Opinión. RAMÓN ZURITA SAHAGÚN
La pregunta se la hacen constantemente los sinaloenses: ¿quién gobierna el estado?
El cuestionamiento nace de la injerencia de Enrique Inzunza Cázares dentro del Poder Judicial y de la desidia del gobernador Rubén Rocha Moya sobre denuncias diversas sobre actuaciones del exsecretario de Gobierno y senador electo.
En Sinaloa nada sucede y todo pasa, siempre y cuando lleven la venía de los dos personajes o de alguno de ellos, según sea la circunstancia.
La familia de Inzunza y sus aliados dominan el panorama judicial, lo mismo en el Tribunal Electoral con su hermana Aida Inzunza Cázares y Carolina Chávez Presa, que, en el judicial con Jesús Iván Chávez Presa, presidente del Tribunal Superior de Justicia, su antiguo colaborador y hermano de Carolina.
En el Tribunal Electoral no hay nada en contra de MORENA, pues Inzunza mantiene el control con dos de las tres magistradas.
Y en el Judicial tampoco por eso no han procedido las acusaciones que pesan sobre el senador electo por los delitos de trata de personas, actos pornográficos y violencia sexual agravada, presentados por la jueza de primera Instancia y Control y Enjuiciamiento Penal, Ana Karina Aragón, sobre hechos ocurridos en 2016.
La jueza recibió de inmediato la respuesta con amenazas de todo tipo, recordando que el denunciado no era cualquiera persona, ya que se trataba del candidato a senador por MORENA.
Esa acusación hizo reaccionar a la dirigencia de MORENA que analizó la posibilidad de bajarlo de la candidatura, pero la intervención del gobernador Rubén Rocha lo impidió.
Y es que Inzunza Cázares fungió como secretario de Gobierno del actual gobernador durante los primeros tres años de gobierno y como tal avaló las actuaciones de los hijos del gobernador, considerados como los nuevos papayos. Cada vez que hay una licitación alzan la mano y dicen papá yo.
El gobernador tiene frentes abiertos por todos lados, ya que su prepotencia para gobernar se nota en sus actos de gobierno, donde de la mano de Inzunza hizo y deshizo en la primera mitad de su gobierno.
Hay sospechas de la tolerancia y hasta posibles arreglos del actual gobierno con los grupos del crimen organizado y su intromisión en contra de la autonomía de la Universidad estatal son los constantes enfrentamientos que llevaron a la destitución y denuncia en contra del rector y la habilitación de un emergente en su lugar.
Rocha pretende desarticular al grupo que encabezó el recién asesinado exrector Héctor Melesio Cuén cuya permanencia en el poder de la UAS data de casi dos décadas y donde dos de sus hijos disfrutaban de plazas, por lo que fueron despedidos hace unos días.
La intención de Rocha es controlar la sucesión del rector, reducir el presupuesto, restarle autonomía y detentar el control de los egresos, cargo que ocupó durante años Héctor Melesio Cuén Díaz, hijo del asesinado exrector y sobre el que existen denuncias de todo tipo.
El asesinato de Héctor Melesio Cuén Ojeda le vino a despejar el conflictivo panorama, aunque el crimen del exrector no es aclarado, aunque la versión de que fue un intento de asalto nadie la cree.
En un estado donde el sospecho sismo es cosa seria, sus habitantes se pregunta sobre lo oportuno que resultaron las vacaciones del gobernador Rubén Rocha Moya, cuando sucedieron la captura de Ismael “Mayo” Zambada y Joaquín Guzmán López y el asesinato de Héctor Melesio Cuén Ojeda uno de sus principales adversarios.
Para muchos la mancuerna Rocha-Inzunza seguirá operando por mucho tiempo, pues el Senado pondrá en la línea sucesoria de Rocha el próximo senador.
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Cada vez más confusa la detención del Mayo Zambada y el hijo de El Chapo, tal vez el próximo miércoles se sepa algo más real con la presentación del Mayo ante un juez.
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Ramón Zurita Sahagún
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