Para la administración del presidente López Obrador las fuerzas armadas participaron en labores que se alejan de la naturaleza de sus funciones, mientras que la concepción que tiene de seguridad se circunscribe a salvaguardar la vida, las libertades, la integridad y el patrimonio de las personas, y contribuir a la generación y preservación del orden público y la paz social, tal y como aparece en el artículo 21 constitucional, es decir, solo a cuestiones de seguridad pública cuando en realidad, es más, mucho más.
Hoy el gobierno de la presidenta Claudia Scheinbaum continúa otorgando algunas de esas funciones a las fuerzas armadas.
Son dos visiones de una función de Estado que chocan, debido a su naturaleza. Las fuerzas armadas tienen por misiones la salvaguarda de la soberanía y la independencia, principalmente, y para ello los recursos que se le proporcionan van en función de la preparación de sus integrantes y de la salvaguarda que se le confiere y por eso sus recursos están diseñados para defender al país y sus instituciones.
Por su parte la función de seguridad pública que está a cargo de la federación, estados y municipios, tiene por objetivo la prevención del delito por conducto de las policías estatales o municipales.
A falta de legalidad en la participación de las fuerzas armadas en seguridad púbica, es que el Ejecutivo Federal creó la Guardia Nacional, pero persiste su participación en tareas ajenas.
Por ello también es que las fuerzas armadas se les confiere la salvaguarda de la seguridad nacional, debido a que su campo de acción compromete los campos del poder en que se estudia la seguridad.
Esto tiene impacto en los subsistemas de los campos del poder político, económico, social, diplomático y de seguridad.
En la pasada administración fue necesario designar recursos para actividades propias como construcción de obra pública, principalmente, pero hoy además la Defensa además de ejercer su propia Secretaría, tiene en los mandos de seguridad civil personal dispuesto a serle fiel, así como en la Comisión Nacional del Deporte cuyo titular proviene del ámbito castrense.
Además el gobierno apuesta a superar las deficiencias de la burocracia en el potencial de las fuerzas armadas, no sólo en funciones de construcción de infraestructura, sino en resguardo y seguridad pública, labores de tránsito y de policía municipal.
Sin embargo va a llegar el momento en que las funciones que por extensión se le están otorgando a las fuerzas armadas, choquen con la disciplina militar, debido a que son de naturaleza distinta.
Es posible que la apuesta por los servicios de las fuerzas armadas tenga fecha de vencimiento, no por incapacidad, sino porque no es saludable su abuso, se expone a una politización innecesaria y porque la burocracia formal debe involucrarse en las labores que en la administración pública le corresponde.
*Es Maestro en Seguridad Nacional por la Armada de México
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