En las remotas y peligrosas brechas de la región limítrofe entre Michoacán y Jalisco, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) ha desplegado una táctica de guerra altamente letal: la siembra de artefactos explosivos. Este fenómeno ha transformado las tierras de la sierra michoacana en un verdadero campo minado, donde la vida cotidiana se ve alterada por la amenaza constante de explosiones.
- El CJNG, bajo la dirección de Nemesio Oseguera Cervantes, conocido como El Mencho, ha utilizado estos dispositivos para evitar el ingreso de sus rivales y de las fuerzas de seguridad. A lo largo de los municipios de Aguililla, Tepalcatepec, Buenavista Tomatlán, Coalcomán y Cotija, las minas terrestres han proliferado, creando un ambiente hostil para cualquier intento de intervención. Estas minas no son solo un obstáculo físico, sino un símbolo de la guerra territorial que libran los cárteles en la región.
Tácticas de guerra: las narcominas del CJNG
La estrategia del CJNG no es nueva, pero su sofisticación ha aumentado. En los últimos años, las minas terrestres han pasado a ser una de las armas más temibles del cártel, cuya influencia se extiende por los límites entre Michoacán y Jalisco. La metodología de «minar» los caminos y las brechas ha logrado retrasar las incursiones militares, al mismo tiempo que dificulta el avance de las células rivales que buscan apoderarse del territorio.
- La siembra de estos explosivos ha generado una serie de enfrentamientos violentos, sobre todo en las localidades de Santa María del Oro, Tazumbos y La Ruana, donde se han reportado múltiples víctimas, tanto civiles como militares. En enero de 2022, la explosión de una «narcomina» en la carretera Tepalcatepec-Aguililla dejó varios muertos y marcó el inicio de un ataque sistemático contra las fuerzas del orden.
Impacto en las fuerzas de seguridad y los civiles
Los efectos de las minas terrestres no solo han afectado a los criminales o a las fuerzas de seguridad, sino también a la población civil. En muchas ocasiones, los habitantes de las comunidades cercanas se ven atrapados en un fuego cruzado, donde los caminos minados representan un peligro constante. Esto crea una sensación de inseguridad y terror, lo que deja a muchas personas atrapadas en una situación de indefensión ante el poder de los cárteles.
- Para el Ejército Mexicano, esta estrategia se ha convertido en un verdadero desafío. A pesar de las operaciones para desactivar las minas y eliminar los artefactos explosivos, el CJNG continúa expandiendo su presencia en nuevas zonas de la Tierra Caliente. Las minas, en su mayoría caseras y rudimentarias, son difíciles de detectar y desactivar, lo que aumenta el riesgo de bajas entre las fuerzas armadas.
Operaciones militares y alianzas con grupos locales
El Ejército Mexicano ha intensificado sus esfuerzos para contrarrestar la expansión del CJNG desde principios de 2022. Aunque han logrado desactivar más de 300 artefactos explosivos en municipios como Aguililla y Tepalcatepec, la situación sigue siendo crítica. La táctica de guerra del CJNG ha evolucionado, y ahora incluyen la colaboración con células locales como Los Viagras, quienes antes eran rivales del cártel pero que ahora operan juntos.
- Además, el uso de drones cargados con explosivos ha añadido una nueva dimensión al conflicto. Este tipo de tecnología permite al CJNG atacar a larga distancia, mientras siembra el terror entre las comunidades y las fuerzas de seguridad. En este contexto, la zona conocida como la Tierra Caliente de Michoacán se ha convertido en un terreno de batalla donde la seguridad es cada vez más incierta.
¿Qué sigue para Michoacán?
La situación en Michoacán sigue siendo altamente volátil. Aunque el Gobierno Federal ha intensificado sus operativos, la respuesta del CJNG sigue siendo efectiva. La siembra de explosivos y el uso de nuevas tecnologías como los drones cargados con explosivos ponen en evidencia el poderío militar y la organización del cártel.
Lo que parecía ser un conflicto limitado a las áreas rurales ahora se ha convertido en un enfrentamiento prolongado que afecta no solo a las fuerzas de seguridad, sino también a la vida diaria de los michoacanos. La expansión del CJNG por otras regiones y la consolidación de sus alianzas con grupos criminales locales auguran más violencia y más retos para el control del territorio.
Escala narcoviolencia
Minas escondidas debajo de tierra y explosivos lanzados desde drones… no es Ucrania o el Medio Oriente, sino el Bajío, el norte y el sur de México.
A lo largo del territorio mexicano, desde hace seis años se han suscitado ataques con explosivos utilizados en países en guerra, pero en los últimos tres, el crimen organizado ha sofisticado sus ataques con tecnología de punta y con técnicas militares, que han logrado por el reclutamiento de elementos castrenses nacionales e internacionales.
- En medio de la narcodisputa por territorios, en los últimos años han muerto campesinos, policías y militares por artefactos explosivos de tipo bélico, como el uso de minas antipersonales, prohibidas a Gobiernos desde 1997 a través del Tratado de Ottawa.
- Entre los casos recientes destaca el que se suscitó en Michoacán apenas el pasado 16 de diciembre, cuando dos militares fallecieron, luego de que una patrulla activó una mina de este tipo en una zona rural de Cotija.
En Tamaulipas, el crimen organizado utilizó drones con explosivos el 14 de noviembre, lo que dejó cuatro policías estatales heridos en San Fernando y Río Bravo.
Pero los ataques no sólo han dejado víctimas entre las fuerzas armadas. El 5 de marzo, en Tumbiscatío, Michoacán, tres jornaleros murieron por una narcomina.
Ataques con explosivos de ingeniería bélica se han presentado también en Guanajuato, Chiapas, Guerrero y Sinaloa.
- En esa «sofisticación», los criminales de grupos como Los Viagras, CJNG o Cártel de la Huacana también han instalado talleres de construcción de ojivas, que son la parte delantera de proyectiles de alta potencia o para crear explosivos que lanzan desde drones modificados.
- David Saucedo, experto y consultor en seguridad, refirió que las células del narcotráfico están reclutando a militares de élite mexicanos, pero también de países como Guatemala y Colombia, que se unen a las filas del crimen ante la falta de incentivos gubernamentales.
- «Se trata de profesionales de la guerra que forman parte de los anillos de seguridad de los narcotraficantes de alto perfil. Estos personajes, a la larga, van entrenando a los brazos armados de los cárteles en tácticas que ellos aprendieron en su etapa como militares», expuso./Agencias-PUNTOporPUNTO