Desbordada MIGRACIÓN, entre los DESAFÍOS SOCIALES de los EUA en su próxima ELECCIÓN PRESIDENCIAL

Entre amenazas de muros, endurecimiento de las políticas y algunas promesas de refugio, el futuro de las personas migrantes será decidido el próximo 5 de noviembre.

(AP Photo/Jose Luis Magana)

Estados Unidos marca el paso al resto del mundo. Si la migración o el aborto se convierten en un problema, pronto también lo será en Europa y en otras partes del planeta.

  • Otras veces, el ritmo lo marcan tendencias mundiales, de las que Estados Unidos no se puede abstraer: como son la inflación y el aumento de la polarización.
  • Pero también tiene sus propios problemas internos como son la violencia armada o el fentanilo, que centran estudios, debates y programas federales para su resolución.

Migración: la preocupación que centra el debate político

Es la segunda preocupación de los estadounidenses. Según un sondeo de Ipsos del mes de agosto, la migración es el principal reto del país para un 33% de la población.

  • Un estudio del Pew Research Center del mes de julio cifró en 47,8 millones los migrantes que viven en Estados Unidos en 2024. Son el 14,3 % de la población.
  • El Departamento de Seguridad Nacional calculaba que en 2022 unos 11 millones estaban en condición irregular, aunque se estima que el dato actualmente sea mayor.

Muchos de los accesos de migrantes tienen lugar por la frontera sur de Estados Unidos. Si se amplían los datos de 2023, en ese año se registraron 2.542.074 encuentros de migrantes con las autoridades. Se calcula que lograron entrar 1,6 millones de personas.

  • Desde el comienzo de la Administración Biden, Estados Unidos ha detenido, hasta el mes de mayo, a más de 6,3 millones de migrantes tratando de entrar de forma irregular al país. Es una cifra mayor que las administraciones anteriores de Trump, Obama o Bush.

Sin embargo, el 80% de los estadounidenses dice que el Gobierno está haciendo un mal trabajo en el manejo del flujo migratorio.

Desde junio, la Administración Biden ha vetado la solicitud de asilo en la frontera con México, la cual está cerrada. Tan solo se puede aplicar al asilo por una aplicación móvil conocida como CBP One. Esta debe ser completada en el país de origen y antes de iniciar el viaje.

Otras formas de permanecer en Estados Unidos son mediante el Estatus de Protección Temporal (TPS), con el que se da permisos a personas de 16 nacionalidades o la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), que protege a los migrantes que entraron a Estados Unidos siendo niños.

No se ha prorrogado el ‘parole’ humanitario que evitaba la deportación a migrantes de Cuba, Venezuela, Haití y Nicaragua. Se calcula que con estos tres programas se da cobijo a tres millones de personas, según la National Foundation for American Policy (NFAP).

El fenómeno migratorio, en el centro del debate en las elecciones 

Entre amenazas de muros, endurecimiento de las políticas y algunas promesas de refugio, el futuro de las personas migrantes será decidido el próximo 5 de noviembre.

El actual ciclo electoral de Estados Unidos se ve envuelto en un ambiente de intensa polarización en torno al fenómeno migratorio en la frontera sur, aunque el enfoque de cada partido es distinto, tanto republicanos como demócratas están de acuerdo en que el manejo de los flujos migratorios en el país es un tema prioritario en los próximos comicios en Washington.

  • Según una encuesta realizada por el Pew Research Center y publicada el pasado mes de marzo, el 57% de los votantes estadounidenses, sin importar el color de su partido, piensa que «lidiar con la inmigración» debería ser la prioridad para los miembros del Congreso y para el próximo presidente, o presidenta, electo en noviembre.
  • Los resultados representan un aumento del 18% desde que inició la Administración Biden en 2021, según el mismo estudio. Aunque la migración ha estado en la agenda electoral estadounidense por más de una década, en los comicios de 2024 el debate ha tomado una intensidad nunca antes vista.
  • Por un lado, la actual vicepresidenta y candidata demócrata, Kamala Harris, defiende la política migratoria de la Administración Biden, con la dualidad entre impulsar paquetes legislativos que abran nuevos caminos a la regularización migratoria y el endurecimiento de la vigilancia y el control en la frontera sur.

Del otro lado, la tradicional retórica de Donald Trump

Como en su primera campaña, el expresidente y candidato republicano ha instrumentalizado el fenómeno migratorio como un arma política para impulsar un discurso nacionalista, encuadrando a la comunidad migrante en situación irregular como la culpable de los males económicos y sociales en el país, abogando por el regreso a un estricto régimen migratorio.

  • Y en vísperas de las elecciones, la narrativa trumpista parece convencer más que nunca. Una encuesta organizada por ‘CNN’ el pasado mes de enero indica que un 48% de los electores encuestados, adultos de ambos partidos, estarían a favor de una ola de deportaciones masivas en el país, una de las promesas de campaña más fuertes y recurrentes del exmandatario republicano.
  • La situación migratoria en la frontera con México durante el periodo presidencial de Joe Biden sirve como diana de los ataques de la oposición. En diciembre de 2023, los «encuentros» en la frontera sur reportados por la agencia de Aduanas y Protección de Fronteras de EE.UU. (CBP) llegaron a su pico histórico, con alrededor de 250.000, según información oficial.

En los primeros meses del 2024, las cifras cayeron radicalmente, llegando a los 104.116 el mes de julio – un 40% menos que en diciembre –, debido principalmente al endurecimiento de los requisitos impuestos por la Administración Biden para optar por refugio y asilo político a aquellos que escapan de la violencia en sus países, además de una cercana cooperación con el Gobierno del mexicano Andrés Manuel López Obrador, que se ha encargado de ejercer un duro control migratorio en el norte y sur del país.

«Las elecciones presidenciales en Estados Unidos podrían implicar que a partir de dos visiones muy distintas de políticas hacia las migraciones internacionales ocurran más violaciones a los Derechos Humanos de las personas migrantes. Lamentablemente también podría implicar que si no ocurren más, se mantengan las mismas, pues no me parece que alguna de las dos alternativas represente un cambio drástico», describe Guillermo Yrizar Barbosa, profesor e investigador en la Universidad Iberoamericana Puebla.

La continuidad contra el regreso al trumpismo, dos visiones de país que se contraponen en las urnas el próximo mes de noviembre. ¿Qué proponen los candidatos presidenciales en relación con la política migratoria del gigante americano?

Kamala Harris y la apuesta por continuar con la dualidad de Biden

La vicepresidenta estadounidense convertida a candidata demócrata no puede desligarse del legado migratorio de su antiguo compañero de fórmula.

En su corta campaña presidencial, Harris ha sostenido una plataforma política de continuidad en referencia a la situación migratoria, defendiendo que los picos históricos en cruces migratorios irregulares alcanzados en el Gobierno de Biden son resultado de la intransigencia republicana.

  • Kamala Harris aboga por una reforma total al sistema de asilo estadounidense, proponiendo un aumento en los estándares de aceptación, modificando los procesos y tiempos de espera entre los que han conseguido ingresar a territorio estadounidense para revisar la posibilidad de regularizar su estadía y aumentar el espectro de elegibilidad para recibir tarjetas de residencia.

«Hay que reparar (el sistema de inmigración estadounidense), y estamos trabajando en ello, de modo que establezcamos un sistema de inmigración seguro, humano y ordenado en la frontera», explicó Harris en un evento organizado por ‘The New York Times’ el 30 de noviembre de 2023.

Por otro lado, Harris también busca endurecer el control en zonas irregulares.

La candidata ha propuesto impulsar de nueva cuenta las medidas incluidas en el proyecto de ley enviado por la presidencia de Biden al Congreso, que finalmente fue rechazado por la facción republicana en febrero, entre las que están el envío de 21.000 millones de dólares a la patrulla fronteriza para reforzar la seguridad en la zona, más de 8.000 millones de dólares para ampliar los centros de detención en la frontera y la conservación de la «expulsión acelerada» en el proceso migratorio.

  • La tensa animadversión republicana hacia el manejo de Biden se fundamenta en la presunta relación entre la crisis económica experimentada por un gran sector de la sociedad estadounidense y los históricos números en las entradas de personas en situación migratoria irregular al país.
  • El CBP ha recopilado más de 8 millones de «encuentros» con personas migrantes en la frontera sur del país entre enero de 2021 y julio de 2024, que aunque es lejano a los «21 millones» de ingresos irregulares alegados por Trump durante el debate presidencial, sí representan cifras récord en la historia moderna de Estados Unidos.

Para aminorar los cruces, el Gobierno de Biden implementó una serie de controversiales políticas en sus cuatro años de mandato. Primero, el alargue en el uso del Título 42 hasta 2023, que le permitió a los oficiales de migración impulsar expulsiones automáticas de personas migrantes en la frontera sur, quienes fueron relegadas a territorio mexicano por meses para esperar por una cita con las autoridades migratorias.

  • Después, Biden impulsó un decreto que le da la facultad a las autoridades migratorias de negar la apertura de citas para optar por el asilo o refugio si la frontera sur se encuentra «sobrecargada».
  • En junio, el presidente demócrata hizo necesario que las personas migrantes tengan que «plantear un temor creíble» a regresar a sus países, sin la necesidad de que las autoridades los cuestionen.

Durante la Administración Biden no hubo un cambio sustancialmente positivo

  • Algunos expertos y activistas por la protección de los Derechos Humanos de las personas migrantes critican duramente la dualidad impulsada por Biden y defendida por Harris. En el discurso, hay un alejamiento radical de los discursos antiinmigrantes del trumpismo, pero en la práctica, la situación no es muy distinta.

«Si bien detuvo la retórica y las políticas hostiles de Trump, durante la administración Biden no hubo un cambio sustancialmente positivo que pudiera hablar de un panorama radicalmente drástico en beneficio de las personas migrantes en Estados Unidos», detalla Yrizar Barbosa, recordando que Harris viajó a Centroamérica para «detener el llamado ‘efecto de llamada'», algo que resultó «insuficiente e innecesario».

El académico recalca que existe «algo de esperanza» en la candidata demócrata para que las políticas hacia las personas migrantes «sean menos hostiles», comparando su plataforma política con la de su rival electoral, abogando porque Harris pudiera implementar «una política migratoria menos inhumana, moderna y que de manera más sensible y sofisticada pudiera no nada más reconocer las causas estructurales de las migraciones forzadas y con alta vulnerabilidad, sino también los efectos y desafíos más inmediatos que requieren soluciones multilaterales», aunque reconoce que, en el panorama actual, se sabe complicado.

Trump amenaza con «deportación más grande en la historia del país»

Harris fue la cara visible de la política migratoria durante la Administración Biden, viajando a Centro y Suramérica para abordar las causas de raíz de los flujos migratorios, empero, este papel protagonista le ha costado múltiples señalamientos de su adversario.

  • Donald Trump ha tachado a su adversaria como la «zar de la frontera» durante su debate televisado el 10 de septiembre, cargándole culpabilidad por los altos números de migrantes que cruzan la frontera de manera irregular, quienes, según el exmandatario, «envenenan la sangre» de Estados Unidos.

Bajo esa misma lógica, que recuerda a algunos de los momentos más dolorosos de la historia, el magnate neoyorquino impulsa una agenda abiertamente hostil contra la comunidad migrante.

Trump ha prometido restaurar algunas de las medidas más duras de su primer periodo presidencial, incluyendo la construcción del muro fronterizo con México, restricciones de viaje a ciudadanos nacionales de Estados con población musulmana, eliminar programas de residencia legal a personas procedentes de países en conflicto con Haití y Venezuela, invocar de nueva cuenta el Título 42 y reiniciar acuerdos de «tercer país seguro» con naciones aledañas.

  • Además, Trump se ha comprometido con su electorado a impulsar nuevas políticas para restringir la movilidad en el sur del país. Entre las más importantes figura la que ha sido descrita por el propio candidato como «la operación de deportación más grande en la historia de Estados Unidos».
  • ¿Cómo? Con alrededor de 11 millones de personas que residen irregularmente en el país como objetivo principal, movilizando miles de soldados, policías y agentes migratorios para conseguirlo, otorgándole facultades a los últimos para llevar a cabo redadas en lugares de trabajo donde se sospeche que existen personas en situación irregular.
  • Para Yrizar Barbosa, otro periodo de Trump en la Casa Blanca representa «un riesgo y un peligro de regresar a políticas antiinmigrantes, de políticas racistas y xenofóbicas, políticas inhumanas, violentas y que siguen híper-politizando a las migraciones a partir de sembrar odio, división, rencor y miedos».

«Si el candidato presidencial republicano vence a Kamala Harris, podemos esperar un panorama hostil y agresivo en contra de las personas migrantes, especialmente de aquellas que son explotadas por tener documentos migratorios, poniendo en riesgo a millones de familias, de hombres, mujeres, niñas, niños, adolescentes y jóvenes», sentencia el académico mexicano, responsable del Programa Universitario en Migraciones de la Universidad Iberoamericana Puebla.

Frontera norte de México resiente las restricciones de EU ante elecciones

Albergues y migrantes varados en México resienten las nuevas restricciones en la frontera con Estados Unidos, donde este lunes se cumplen dos semanas del anuncio del Gobierno de Joe Biden de endurecer la seguridad fronteriza y limitar el asilo en medio de las campañas electorales.

  • En Ciudad Juárez, epicentro en México de la crisis binacional, preocupa la politización de la migración a tres semanas de que sean las elecciones presidenciales estadounidenses, el 5 de noviembre, expresó a EFE el pastor Francisco Gónzalez, director del albergue Vida de la red de refugios migratorios Somos Uno por Juárez.
  • “Sí afecta. Regularmente, cuando hay elecciones el tema se politiza, entonces al ocurrir eso sí afecta porque en este caso los migrantes, comoquiera, van a buscar la manera de poder introducirse o poder llegar, pero ahora sí con mayor riesgo. Creo que los orilla a un mayor peligro, es lo que realmente hemos notado”, comentó.
  • El Gobierno de Biden anunció el 30 de septiembre que endurecería las restricciones que promulgó en junio para prohibir a las personas que crucen de manera irregular pedir asilo en Estados Unidos y suspender la atención a solicitudes si se superan los 1,500 arrestos de indocumentados en la frontera por siete días.

Bajo los nuevos cambios, el número de arrestos para reactivar el sistema de asilo debe permanecer por debajo de los 1,500 por un periodo de 28 días consecutivos y los menores de edad no acompañados se incluyen en el conteo de migrantes irregulares para este propósito.

Desde las primeras restricciones al asilo, el 5 de junio, las expulsiones de migrantes arrestados en la frontera se han casi triplicado, hasta el 31 de agosto, y las autoridades deportan ahora a un 70% de todos los adultos y familias detenidos en la frontera, según el Departamento de Seguridad Nacional (DHS). /Agencias-PUNTOporPUNTO

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