La migración infantil representa la cuarta parte de las personas en movilidad en América Latina y el Caribe, el 25 %, por encima de otras regiones en el mundo, informó Nancy Ramírez, directora de Incidencia Política y Temas Globales de Save The Children México.
- Además, «alrededor del 26 % de las personas desplazadas por la fuerza en nuestro continente eran niñas y niños, lo que también nos demuestra que este grupo de edad es uno de los más vulnerables al desplazamiento forzado», expuso en el Foro Internacional de Primera Infancia en Monterrey, ciudad del norte de México.
- La especialista, quien ofreció la conferencia ‘La experiencia migratoria infantil: un llamado a la acción’ , expresó que la organización internacional trabaja en acciones para proteger a estos menores de edad en situación de migración porque son la población en tránsito más vulnerable.
«En ese sentido entre los principales desafíos que hemos observado que afectan particularmente a las niñas y niños en primera infancia que están en movilidad, desde luego, una mayor vulnerabilidad a enfermedades que son prevenibles, por falta de intervenciones básicas como vacunación, consultas médicas de seguimiento», planteó.
En el evento organizado por la universidad Tec de Monterrey, añadió que si la primera infancia, de por sí, ya es vulnerable la situación se agrava en movilidad.
«También son niñas y niños que están más expuestos a accidentes y afectaciones físicas por las características propias de los trayectos que están realizando», puntualizó.
- La experta citó que, de acuerdo con cifras de Save The Children, en el 2020 se contabilizaron 35 millones de niñas y niños viviendo fuera de sus países de origen, lo que representa uno de cada 66.
- «Las niñas y niños migrantes son hoy por hoy, uno de los grupos de mayor crecimiento en el mundo. También uno de los grupos que siguen siendo de los más excluidos en las políticas públicas en todas nuestras naciones», aseguró.
Mencionó que para dimensionar la dinámica migratoria basta con señalar que a nivel global, en 2020, se estimaba que había alrededor de 281 millones de migrantes internacionales.
- «Alrededor del 13 % de esas personas, es decir, unos 35 millones son niñas y niños, lo que significa que uno de cada 66 niños y niñas en el mundo está viviendo fuera de país de origen y enfrentándose al desafío que significa ser una persona migrante», dijo.
Ramírez aseguró que esta es la mayor cifra en la historia.
- Sobre desplazamiento forzado, que ocurre por conflictos, violencia, violaciones a los derechos humanos y efectos de la crisis climática, indicó que la cifra de migración internacional y de desplazamientos internos ha subido en más del doble desde 2010.
- «El crecimiento más significativo se dio entre los años 2020 y 2023 con un incremento de más de 14 millones de niñas y niños en desplazamiento forzado en tan solo tres años», detalló.
Los niños migrantes tienen derecho a solicitar asilo
Independientemente de que viajen con su familia o solos, “los niños migrantes y refugiados tienen derecho a un proceso para que se evalúe adecuadamente su interés superior y se encuentren soluciones sostenibles a su situación, incluida una mayor integración y asentamiento en el país de residencia actual, la repatriación al país de origen o el reasentamiento en un tercer país”, afirmó Karin Hulshof, directora regional en funciones del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia.
- Además, hizo hincapié en que los niños migrantes tienen derecho a solicitar asilo y a no ser devueltos a lugares donde su vida o bienestar corran peligro.
- En este sentido, UNICEF instó a todos los gobiernos de América Latina y el Caribe a adoptar procedimientos que mantengan unidas a las familias y reúnan a los niños que han sido separados con sus cuidadores.
Karin Hulshof señaló que UNICEF mantiene su compromiso de trabajar con los países de toda la región para proteger a los niños y garantizar que sus políticas migratorias consideren el máximo beneficio para el niño.
Cifra récord de niños migrantes en América Latina y el Caribe
Los niños están migrando a través de América Latina y el Caribe en cifras récord, impulsados por la violencia de las pandillas, la pobreza, la inestabilidad y el cambio climático, informó Unicef.
- En los primeros siete meses de 2023, más de 60.000 niños cruzaron el Tapón del Darién, una importante ruta migratoria y un tramo traicionero de selva que conecta América del Sur y América Central, más que cualquier otro año registrado, dijo Unicef.
- Los niños más pequeños realizan estos viajes peligrosos a un ritmo cada vez mayor, añadió Unicef, y los menores de 11 años representan ahora hasta el 91% de todos los niños que se desplazan a través de puntos de tránsito clave en la región.
- “Cada vez más niños se desplazan, a una edad cada vez más temprana, a menudo solos y de diversos países de origen, incluso de lugares tan lejanos como África y Asia”, dijo Garry Conille, director de Unicef para América Latina y el Caribe.
“Cuando cruzan varios países y, a veces, toda la región, las enfermedades y las lesiones, la separación familiar y los abusos pueden plagar sus viajes e, incluso si logran llegar a su destino, su futuro a menudo sigue en riesgo”.
- A nivel mundial, los niños representan alrededor del 13% de la población migrante, pero representan el 25% de las personas en movilidad en América Latina y el Caribe, la proporción más alta del mundo.
- “La escala sin precedentes de la crisis migratoria infantil en América Latina y el Caribe requiere urgentemente una respuesta humanitaria más fuerte, así como la ampliación de vías migratorias seguras y regulares para niños y familias para ayudar a proteger sus derechos y su futuro, sin importar dónde se encuentren. de”, dijo Conille.
- La caminata a través del Tapón del Darién, un tramo de selva tropical remota, sin caminos y montañoso que conecta América del Sur y Central, es una de las caminatas más populares y peligrosas del mundo.
La caminata de 106 kilómetros lleva a migrantes de Colombia a Panamá y es un paso crucial para quienes esperan llegar a Estados Unidos y Canadá.
Casi 250.000 personas cruzaron en 2022, impulsadas por desastres económicos y humanitarios, casi el doble que el año anterior y 20 veces el promedio anual de 2010 a 2020.
El movimiento sin precedentes de personas en el hemisferio occidental ha ejercido una inmensa presión sobre la administración Biden, que, a pesar de implementar una serie de medidas para frenar la migración, todavía enfrenta la llegada potencial de miles de personas más a la frontera sur de Estados Unidos este otoño, lo que representa una amenaza política para el país. cuestión delicada que se encuentra en primer plano en vísperas de una elección presidencial.
Los funcionarios fronterizos ya están viendo un número cada vez mayor de encuentros diarios en la frontera en comparación con principios de este verano. En julio, el número de familias detenidas en la frontera –una de las poblaciones más vulnerables– casi se duplicó en comparación con junio, lo que generó preocupación dentro de la administración Biden.
Menores migrantes, los más vulnerables ante inseguridad alimentaria
La ONG ‘World Vision’ alertó que los niños migrantes y afrodescendientes de Latinoamérica y el Caribe son los más vulnerables ante la inseguridad alimentaria a pesar de que ambas regiones producen casi un tercio de los alimentos disponibles en todo el mundo y son responsables del 25 por ciento de la producción agrícola.
- La organización realizó una encuesta a nivel regional tras la que se desprende que seis de cada diez niños migrantes –la mitad de ellos afrodescendientes y otro tercio indígenas– han experimentado algún tipo de inseguridad alimentaria en los últimos seis meses, según recoge el último informe de ‘World Vision’.
- En el caso de los menores migrantes, en torno a un 40 por ciento afirmó que sus padres o cuidadores en algún momento han tenido que saltarse alguna comida o pedir alimentos a familiares y conocidos para dar de comer a sus hijos. Además, uno de cada diez asegura hacer una sola comida al día.
Por su parte, tres de cada cuatro menores afrodescendientes encuestados aseguran recibir menos de tres comidas al día. En general, la mayoría de niños y adultos encuestados apuntan a que los bajos ingresos, o incluso la ausencia total de ellos, es el principal obstáculo para acceder a alimentos precisamente en la región en que más caro es seguir una dieta saludable, según ‘World Vision’.
De hecho, un 30 por ciento de los encuestados reconoció que “rara vez” comen sano en casa, mientras que un 18 por ciento asegura que “nunca recibe comida sana en la escuela”. Más de la mitad reconoció consumir comida basura al menos una vez en semana, y casi dos tercios consumen bebidas procesadas de una a tres veces a la semana.
Joao Diniz, líder de ‘World Vision’ para la región de América Latina y el Caribe, comentó:
El hambre y la malnutrición dañan la dignidad, la salud y comprometen las oportunidades de millones de niños. Debido al hambre, las familias emigran; la infancia abandona la escuela y queda atrapada en redes de trabajo infantil.
El mismo Diniz lamnetó que América Latina y el Caribe produce “una de cada tres toneladas de alimentos disponibles en el mundo y son responsables del 25 por ciento de la producción agrícola mundial” y, aún así, más de 43 millones de personas “padecen hambre”. “Estamos diciendo basta a esta realidad”, añadido.
- Esta situación de inseguridad alimentaria va acompañada también de graves efectos no solo en el desarrollo físico, sino también a nivel cognitivo y emocional, especialmente en los menores.
- A nivel físico destacan las enfermedades respiratorias y diarreicas, mientras que casi el 60 por ciento de los encuestados aludió también al cansancio como la principal consecuencia del hambre.
- Asimismo, un doce por ciento de los adolescentes atribuye su bajo rendimiento académico a la falta de alimentación; mientras que un siete por ciento de los niños de entre seis y diez años apuntan también a este motivo.
El informe aseguró:
- Los niños que declaran padecer inseguridad alimentaria tienen el doble de posibilidades de sufrir otros efectos sobre la salud. Por otro lado, la organización ha hecho hincapié en los efectos sobre la salud mental, incidiendo en que los niños de entre seis y diez años tienen mayor probabilidad de sentir tristeza cuando pasan hambre.
“La infancia asocia el hambre con emociones desagradables como angustia, tristeza y otras como ira, frustración ansiedad, estrés o desesperación”, destacan desde la ONG. /Agencias-PUNTOporPUNTO