REDACCIÓN
Varios liderazgos del PAN, entre ellos los nietos de dos de los fundadores del partido, consideraron que la decisión de Gustavo Madero de solicitar licencia par separarse del cargo de dirigente nacional para buscar una candidatura a diputado y luego retomar el cargo revela un comportamiento egoísta y oportunista.
Ante la inminencia de su regreso, liderazgos panistas como Manuel Gómez Morín, Adolfo Christlieb Morales, Ernesto Ruffo, Francisco Barrio y otros, le enviaron por la mañana una carta a Madero, en la que le pedían “no usar el partido en beneficio personal”.
Los liderazgos, entre ellos varios senadores, como Ernesto Cordero y Javier Corral, le decían a Madero en la carta: “Tome su propia ruta y deje al partido cumplir su misión, la de ayer y la de siempre. Sepárese definitivamente de la jefatura”.
Con profundo pesar vemos hoy que el encono y la perplejidad persisten, que nos hemos dividido en la mezquindad del proyecto personal y que el barco navega sin aquella brújula que hizo del PAN el referente moral y de buen gobierno de la política.
En medio de un sinfín de reproches, los liderazgos panistas consideraron la actitud de Madero de separarse de la dirigencia para buscar una candidatura y después regresar al cargo, como “un gesto inédito de egoísmo”.
El partido no es paraje para estar mientras se ilumina nuevo sendero, dice la carta con la que los liderazgos del PAN intentaban que Madero no regresara a la dirigencia nacional.
Su decisión de separarse de la jefatura nacional para obtener una diputación federal, dice la misiva, se interpretó como una decisión que traicionó sus promesas de campaña en pos de la reelección.
Es la deshonra de su propia palabra, la desmemoria de un compromiso, el provecho oportunista de sus silencios, dice la carta.