La economía mexicana se desacelerará 1.3% en 2024 en medio de una coyuntura de pérdida de impulso a nivel global, caracterizada por factores geopolíticos, los efectos rezagados de las altas tasas de interés, y la normalización en la dinámica de producción y los patrones de consumo que ha comenzado a materializarse en la era post-Covid, de acuerdo con un análisis del grupo financiero Banorte.
- La previsión es menor al cálculo más reciente de 1.5% del Banco de México y mucho menor al 3% estimado por Hacienda. En 2023 la economía mexicana creció 3.2%.
“En México esta coyuntura internacional sin duda tendrá efectos importantes, al igual que el inicio de la nueva administración de la presidenta Claudia Sheinbaum, la agenda de reformas constitucionales y la presentación del Paquete Económico 2025”, expuso el grupo en el documento “Los retos de la desaceleración global”, publicado el viernes.
- “Para este año anticipamos un crecimiento del PIB de 1.3%, con la tasa de referencia de Banxico finalizando en 10.00% y el tipo de cambio en 19.90 pesos por dólar”, agregó.
- Para 2025 la economía mexicana se desaceleraría aún más, a 1%, según las estimaciones de Banorte.
En el ámbito internacional, Banorte señaló que el mundo se encuentra en un momento de “franca pérdida” de impulso económico.
Explicó que existen tres fuerzas detrás de esta coyuntura. Primero los distintos factores geopolíticos que se han convertido en un importante viento en contra para el crecimiento.
“Entre ellos se encuentran algunos conflictos armados, cambios de esquemas políticos derivados de una gran cantidad de elecciones en el mundo (con poco más de la mitad de la población mundial acudiendo a las urnas en 2024) y el proceso de adaptación de una globalización que se ha ido transformando de la mano con la polarización entre dos grandes potencias: Estados Unidos y China”, destacó.
- El segundo componente es el efecto rezagado de una política monetaria que ha sido muy restrictiva en el último par de años.
“La tercera fuerza viene de la normalización en la dinámica de producción y los patrones de consumo que ha comenzado a materializarse en esta era post-Covid. Este contexto forma parte del centro de la discusión de quienes toman decisiones patrimoniales, empresariales y de políticas públicas”, indicó.
- Señaló que, aun así, es importante considerar que el ritmo de desaceleración es desigual entre regiones, con un deterioro más marcado en Europa, seguido de China y algunos países asiáticos, terminando con Estados Unidos.
“En específico, este último podría ser el más resiliente dentro del G-10. En este sentido, mantenemos nuestra tesis de que una recesión en lo que queda del 2024 o en 2025 en la economía norteamericana es muy improbable”, estimó.
Añadió que será muy importante analizar las elecciones restantes, principalmente los comicios en Estados Unidos el próximo 5 de noviembre, donde hasta el momento se anticipa un resultado muy cerrado entre Donald Trump y Kamala Harris.
“De ello dependerán muchas cosas a nivel global, desde cuestiones medioambientales y regulatorias hasta aquellas comerciales y de seguridad, por mencionar algunas”, comentó.
Agregó que otro tema fundamental será la respuesta de política monetaria en diferentes latitudes para contrarrestar la desaceleración en un entorno de riesgos aún latentes.
Señaló que las economías avanzadas iniciaron sus ciclos acomodaticios, por lo que el debate más importante ahora es el ritmo de normalización de las condiciones monetarias en diferentes países y regiones, especialmente después de que la Fed sorprendió con su primer recorte de 50 puntos base, lo que fue más agresivo de lo anticipado./Agencias-PUNTOporPUNTO