AGENCIAS
Gilberto Guevara Niebla, consejero de la Junta de Gobierno del INEE y presidente del Consejo Pedagógico de Evaluación Educativa (Conpee), acusó que en torno a la reforma educativa persiste desinformación creada de manera intencional.
En rueda de prensa durante la instalación del consejo, el funcionario del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) comentó que persiste la idea de que la evaluación servirá para correr a la gente de su trabajo o que la reforma es laboral y no educativa.
Sostuvo que “todos esos son prejuicios y fantasmas creados con cierta intención por algunos actores de la escena política; de ahí que ahora se pretende deshacer los fantasmas y las opacidades que se ha creado el público respecto la reforma”.
Guevara Niebla consideró injusto “lanzar calificativos fáciles respecto de lo que está ocurriendo en México. Estamos viviendo una reforma sin precedentes, muy difícil poner a la práctica pero en la cual estamos empeñados muchos”.
Enfatizó que esa proceso incluye todos los aspectos de la educación, es decir lo principal, “que es la estructura material de todo el sistema educativo, que son alumnos, maestros y escuelas, y los mecanismos que permitan generar instituciones de formación de docentes de excelencia, de alto nivel de calidad”.
El consejero de la Junta de Gobierno del INEE refirió entonces que las escuelas normales y la Universidad Pedagógica Nacional pueden jugar un papel muy importante, así como a otros centros de estudio.
subrayó que “se está pensando de manera muy ambiciosa que a lo largo de su trayecto profesional los docentes sean cada vez mejores y alcancen metas de desarrollo profesional crecientes”.
Guevara Niebla destacó, no obstante, que la reforma educativa ha estado velada por muchas obscuridades, confusiones e incertidumbres, ante lo cual se tienen que poner los puntos claros.
Es decir: “no tiene un carácter punitivo. Su eje es elevar, exaltar, mejorar, profesionalizar al magisterio de México; darles mayor reconocimiento social y mejor poder adquisitivo, convertirlos en verdaderos profesionales”.
Puntualizó que ningún profesor que legal y legítimamente tiene una plaza puede ser despojado de ella mediante esa reforma.
“Lo que sí puede suceder es que en un plazo mínimo de cuatro años los docentes sean evaluados”, aunque esa evaluación tiene un sentido formativo pues “se busca identificar sobre todo el desempeño, la práctica de los profesores en relación con el aprendizaje y una vez que se hizo una radiografía se identifican fortalezas y debilidades”.
Una vez hecha la identificación nuevas figuras que han aparecido en el escenario como los asesores técnicos, tutores o los mismos colegas y estructuras “ad hoc” que se formarán, para que los apoyen.
Abundó en ese sentido que el segundo eje de la reforma es dar poder a la escuela, lo que significa entregarle dinero en efectivo.
De esa manera se pretende combatir las llamadas cuotas voluntarias que los directores se veían obligados a solicitar a los padres para resolver problemas muchas veces elementales, rudimentarios, de equipo y materiales, entre otros.
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