“SEGURIDAD ALIMENTARIA” en RIESGO; va en aumento la CONTAMINACIÓN BACTERIANA

Este estudio anota que el cambio climático no solo afecta el cultivo y la producción de alimentos, sino que también tiene un impacto directo en la salud pública.

El cambio climático representa otro riesgo para la seguridad alimentaria, particularmente en lo relacionado con las enfermedades transmitidas por alimentos, según los resultados de un nuevo estudio publicado en la revista Applied and Environmental Microbiology.

  • La investigación indica que el aumento de la humedad y otros factores climáticos están favoreciendo la proliferación de Salmonella enterica, una bacteria responsable de enfermar a aproximadamente 1.2 millones de personas cada año en Estados Unidos.
  • Especialistas explican que la Salmonella enterica es una de las causas más comunes de enfermedades transmitidas por alimentos, particularmente a través del consumo de productos frescos contaminados.

Esta bacteria puede sobrevivir en diversos cultivos agrícolas y mantenerse en el suelo durante periodos prolongados. Según los investigadores, el cambio climático está modificando los ambientes en los que estas bacterias prosperan, afectando gravemente la seguridad alimentaria.

“La Salmonella explota los cambios en el entorno vegetal que imparten otros organismos. Las plantas infectadas con fitopatógenos bacterianos (organismos que causan enfermedades en las plantas) resultan en una mayor persistencia de este patógeno entérico humano”, dice la investigación.

  • Jeri Barak, profesor en el Departamento de Patología Vegetal de la Universidad de Wisconsin-Madison y autor del estudio, subrayó que no sorprende que un huésped sea alterado por la enfermedad.
  • Comentó que Lo interesante es cómo estos cambios afectan a otros miembros de la comunidad bacteriana, además del patógeno que causa la enfermedad.
  • “Además, el impacto del aumento de la humedad en las plantas sanas también apoyó la supervivencia de Salmonella en las plantas, lo que convertiría el cambio climático en un problema de seguridad alimentaria”, advirtió el investigador.

Relación con las enfermedades de las plantas

El estudio explica la relación que hay entre la Salmonella y las enfermedades de las plantas, en particular la mancha bacteriana de la lechuga, causada por Xanthomonas hortorum pv. vitians.

Esta enfermedad no solo amenaza la producción de hojas verdes, sino que también crea un ambiente propicio para que la Salmonella se internalice en las plantas.

Los investigadores realizaron experimentos utilizando lechuga infectada con la mancha bacteriana y expuesta a Salmonella.

  • Variaron las condiciones de humedad y el momento de la introducción de la bacteria para observar cómo esto afectaba la capacidad de la bacteria para sobrevivir y multiplicarse.
  • Los resultados mostraron que la Salmonella puede prosperar en condiciones de alta humedad, un fenómeno que se espera que se vuelva más frecuente con el cambio climático.

“El cambio climático aumentará el riesgo de enfermedades transmitidas por los alimentos por el consumo de productos crudos», dijo Jeri Barak.

  • El estudio encontró que la supervivencia de la Salmonella depende de cuándo se introduce en relación con la infección por la mancha bacteriana.
  • Si la bacteria llega demasiado pronto, la planta puede defenderse y limitar su crecimiento.
  • Sin embargo, si se introduce demasiado tarde, la planta ya estará debilitada, lo que permite que la Salmonella se desarrolle sin restricciones.
  • Además, los síntomas de enfermedad en las plantas, como el «remojado» de las hojas, facilitan aún más el crecimiento de la Salmonella.
  • La investigación concluye que el cambio climático, al aumentar la frecuencia y duración de los periodos húmedos, intensificará este problema.

Implicaciones para la Seguridad Alimentaria

Este estudio anota que el cambio climático no solo afecta el cultivo y la producción de alimentos, sino que también tiene un impacto directo en la salud pública.

A medida que las condiciones climáticas cambian, es probable que las enfermedades transmitidas por alimentos como la salmonelosis se vuelvan más comunes, lo que pone en riesgo la salud de millones de consumidores, alertan los investigadores.

  • Controlar las enfermedades de las plantas es también importante para la seguridad alimentaria. “Con el aumento del cambio climático, el riesgo de enfermedades transmitidas por alimentos a través de productos crudos solo aumentará», recalcan los investigadores.
  • Las estrategias de mitigación y adaptación son esenciales para proteger no solo las cosechas, sino también la salud de la población. Mientras el clima continúa cambiando drásticamente, la necesidad de investigar más sobre cómo estos factores interactúan es más urgente, destacan especialistas.

Por lo que sugieren que las soluciones no solo deben centrarse en la producción de alimentos, sino también en garantizar que estos alimentos sean seguros para el consumo.

Crisis alimentaria

Una investigación de London School of Hygiene & Tropical Medicine, destaca otros problemas causados por el cambio climático en la cadena alimentaria.

  • Destaca que el cambio climático es una crisis global que se está intensificando, principalmente, por las actividades humanas, que aumentan las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) como el dióxido de carbono, el metano y el óxido nitroso.
  • Estas emisiones han causado un aumento en la temperatura del planeta, alteraciones en los patrones de lluvia, un incremento en el nivel del mar y una mayor frecuencia de eventos climáticos extremos.

Al mismo tiempo, el sistema alimentario actual no está logrando proporcionar alimentos suficientes y nutritivos para la población mundial.

  • Esto afecta especialmente a las personas en países de bajos y medianos ingresos, ya que más de una quinta parte de los países enfrenta altos precios de alimentos, y casi 2 mil 500 millones de personas no tienen acceso a alimentos suficientes y seguros.
  • De seguir en esta trayectoria, para el año 2030, se espera un mundo con grandes desigualdades sociales, donde 575 millones de personas seguirán viviendo en pobreza extrema, enfrentando los impactos del calentamiento global que supera los 1.5 °C, advierte la investigación.
  • Los sistemas alimentarios también contribuyen al cambio climático. Desde la producción hasta la eliminación de residuos, estos sistemas son responsables de más del 30% de las emisiones de GEI, el 70% del uso de agua dulce y el 80% de la deforestación.

Además, son la principal causa de la pérdida de biodiversidad y un gran contribuyente a la contaminación química y plástica. Un tercio de los alimentos producidos en el mundo se pierde o se desperdicia, lo que agrava estos problemas.

El cambio climático también afecta la calidad nutricional de los alimentos. Por ejemplo, el aumento de dióxido de carbono puede reducir los niveles de proteínas y minerales en cultivos, lo que altera su valor nutricional. Esto impacta en la disponibilidad de alimentos y en los precios.

Un estudio demuestra que la contaminación por pesticidas afecta más allá

Posiblemente una de nuestras preocupaciones cuando compramos frutas y/o verduras es la posible contaminación que puedan tener por pesticidas. Para poder esquivar o reducir la presencia de pesticidas, muchos consumidores optan por pelar sus frutas o lavarlas minuciosamente, creyendo que estas prácticas son suficientes para eliminar posibles contaminantes en los alimentos. Sin embargo, un nuevo estudio revela que la contaminación por pesticidas puede ir más allá y no desaparecer completamente aunque se pele la fruta o la verdura.

  • La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) reveló que el 41% de las frutas y hortalizas europeas contienen restos de residuos de pesticidas, tal y como se detalla en este reportaje de La Vanguardia.
  • Ahora, otro estudio publicado en Nano Letters y recogido por el medio especializado Phys.org ha descubierto como obtener imágenes de alta tecnología para detectar la contaminación por pesticidas.
  • Este método de obtención de imágenes insinúa que el lavado por sí solo no sería suficiente para prevenir la ingesta de pesticidas. Los investigadores sugieren pelar la fruta y eliminar la pulpa exterior.

Estos hallazgos plantean interrogantes sobre la efectividad de las prácticas actuales de lavado y pelado de frutas. Aunque estas técnicas pueden reducir la exposición a pesticidas, es posible que no eliminen completamente el riesgo. El estudio también destaca la importancia de reevaluar los métodos utilizados para establecer los límites máximos de residuos de pesticidas en alimentos.

Cómo eliminar bien los pesticidas de las frutas

A pesar de que no existe un método 100% efectivo para eliminar todos los residuos de pesticidas de los alimentos, hay varias prácticas que pueden ayudar a reducir significativamente su presencia en frutas y verduras

  • Lavar las frutas y verduras a conciencia

Enjuagar las frutas y verduras bajo un chorro de agua corriente es más eficaz que dejarlas en remojo ya que la presión del agua ayuda a arrastrar los residuos de pesticidas afirman en el Centro Nacional de Información de Pesticidas (NPIC)

  • Pela las frutas cuando sea posible

Si bien es cierto que al pelar las frutas se pierden algunos nutrientes, pelarlas es una forma efectiva de reducir al máximo la exposición a pesticidas.

  • Seca las frutas y verduras después de lavarlas

Usar un paño limpio o un papel de cocina para secar las frutas y verduras después de lavarlas puede ayudar a eliminar cualquier residuo que se haya anulado al lavarlas con agua.

La lluvia puede contaminar los alimentos y enfermar a la población

Las enfermedades gastrointestinales suelen presentar un alza durante el verano debido al fenómeno conocido como ingesta de “alimentos llovidos”.

El investigador del Instituto Regional de Investigación en Salud Pública, del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), René Cristóbal Crocker Sagastume, explicó que la lluvia es un vehículo portador de las toxinas que viven en la atmósfera y en el suelo, ya que en muchos espacios no se tienen procesos de bioseguridad y hay un nivel muy alto de polución, las cuales se filtran tras la caída de agua en las cosechas y propician que la fruta y verdura llegue a la venta en mal estado.

  • “La lluvia tiene efectos beneficiosos sobre la producción de alimentos, pues no sólo proporciona agua y humedad a la tierra, lo que es fundamental para el crecimiento de las plantas; sino que además brinda nitrógeno a las hojas y ayuda a que los frutos crezcan con facilidad», explicó.

«Lo negativo, por decirlo de alguna manera, es que existen agentes contaminantes en el ambiente, ya sea por un exceso de polución, minerales, herbicidas, incluso excrementos; cuando hablamos de ‘alimentos llovidos’ hacemos referencia a la contaminación bacteriana que se genera por el mal saneamiento de las tierras o espacios de cosecha, en el que con la humedad de la lluvia se afecta la bioseguridad de los alimentos”, explicó.

  • Uno de los factores que afecta es el uso de herbicidas o químicos para tratar la tierra, los cuales desprenden una gran cantidad de minerales y toxinas; a esto se le suma que en muchas ocasiones en el campo no se cuenta con medidas sanitarias adecuadas, por lo que existe una gran polución en la que se integra basura orgánica e inorgánica y heces de animales y personas.

“Si bien la lluvia es necesaria, también genera caldos de cultivo patógenos, porque en la humedad es donde crecen bacterias, hongos y virus”, dijo.

  • A partir de esto, se puede inferir que incluso alimentos marinos suelen estar contaminados debido a que la lluvia funge como canal y arrastra todo tipo de contaminación a diferentes espacios; por lo que puede haber mariscos contaminados, carne de vaca, cerdo o pollo en mal estado, de la misma manera que frutas, verduras y hortalizas.

“Epidemiológicamente, las enfermedades humanas en épocas de lluvia son gastrointestinales, la más común es la diarrea, principalmente en niños con problemas de inmunidad. También se pueden presentar enfermedades bacterianas como la escherichia coli, un contaminante producido por las heces humanas; el crecimiento de algunos protozoarios, como las amebas que crecen en aguas contaminadas”, añadió.

  • Alimentos contaminados podemos encontrar en cualquier época del año, sin embargo, por las condiciones climatológicas se incrementa la aparición de patógenos que propician enfermedades.
  • Lamentablemente, no hay un elemento visible que indique que un alimento se encuentra en mal estado, pero se tiene conocimiento de que en gran medida las acelgas, lechugas, verduras y frutos de primavera como el mango, son los que mayormente se ven afectados en esta temporada.

“La única forma en que podemos tener certeza de que un alimento está en buen estado es cosechándolo nosotros mismos; fuera de esto no hay forma en que podamos detectar si viene contaminado; si bien podemos evitar comprar o ingerir alimentos que vengan con gusanos, que a la vista se note un cierto grado de podredumbre y siempre lavar y/o desinfectar los alimentos”, explicó Crocker Sagastume.

Además de lo anterior, el investigador recomendó a la población mantener refrigerados los alimentos, lavarlos muy bien antes de que se guarden para eliminar cualquier toxina que puedan tener y de esta forma no infectar otros productos; limpiar los alimentos con agua potable, ya que también este es un foco infeccioso.

Por último, tomar conciencia del lugar del que vienen los alimentos, familiarizarse con las prácticas del campo o las industrias para así entender los procesos de riego, los químicos que pueden contener y la diversidad de factores que pueden existir detrás del producto consumido. /Agencias-PUNTOporPUNTO

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