ámbito internacional por haber logrado la aprobación de un conjunto de reformas estructurales muy ambiciosas, cuando otros países lo han tratado de hacer sin tanto éxito.
Ahora que ya se aprobaron estas reformas, lo importante es no quitar el dedo del renglón y lograr que den frutos, como ya lo están empezando a hacer con la disminución de los precios en telefonía o la no elevación de los precios energéticos, que son los impactos inmediatos.
Ramos recordó que la OCDE estima que reformas estructurales aprobadas por México pueden aportar un crecimiento de 1.0 por ciento adicional al crecimiento cada año durante la próxima década.
Además, afirmó que si estos cambios se complementan con otras reformas institucionales y de mejoría del Estado de derecho y de la seguridad, entre otros rubros, a este crecimiento se añadiría otro punto porcentual adicional cada año.
«No va a ser inmediato, porque toma tiempo para generarse los resultados, pero esto coloca a México en un sendero de crecimiento de 4.0 o 5.0 por ciento al futuro», resaltó.
Insistió en la necesidad de avanzar en otras reformas que se refieren al tejido institucional y social del país, en particular las que tienen un tema de la inseguridad, al que calificó como «el negrito en el arroz», pues con ello se pueden crear entornos más favorables para la inversión.
Para ello, dijo, México puede aprender de historias propias, pues hay historias interesantes en Monterrey o Tijuana, en lugares que eran casi paradigmáticos de la inseguridad, pero ya le han dado la vuelta a esta problemática con políticas y decisiones que han dado resultados.
Si bien México ha tenido mejorías en el tema de la inseguridad, ésta sigue siendo una preocupación fundamental de los mexicanos y de los inversionistas que miran hacia el país, de acuerdo con la funcionaria de la OCDE.
«Tienes toda una lista de cuestiones favorables para poner a México en el centro de la dinámica internacional, pero este (la inseguridad) sigue siendo el negrito en el arroz, entonces hay que abordarlo», subrayó.
Consideró que México está preparado para enfrentar el entorno internacional volátil y sus problemas internos, pues se ha demostrado que cuando los mexicanos tienen determinación para conseguir un objetivo «lo hemos logrado», como ocurrió con las reformas estructurales.
«En la medida en que esto se vea como la construcción de una agenda nacional de crecimiento, desarrollo y bienestar en donde todos contribuimos, los resultados van a ser mucho mejores», sostuvo Ramos.
Informó que la OCDE trabaja con el gobierno mexicano en temas de anticorrupción, y ha recibido solicitudes específicas para acercar mejores prácticas en temas de conflicto de interés, de transparencia y de integridad, entre otros.
Anunció que en octubre próximo la OCDE realizará un foro en México sobre bienestar, mediante el cual se busca medir el progreso de las personas no sólo con base en su ingreso, sino tomar en cuenta todas las dimensiones de bienestar, como son las oportunidades educativas y de salud, medio ambiente y seguridad, entre otras.