Esta historia trata de un tren que rompe con un célebre sistema ambiental, pone en riesgo un templo de más de 300 años, atraviesa de forma subterránea dos kilómetros de la ciudad fronteriza de Nogales, Sonora, y echa mano de una red de empresas señaladas de factureras.
Comienza en Empalme, una localidad de más de 50 mil habitantes que se fundó en 1905, justo por la creación de un entronque de ferrocarril. Formaba parte de Guaymas y hace 70 años se convirtió en municipio. Es un sitio tan escénico como abandonado: vías del tren que pasan a unos metros del mar, antiguas casas estilo californiano que recuerdan sus épocas de luces y un abandono de servicios públicos que lleva a los pobladores a contar los días de la semana en que tienen agua potable.
- El narcotráfico mantiene sitiado el lugar, y eso provoca que muchos de los actos de crítica a los poderes legales y fácticos se conviertan en un factor de alto riesgo. Por momentos se diluye la línea entre ambos.
- Y es aquí donde inicia la estructura de empresas asociadas que ahora controlan una parte importante del reordenamiento de las vías del tren que van del puerto de Guaymas a Nogales. Varias de estas compañías han sido señaladas de manera pública de ser factureras, es decir, de emitir comprobantes fiscales sin entregar los bienes pagados.
En 2018, el municipio de Empalme fue ganado por la alianza Morena, Partido del Trabajo y Encuentro Social. De acuerdo con documentos oficiales obtenidos para esta investigación, el alcalde morenista de entonces, Miguel Francisco Javier Genesta.
Sesma, empezó a ordenar servicios de asesorías, compra de computadoras, renta de autos y maquinaria pesada, entre otras, pero regidores y la síndica procuradora, Adriana Margarita Pacheco Espinoza, notaron que por más facturas que se pagaban los bienes y servicios no aparecían.
- Empezaron a buscar los domicilios de las empresas y documentaron que sus direcciones fiscales eran casas de interés social y locales abandonados. Entonces, en una conferencia de prensa realizada en 2020, mostraron la investigación lograda: siete personas morales y tres físicas, la mayoría de la capital Hermosillo, habían facturado unos 10 millones de pesos al municipio de Empalme y no había prueba de la existencia de las compras. La cantidad representaba cerca de 5% del presupuesto municipal de ese año.
La denuncia llegó a la Fiscalía Anticorrupción de Sonora. Al preguntar por los avances del caso, la institución se negó a dar información. Además, empresas de esta red fueron observadas en 2021 por el Instituto Superior de Auditoría y Fiscalización de Sonora.
Ahora, tres años después del trabajo de la auditoría, integrantes de la estructura son los nuevos beneficiarios de una parte de la obra que lleva a la reubicación de las vías del tren de Nogales. La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) les entregó un contrato a través de una invitación restringida que suma 647 millones de pesos para la firma 3PM Proyectos Civiles y Arquitectónicos, S.A. de C.V., una compañía que apenas se formó en 2020, que tiene una pequeña oficina de la torre más costosa de Hermosillo, y que tuvo que hacer alianza con otra empresa que sí cuenta con vasta experiencia, grúas y maquinaria pesada para ganar el contrato de nombre Obras Especializadas del Pacífico, creada hace 25 años, en 1999, con sede en Mazatlán, Sinaloa, municipio que se halla a mil 100 kilómetros de Ímuris, Sonora, lugar de los trabajos. A pesar de esto, 3PM es la que recibe los pagos, lidera el proyecto y subcontrata a la empresa mazatleca.
Después de un largo proceso de transparencia, los reporteros obtuvimos los contratos y planos de una parte de la obra. También se visitó la ruta que comienza en Guaymas, se desvía a la sierra de los municipios de Ímuris y Santa Cruz, y concluye a unos cuantos metros de la línea fronteriza de Nogales.
Un punto común de la obra es el silencio de las autoridades municipales, estatales y federales. A diferencia de otras grandes infraestructuras en el país, esta no ha sido promocionada por el gobierno ni ha sido visitada frecuentemente por Andrés Manuel López Obrador.
- En las conferencias de prensa mañaneras presidenciales el tren de Nogales se ha mencionado unas 22 ocasiones, la mayoría de forma somera, mientras que el Tren Maya, por ejemplo, se ha comentado 638 veces, de acuerdo con una revisión al portal presidencial.
- El Presidente ha decidido entregarle a las Fuerzas Armadas buena parte de los megaproyectos de su administración, como el Tren Interoceánico, el Tren Maya o esta desviación de las vías del tren de carga comercial a Estados Unidos, con el argumento, sin comprobar, de que los militares son, en los hechos, más honestos que los civiles.
Sin embargo, este contrato de millones de pesos fue adjudicado por la Defensa Nacional sin licitación pública abierta a una estructura de accionistas y empresas que ya había sido señalada públicamente de corrupción. Ese no fue un impedimento para los uniformados./Agencias-PUNTOporPUNTO