Cuando Lance Browneyes (nombre que en español se traduce como «Lanza ojos marrones»), que pertenece a la comunidad de indígenas de Oglala Lakota, en Dakota del Sur (Estados Unidos) fue bloqueado en Facebook por utilizar un nombre «falso», envió a la red social una prueba de su identidad.
Facebook cambió entonces su nombre a Lance Brown.
Lance solicitó entonces en la red social que todos los que hubieran recibido un tratamiento similar lo explicaran.
También anunció que presentaría una demanda.
Facebook, que no quiso comentar en detalle el caso de Browneyes, actualizó finalmente su nombre.
Otras personas han encontrado formas de conseguir que la red corrija el error.
«Tuve que enviar una foto de mi pasaporte antes de poder usar mi nombre», escribió en el post de Browneyes una mujer llamada Robin Kills The Enemy (un nombre que, en español, se traduciría como «Petirrojo Mata al Enemigo»).
«Luego me lo volvieron a cambiar porque alguien lo denunció por violento. Entonces me pidieron que lo cambiara por «mi verdadero apellido» otra vez. No aceptaban el verdadero, así que tuve que ponerle un guion».
Ahora se llama Robin Kills-TheEnemy en su perfil.
Los usuarios que se registran en Facebook por primera vez pueden ser bloqueados si el nombre no cumple con las guías internas de la empresa, que prohíben «palabras, frases o apodos en lugar de un middle name» (lo que en inglés se conoce como nombre intermedio y que no se utiliza en los países de habla hispana).
Los usuarios también pueden denunciar cuentas si creen que son falsas.
Muchos creen que esta política es discriminatoria.
«Es un problema interesante y razonable, dado que los nombres están tan vinculados con la identidad en todos los pueblos», dice David C Posthumus, profesor asistente de Estudios sobre los Pueblos Nativos de Estados Unidos en la Universidad de Dakota del Sur.
«Este sucede especialmente en el caso de los nombres indígenas: los más tradicionales o que suenan más indígenas son potentes indicadores de identidad dentro y fuera de las reservas. Son vínculos vivientes con el pasado», dice Posthumus.
«¿Pero un nombre legítimo con una historia honorable, como Slow Bear (Oso lento) o High Elk (Alce alto), no concuerda con los estándares precisos de Facebook o con las definiciones de lo que debería ser un nombre?», se pregunta.
Pasado colonial
Una petición en Change.org con casi 17.000 firmas pide a Facebook que «permita a los indígenas estadounidenses utilizar sus nombres en los perfiles».
Un post de la bloguera Dana Lone Hill (Dona Colina Solitaria) en Facebook en el que investiga su nombre ha sido compartido más de 6.000 veces.
«Al principio tenía un poco de paranoia, hasta que me di cuenta de que no era la única a la que le había pasado esto», escribió Lone Hill.
«Algunos tuvieron que eliminar los apellidos de dos palabras u omitir una de las dos», dijo.
Lone argumenta que uno de los muñecos de tiburón que utilizó Katy Perry para su espectáculo en la final del Super Tazón tiene un perfil de Facebook, mientras que «nosotros, tenemos que probar quiénes somos».
Como parte de su política de rendición de cuentas y transparencia, Facebook emprendió una lucha contra los pseudónimos.
Es una política que ya ha sido criticada en el pasado por gente que quiere usar distintos nombres por cuestiones de privacidad, artísticas o de expresión personal.
Pero prohibir nombres reales por parecer falsos es una nueva vuelta de tuerca.
En una declaración escrita enviada a la BBC, Facebook dijo:
«Estamos comprometidos en asegurar que todos los miembros de la comunidad de Facebook pueden usar sus nombres en la vida real. Que la gente use sus nombres verdaderos hace más fácil que se responsabilicen, y nos ayuda a nosotros a eliminar las cuentas creadas con motivos maliciosos, como el acoso, el fraude, la suplantación de personalidad o el discurso de odio».
La declaración sigue diciendo que Facebook ha hecho un esfuerzo por mejorar este proceso y que ese esfuerzo continuará.
No es nuevo que los nombres indígenas se traduzcan al inglés y se utilicen como nombre oficial, dice Brian Thom, profesor asistente de antropología en la Universidad de Victoria.
«El intento de reclamar lenguas y culturas cuenta con un pasado muy complicado tras el legado del poder colonial, que trabajó tan duro para asimilar a los pueblos nativos», dice Thom.
«Sería una pena que las empresas tecnológicas, que son a menudo tan progresistas socialmente, vuelvan a reproducir los antiguos tropos coloniales al no aceptar estas nuevas formas de nombres indígenas revitalizados».
En Facebook, Browneyes dijo que espera que los indígenas se rebelen y obliguen a que esto cambie.
«No tuvieron problema en que yo cambiara mi nombre por el de un hombre blanco, pero me acosaron, a mí y a otros, obligándonos a probar nuestra identidad», escribió Browneyes.
«Nuestro pueblo debe saber que puede devolver el golpe».