Donald Trump ha insistido en las deportaciones masivas, aunque sea poner la soga a las finanzas y a las agencias en Estados Unidos. La promesa de deportar a 11 millones de indocumentados sería, ante todo, un esfuerzo logístico monumental.
- Las agencias encargadas de la detención y deportación de inmigrantes, como el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) y la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP) están mal equipadas para manejar una operación de esta escala.
- De acuerdo con las estadísticas del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), ICE cuenta con 7 mil 711 empleados para las operaciones de deportación.
- “Comparando esta cifra con el número de inmigrantes que Donald Trump quiere expulsar, es evidente que estas agencias necesitarían una expansión muy amplia de personal y recursos”, señala desde Texas el especialista en seguridad binacional, Jaime Ortiz.
En 2019, por ejemplo, ICE deportó a 267 mil inmigrantes. A este ritmo, tomaría más de 40 años detectar, detener y deportar a 11 millones de personas. “Incluso, si se duplicara o triplicara la capacidad operativa de ICE, como ha propuesto Trump, los tiempos seguirían siendo desmesurados”, dice Ortiz; con una estimación de entre 13 y 20 años, “aún con el apoyo de la Guardia Nacional, que además, no es su función legal”.
Las personas detenidas tendrían que ser alojadas en centros de detención, lo que conllevaría enormes costos adicionales.
- Expertos como Edward Alden, del Council on Foreign Relations, han señalado que aumentar las deportaciones masivas requeriría más esfuerzo que sólo aumentar el número de agentes:
- “El verdadero obstáculo es la infraestructura. Aumentar el personal no es suficiente; necesitaríamos duplicar o triplicar las instalaciones de detención y eso lleva tiempo y dinero”.
- Además, la Oficina de Contabilidad General de Estados Unidos (GAO) ha criticado que los métodos de ICE para estimar los costos de detención no son confiables, lo que plantea dudas sobre la viabilidad presupuestaria de expandir el programa.
El impacto económico de deportar a millones de indocumentados es otro de los puntos críticos. Según un estudio del Center for American Progress, “un enfoque de deportación tienen el efecto acumulativo de drenar 2.5 billones de dólares de la economía estadounidense en 10 años. Se trata de una oscilación de 4 billones de dólares en el PIB dependiendo del enfoque político que adoptemos”.
“Se debería principalmente a la pérdida de mano de obra en sectores clave como la agricultura, la construcción y el sector de servicios que dependen en gran medida de la fuerza laboral inmigrante”, explica el economista Iván Jiménez.
- Uno de los sectores más afectados sería la agricultura, donde 50% de los trabajadores agrícolas son indocumentados, de acuerdo con diversas asociaciones de trabajadores del campo de Estados Unidos.
- La American Farm Bureau Federation ha advertido repetidamente que deportar a los indocumentados causaría una “crisis agrícola”, al obligar a los productores a depender de mano de obra más cara o de importaciones de alimentos.
John Feinblatt, presidente de New American Economy, ha destacado el impacto en la construcción y los servicios: “La mayoría de los inmigrantes indocumentados trabajan en sectores que ya sufren de una grave escasez de trabajadores.
Las deportaciones masivas incrementarían este problema, aumentando los costos y retrasando proyectos clave de infraestructura”. Si sucedieran las deportaciones masivas de Trump, la construcción y el sector servicios también experimentarían una escasez crítica de mano de obra, lo que llevaría a una desaceleración económica generalizada.
- El país se enfrentaría a una recesión al perder a millones de trabajadores, según indicó un estudio de American Immigration Coalition. El análisis señala que una implementación masiva de deportaciones podría provocar una caída del PIB anual entre 4.2 % y 6.8%, lo que equivale a pérdidas de entre 1.1 y 1.7 billones de dólares anuales.
- Estas cifras superan el impacto de la Gran Recesión de 2007-2009, cuando el PIB se redujo un 4.3%. El impacto negativo sería especialmente severo en California, Texas y Florida, estados que albergan casi la mitad de los inmigrantes indocumentados del país y donde uno de cada 20 residentes podría ser deportado.
Por otro lado, el pago de impuestos por parte de los indocumentados es significativo. Según el Institute on Taxation and Economic Policy (ITEP), el sector contribuye aproximadamente con 11 mil 740 millones de dólares en impuestos estatales y locales cada año.
Además, se calcula que pagan alrededor de 12 mil millones de dólares al sistema de seguridad social, aunque no son elegibles para recibir beneficios. Deportar a esta población generaría una brecha fiscal que sería muy difícil de cubrir.
- Deportar a 11 millones de indocumentados eliminaría una parte significativa de estos ingresos fiscales, lo que afectaría a los programas sociales y servicios esenciales financiados por estos impuestos.
- El plan también tendría un costo operativo exorbitante. De acuerdo con un estudio del Pew Research Center, procesar y deportar a 11 millones de personas costaría entre 100 mil millones y 150 mil millones de dólares; considerando los costos de detención, transporte, personal adicional y procedimientos legales.
Una investigación de Yale Insights estima que el número real de inmigrantes indocumentados en la Unión Americana podría estar entre 16 millones y 22 millones.
- “Los costos para llevar a cabo esta idea de Trump, de deportaciones masivas, sería doblemente absurda”, dice Jiménez, “estaríamos hablando de entre 200 y 300 mil millones de dólares. Una locura”.
Además, programas recientes como la admisión temporal de personas de países como Ucrania, Cuba, y Venezuela también han añadido a esta población, aunque no siempre se les contabiliza de inmediato como indocumentados.
- Para dimensionar el costo de las detenciones, se estima que cada inmigrante cuesta alrededor de 208 dólares por día en detención, según cálculos del National Immigration Forum.
- El proceso de deportación como se ha mencionado tardaría años porque el sistema judicial de inmigración está ya saturado con más de 2 millones de casos pendientes de acuerdo con el American Immigration Council.
- Otro de los aspectos más devastadores de las deportaciones masivas sería su impacto en los millones de niños ciudadanos estadounidenses que tienen al menos un padre indocumentado.
Actualmente, de acuerdo con la Oficina del Censo de Estados Unidos, al menos 4 millones 400 mil niños nacidos en Estados Unidos viven con al menos un progenitor sin estatus legal.
En caso de que sus padres fueran deportados, estos niños quedarían desamparados o separados de sus familias, lo que desataría una crisis humanitaria sin precedentes en la nación.
Viabilidad legal
Más allá de las implicaciones económicas y sociales, la viabilidad legal de las deportaciones masivas enfrenta obstáculos considerables. La Quinta Enmienda de la Constitución de Estados Unidos garantiza el debido proceso para todas las personas en el país, independientemente de su estatus migratorio.
Además del debido proceso, los inmigrantes detenidos también tienen derecho a apelar las decisiones de deportación, lo que puede prolongar los casos durante varios años. Expertos legales han advertido que, dado el estado actual del sistema de inmigración, procesar este volumen de deportaciones no sólo sobrecargaría las cortes, sino que también colapsaría los centros de detención.
Caída del PIB, menos exportaciones y crisis migratoria
Las propuestas electorales de Donald Trump y Kamala Harris en materia migratoria tendrán un impacto económico y social distinto de salir ganadores, según un estudio liderado por la Universidad de California Los Ángeles (UCLA).
- El republicano ha prometido “la mayor deportación de inmigrantes sin papeles” de la historia si es reelegido presidente. Por su parte, la vicepresidenta apuesta por una reforma migratoria que incluya una vía a la ciudadanía para los inmigrantes indocumentados que han contribuido a la economía y la sociedad estadounidenses.
- La investigación, en la que también ha participado el Peterson Institute for International Economics con la contribución del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) de México, esboza dos panoramas muy distintos. Si gana Trump y cumple su promesa, el peor escenario de una deportación masiva supondría una caída del 4% del PIB en EE UU y del 16,3% en México para 2028.
También señala afectaciones en el desempleo, el flujo de exportaciones y, como resultado, una mayor crisis migratoria por la caída de la economía. Si gana Harris, aumentaría la fuerza laboral, mejorarían los salarios, se aceleraría el consumo y crecerían las exportaciones.
- El estudio se ha basado en un modelo de equilibrio general con datos de ambos países para hacer sus predicciones sobre el PIB, cómo se transformarían los salarios, las afectaciones en los flujos de comercio en la frontera y cómo cambiaría la fuerza laboral al prescindir de una gran proporción de los trabajadores nacidos fuera de EU.
- Plantean dos escenarios de una deportación masiva, uno en el que se perseguiría a la totalidad de los migrantes irregulares en el país, unos 8,3 millones, y otro dónde solo se conseguiría deportar a una quinta parte, unos 1,3 millones.
“Descubrimos que incluso una fracción de lo que ha propuesto la campaña de Trump tendría efectos económicos devastadores tanto en Estados Unidos como en México”, concluye el documento. Raúl Hinojosa, investigador principal y profesor asociado en el departamento de Estudios de Chicanas y Chicanos de la UCLA, señala que eligieron esos dos escenarios para representar lo que supondría una deportación más moderada y otra más agresiva.
- “El 20% de los migrantes deportados del total que existen sigue siendo un escenario catastrófico para la economía”, sentencia.
- Otras investigaciones respaldan estas predicciones, con caídas del PIB de entre un 2,6% y un 6% en Estados Unidos.
“Cuando un país deporta gran parte de su mano de obra, tiene menos producción. ¿Quién va a encargarse de la construcción? ¿Y de los servicios? ¿Y de la agricultura y la industria manufacturera? No habrá trabajadores”, señala Hinojosa. La onda expansiva de una recesión económica impactaría en México, ya que los investigadores auguran que habría una disminución de las demandas de exportaciones.
- “Suponemos que la reducción seguirá una relación similar con el PIB de Estados Unidos como durante la crisis financiera global de 2009. Durante ese año, la economía estadounidense cayó 2,6%, mientras que las exportaciones mexicanas cayeron 21,2%”, señalan en las conclusiones.
Las consecuencias económicas para México han sido menos estudiadas. La investigación de la UCLA identifica tres problemas principales si gana Trump.
- El principal sería un aumento repentino de la fuerza laboral en México, una reducción de las remesas —que en 2023 llegaron a los 63.312 millones de dólares, un 4% de su PIB—, y un decrecimiento de las exportaciones como resultado de la desaceleración del PIB de su principal socio comercial.
- La caída de las remesas es una de las mayores preocupaciones para la economía mexicana por el efecto dominó que causaría. Si se deportan a 1,3 millones de trabajadores, las remesas se reducirían un 11,7%.
“Esto afectará a la economía mexicana a través de una reducción del consumo de los hogares, que suponemos será proporcional a la reducción del ingreso disponible de cada Estado”, advierten los autores en el estudio. Las comunidades más afectadas están en Guerrero, Michoacán, Oaxaca y Chiapas, donde hay una fuerte dependencia de estos ingresos en zonas rurales.
- Hinojosa subraya que, aunque una deportación masiva afectaría principalmente a trabajadores indocumentados, se crearía un efecto de arrastre en las unidades familiares de migrantes que residen en Estados Unidos.
- En los hogares coexisten familias con miembros con y sin papeles, y la deportación de uno podría ocasionar la pérdida del resto del núcleo, aunque tengan permiso para trabajar.
- En consecuencia, se produciría un trasvase de capital humano que derivaría en un desequilibrio en México, dónde el mercado no podría asumir la llegada ingente de esa fuerza laboral que terminaría desempleada.
“Si deportas a todos los indocumentados, aumentarás los trabajadores en México un 19%, es un shock masivo”, incide el director de la investigación. El desenlace sería una crisis migratoria aún mayor en la frontera. “Buscarán ir a la frontera. El resultado hará una presión más fuerte que nunca de gente querrá cruzar ilegalmente”, admite Hinojosa.
- El estudio plantea un escenario diferente con una reforma migratoria con opciones a legalizar a la mano de obra que reside en EE UU. “Si les dejas tener más libertad como hizo Reagan en 1982 para que no tengan miedo de participar más productivamente en la economía, tiene efectos positivos en el salario, invierten al tener más estabilidad en el país, aprenden inglés más rápido, se insertan mejor en el mercado laboral, en el consumo y además pagan más impuestos”, argumenta el profesor.
En Estados Unidos estiman que una reforma aumentaría un 0,6% el PIB real, un 0,7% las exportaciones y 0,2% las importaciones. México se contagiaría con un aumento de las exportaciones del 13.1% y las remesas crecerían un 65.7% en los próximos 10 años. El PIB mexicano aumentaría un 5,2% con este modelo de predicción.
Cuántos indocumentados trabajan en EEUU
- Existen diversas estadísticas sobre la población inmigrante indocumentada en Estados Unidos. El Centro para el Progreso Americano, de tendencia izquierdista, cifra la cifra en unos 11.3 millones, de los cuales 7 millones trabajan.
El Consejo Americano de Inmigración, un grupo de defensa de la expansión de la inmigración, citando datos de una encuesta sobre la comunidad estadounidense, también cifra la cantidad de personas indocumentadas en Estados Unidos en unos 11 millones. El Centro de Investigaciones Pew, un organismo no partidista, sitúa la cifra en cerca de 8 millones de personas.
- “Hay millones, muchos millones de indocumentados que trabajan en el sector; no tenemos a los estadounidenses para hacer el trabajo”, dijo Chad Prinkey, director ejecutivo de Well Built Construction Consulting, que trabaja con empresas de construcción.
“Necesitamos a estos trabajadores; lo que todos queremos es que estén documentados; queremos saber quiénes son, dónde están y asegurarnos de que pagan impuestos; no queremos que se vayan”.
- Leverant dice que aún se está determinando cómo se cubrirían los empleos perdidos por una deportación masiva. ″¿Atraemos talento de un área a otra, pero luego alguien más lo pierde?”, dijo Leverant. “Esto es bastante significativo y tenemos que estar a la vanguardia”.
Leverant dice que no le preocupa perder a ninguno de los 20,000 trabajadores que AtWork envía a varios lugares porque el estado de los documentos se controla rigurosamente, pero si otras empresas pierden trabajadores, tendrán que recurrir aún más a agencias de personal como AtWork para conseguir talentos que ya escasean.
- La oferta y la demanda dictan los salarios de los trabajadores, que se verán obligados a subir. Y eso tendrá repercusiones en toda la cadena de suministro, hasta llegar al supermercado o a la tienda de artículos deportivos.
- “Ahora estamos jugando a largo plazo, el dolor se sentirá y veremos escasez, desaceleraciones y retrasos en todos los frentes”, dijo.
- Entre las posibles consecuencias de una oferta limitada de mano de obra se encuentran que los productos no lleguen al mercado porque no hay suficientes trabajadores para distribuirlos o que se retrasen los proyectos de construcción.
Puede haber un efecto dominó
También existe preocupación sobre cómo una política de inmigración más estricta podría afectar negativamente a los trabajadores calificados.
“Esto no es sólo cuestión de mano de obra poco calificada; esto tiene un efecto dominó en los trabajadores tecnológicos e ingenieros. Tampoco tenemos allí suficiente talento calificado para cubrir esos puestos”, dijo Leverant, añadiendo que no prevé que se detenga y deporte a médicos y científicos, pero las restricciones a las visas H-1B y un ambiente generalmente más hostil podrían disuadir a los talentos de venir.
- Janeesa Hollingshead, directora de expansión de Uber Works, una división de dotación de personal a pedido de la empresa de viajes compartidos, coincide en que la tecnología se verá afectada, si el pasado es un prólogo.
“La industria tecnológica depende en gran medida de los inmigrantes para cubrir funciones cruciales y altamente técnicas”, dijo Hollingshead, recordando que Uber informó a todos los trabajadores tecnológicos con visas H-1B durante la primera presidencia de Trump que si iban a sus países de origen de vacaciones, es posible que no pudieran regresar.
- Según el Consejo Americano de Inmigración, durante el primer gobierno de Trump, los Servicios de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos rechazaron un porcentaje mayor de peticiones H-1B que en los cuatro años anteriores, pero muchas de las negaciones fueron revocadas, lo que llevó a un nivel más bajo de negaciones en el año fiscal 2020, 13%, frente al 24% en 2018. Los años fiscales 2021 y 2022 tuvieron las tasas de denegación más bajas jamás registradas.
- Hollingshead dice que las empresas tecnológicas en Estados Unidos se verán obligadas a encontrar talento tecnológico entre grupos de personas que actualmente están desatendidos y que ya se encuentran en el país. “Las empresas estadounidenses tendrán que descubrir cómo hacer esto o enfrentarse a una escasez de mano de obra aún más grave”, afirma Hollingshead.
En su mitin en el Madison Square Garden de Nueva York, justo antes de las elecciones, Trump dijo: “El primer día lanzaré el mayor programa de deportación en la historia de Estados Unidos para expulsar a los criminales”.
- “No consideraría su proceso de deportación masiva como retórica. Tenemos que asumir que dice lo que piensa”, según David Leopold, presidente del grupo de práctica de inmigración del bufete de abogados UB Greensfelder.
- Aun así, a pesar del impacto que podría tener en el mercado laboral, en la práctica, las deportaciones masivas podrían ser difíciles de llevar a cabo.
- “Es muy costoso deportar a 11 millones de personas”, dijo Leopold, prediciendo que Trump utilizará al ICE y a las agencias federales, pero también se apoyará en las fuerzas del orden locales para detener a los inmigrantes.
En una entrevista telefónica con Kristen Welker de NBC News poco después de los resultados electorales, Trump invocó la retórica más oscura sobre los inmigrantes que tuvo éxito durante la campaña, al tiempo que dijo que no se opone a que la gente venga al país; de hecho, dijo que se necesitará más gente si la estrategia de su gobierno de exigir a las empresas que establezcan operaciones dentro de Estados Unidos tiene éxito. “Queremos que la gente venga”, dijo Trump.
“Vamos a tener muchas empresas que vienen a nuestro país. Quieren venir a nuestro país… Queremos que empresas, fábricas, plantas y fábricas de automóviles vengan a nuestro país, y vendrán. Y por lo tanto necesitamos gente, pero queremos gente que no esté necesariamente en la cárcel porque asesinaron a siete personas”.
- El Consejo Americano de Inmigración estima que en una operación de deportación masiva a largo plazo dirigida a un millón de personas por año —lo que según dice refleja “propuestas más conservadoras” hechas por los defensores de la deportación masiva”— el costo promediaría $88,000 millones anuales, para un costo total de $967.9 mil millones en el transcurso de más de una década.
En su entrevista con NBC News, Trump desestimó las preocupaciones sobre el costo. “No es una cuestión de precio”, dijo. “No tenemos otra opción. Cuando la gente ha matado y asesinado, cuando los capos de la droga han destruido países y ahora van a regresar a esos países porque no se quedan aquí… no hay precio”, dijo Trump.
Leopold dice que dependiendo de la severidad del plan, los cambios podrían llegar a los consumidores en forma de aumento de precios, problemas de suministro y acceso restringido a bienes y servicios.
Impactos en la construcción
- Nan Wu, director de investigación del Consejo Americano de Inmigración, hace eco de las preocupaciones de otros al predecir problemas para los consumidores si las deportaciones aumentan bajo el gobierno de Trump.
“La deportación masiva exacerbaría la actual escasez de mano de obra en Estados Unidos, especialmente en industrias que dependen en gran medida de trabajadores inmigrantes indocumentados”, dijo Wu, citando la investigación de AIC que muestra que la industria de la construcción perdería uno de cada ocho trabajadores, y citando la investigación de AIC de que el 14% de los trabajadores de la construcción en los Estados Unidos son indocumentados.
- “El despido de tantos trabajadores en un corto período de tiempo aumentaría los costos de construcción y provocaría retrasos en la construcción de nuevas viviendas, haciendo que la vivienda sea aún menos asequible en muchas partes del país”, dijo Wu.
Lo mismo, dice, se aplica a la industria agrícola, que también vería una pérdida de uno de cada ocho trabajadores.
“Si analizamos las ocupaciones específicas, aproximadamente una cuarta parte de los trabajadores agrícolas, clasificadores y clasificadores agrícolas son trabajadores indocumentados. La pérdida de los trabajadores agrícolas que cultivan, recogen y envasan nuestros alimentos perjudicaría la producción alimentaria nacional y aumentaría los precios de los alimentos”, dijo Wu.
- Las cifras del USDA estiman que el número de trabajadores agrícolas indocumentados fue del 41% en 2018, el año más reciente del que hay cifras disponibles, y California tiene el número más alto. La AIC estima que el PIB de Estados Unidos se reduciría entre $1.1 billones y $1.7 billones.
El grupo de expertos conservador American Compass aboga por una “política de inmigración basada en las habilidades” que, según afirma, requeriría “una aplicación rigurosa de las leyes de inmigración que impida que la gente trabaje ilegalmente.
Dicha aplicación tendrá que abordar de forma prospectiva el flujo futuro de inmigrantes, así como hacer frente a los millones de trabajadores ilegales que ya se encuentran aquí”, afirmó en un informe de políticas.
Entre sus prioridades políticas se encuentran el uso obligatorio del sistema E-Verify por parte de todos los empleadores, junto con severas sanciones penales para las violaciones repetidas o intencionales; permisos de trabajo de corto plazo disponibles para inmigrantes ilegales que ya han estado en el país durante un período significativo de tiempo, pero con el establecimiento de un cronograma para cuando deben abandonar el país basado en el tiempo que ya han estado residiendo en él; y para aquellos que han residido en EE. UU. durante más tiempo, la capacidad de obtener un estatus legal permanente después de pagar una multa sustancial.
- Homan dijo en una reciente entrevista en el programa “60 Minutes” que se reanudarán las “operaciones de control en los lugares de trabajo” (rechazó el uso de la palabra “redadas”). “Va a ser necesario”, dijo, aunque agregó que las amenazas a la seguridad pública y a la seguridad nacional son las primeras prioridades.
Prinkey afirma que el impacto de un programa de deportación masiva sería dramático. “Uno de los problemas naturales con los trabajadores indocumentados es que no sabemos cuántos están aquí porque son indocumentados. No es algo sencillo. Apuesto a que la mitad o más de los trabajadores indocumentados en regiones geográficas específicas son indocumentados”, afirmó.
“Si se construye una planta nuclear o una universidad, es posible que haya muy pocos trabajadores indocumentados porque hay un nivel de supervisión mucho mayor”, dijo Prinkey. “Esos son sectores que se encogerán de hombros y seguirán adelante”. Esperaba que lo mismo sucediera con los trabajadores sindicalizados.
- Pero habrá grandes impactos en la construcción de viviendas unifamiliares y multifamiliares, según Prinkey, sectores del mercado inmobiliario que cree que podrían quedar “paralizados”.
- “Habrá demoras increíbles; un proyecto promedio de 18 meses podría tardar cinco años en completarse porque hay muy pocos cadáveres”, dijo Prinkey. “Será menos devastador en Boston que en Austin; en Austin, se paralizarían todos los proyectos”, agregó.
A pesar de las sombrías previsiones, Prinkey no cree que se vaya a producir una deportación masiva. “Donald Trump es un promotor inmobiliario; entiende lo que está pasando. Una deportación masiva no es posible sin un impacto económico devastador”, afirmó. /Agencias-PUNTOporPUNTO