TEXTO ÍNTEGRO: América LATINA está más expuesto a PELIGROS CLIMÁTICOS; viven bajo amenaza 41 MILLONES de PERSONAS

Decenas de millones de personas que viven en zonas costeras de baja altitud en América Latina y el Caribe se enfrentan a las consecuencias de fenómenos meteorológicos extremos que amenazan sus vidas y medios de subsistencia, así como los hospitales de los que dependen, según un nuevo estudio del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).

La Organización Meteorológica Mundial (OMM), una agencia especializada de las Naciones Unidas, anunció que el año 2023 se consagró como el más caluroso registrado en América Latina y el Caribe. Este fenómeno climático, acompañado de intensas lluvias e inundaciones, socavó significativamente el desarrollo económico de la región.

  • El informe de la OMM, titulado ‘Estado del clima en América Latina y el Caribe en 2023‘, ratificó que el año pasado estableció un récord de temperaturas, con una media que superó en 0,82 grados Celsius el promedio del periodo 1991-2020 y en 1,39 ºC la referencia del periodo 1961-1990.
  • Estas cifras provocaron que el nivel del mar siguiera subiendo a un ritmo superior a la media mundial en gran parte de la zona atlántica de la región, lo que supone una amenaza para las áreas costeras.

«Lamentablemente, 2023 fue un año de peligros climáticos sin precedentes en América Latina y el Caribe (…) Las condiciones de El Niño durante la segunda mitad de 2023 contribuyeron a un año cálido récord y exacerbaron muchos fenómenos extremos. Esto se combinó con el aumento de las temperaturas y peligros más frecuentes y extremos debido al cambio climático inducido por el hombre», afirmó la secretaria general de la OMM, Celeste Saulo.

El informe indica que una intensa y grave sequía, empeorada por olas de calor, afectó a amplias zonas de América Latina durante 2023, incluida gran parte de América Norte y América Central.

Sequías en México

Por ejemplo, a finales de 2023, el 76 % de México sufría algún grado de sequía. Y esta se extendió cada vez más en la mitad norte de Sudamérica a medida que avanzaba el año y se establecía El Niño.

  • Las precipitaciones de junio a septiembre fueron muy inferiores a la media en gran parte de la cuenca amazónica. Ocho estados brasileños registraron las precipitaciones más bajas de julio a septiembre en más de 40 años y el río Negro, en el Amazonas, alcanzó su nivel más bajo desde que se empezó a observar en 1902, explica el texto.
  • El calor extremo y las olas de calor afectaron al centro de Suramérica de agosto a diciembre. Las temperaturas en algunas zonas de Brasil superaron los 41 grados centígrados en agosto, cuando la región se vio afectada por un clima abrasador en pleno invierno austral.

Por su parte, el bajo nivel del agua en el Canal de Panamá restringió el tráfico de barcos a partir de agosto.

  • Como contraparte, la transición de La Niña a El Niño a mediados de año provocó un gran cambio en los patrones de precipitaciones, y muchas zonas de la región pasaron de sequías o inundaciones relacionadas con La Niña al extremo opuesto.

Por ejemplo, se reportaron lluvias torrenciales en Jamaica y Haití, y en República Dominicana 21 personas perdieron la vida tras un récord de precipitaciones diarias de 431 milímetros.

Graves repercusiones

Tanto el calor, como la sequía, los incendios forestales, las precipitaciones extremas y los huracanes «tuvieron importantes repercusiones en la salud, la seguridad alimentaria y energética y el desarrollo económico», explica el informe.

  • Cifras citadas por la OMM indican que se estima que en América Latina y el Caribe se produjeron 36,695 muertes anuales en exceso relacionadas con el calor entre 2000 y 2019.
  • El informe también destaca la necesidad de invertir más en los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales para reforzar las predicciones y las alertas tempranas en la región.

El documento alerta que el 47 % de los miembros de la OMM solamente proporcionan servicios meteorológicos «básicos o esenciales» y el 6 % proporciona servicios «completos o avanzados» para apoyar la toma de decisiones en sectores sensibles al clima.

El cambio climático amenaza a 41 millones de personas 

Decenas de millones de personas que viven en zonas costeras de baja altitud en América Latina y el Caribe se enfrentan a las consecuencias de fenómenos meteorológicos extremos que amenazan sus vidas y medios de subsistencia, así como los hospitales de los que dependen, según un nuevo estudio del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).

  • El análisis revela que unos 41 millones de personas que viven en zonas costeras están expuestas a tormentas e inundaciones que ponen en peligro sus vidas. Esto supone el 6% de la población de la región.
  • La agencia identificó comunidades costeras más expuestas a peligros, como huracanes y otras tormentas cada vez más frecuentes y graves debido al cambio climático, utilizando imágenes de satélite, datos geoespaciales y estimaciones de población.

Interrupción de la atención sanitaria

Las secuelas de los fenómenos meteorológicos extremos suelen provocar inundaciones generalizadas que destruyen viviendas y empresas e interrumpen servicios esenciales como la atención sanitaria.

Además, las mujeres y las niñas suelen verse afectadas de forma desproporcionada, al verse desplazadas de sus comunidades y espacios seguros e incapaces de acceder a servicios de planificación familiar, partos seguros o protección frente a la violencia de género.

El análisis también muestra que 1448 hospitales vitales para la salud materna y la planificación familiar están situados en zonas costeras de baja altitud más propensas a los riesgos naturales:

  • En Aruba y las Islas Caimán, Surinam, Bahamas y Guyana, más del 80% de los hospitales se encuentran en zonas costeras bajas.
  • En el resto del Caribe y América Latina, los países con mayor número de hospitales en zonas costeras bajas son Brasil, con 519 (7,2%) instalaciones.
  • México, con 159 (5,4%) instalaciones, Haití, con 133 (10%) instalaciones, y Ecuador, con 130 (11,9%) instalaciones

“El cambio climático afecta con mayor dureza a las mujeres y las niñas y exacerba las desigualdades existentes. Millones de mujeres y niñas pobres y vulnerables, que son las menos responsables de la crisis climática, pagan un alto precio cuando los desastres relacionados con el clima golpean y perturban los servicios esenciales de salud y protección, así como los medios de subsistencia», dijo la directora ejecutiva de la agencia, Natalia Kanem.

Mayor inversión y recopilación de datos

La agencia presentó estos datos en la conferencia de los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo que se celebra en Antigua y Barbuda, e indicó que pidió una mayor inversión y ayuda técnica para mejorar la recopilación de datos sobre el impacto de la crisis climática en las mujeres y las niñas y para ayudar a los países vulnerables a crear sistemas de salud resistentes al clima.

  • En este sentido, el organismo recordó que la crisis climática supone una amenaza existencial para esos países. En varios de ellos, Bahamas, Surinam, Guyana, más del 80% de la población vive en zonas costeras de baja altitud, que están hasta 10 metros por encima del nivel del mar.

La conferencia coincide con el inicio de la temporada de huracanes en el Atlántico, que se prevé “extraordinaria”, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos.

  • La agencia indicó, además, que está utilizando sus datos de población con imágenes de satélite y datos geoespaciales para proporcionar a los equipos de respuesta humanitaria información crítica sobre las comunidades vulnerables, como hizo en Honduras tras el huracán Iota en 2020.
  • La modelización de la población de UNFPA también se ha utilizado para identificar a las comunidades con mayor riesgo debido a las inundaciones fluviales cerca de la frontera entre Panamá y Costa Rica, así como para cartografiar la exposición de la población de San Vicente y las Granadinas a las erupciones volcánicas.

Efectos del cambio climático sobre los derechos humanos

Sólo en 2020, más de 30 millones de personas en todo el mundo se vieron desplazadas por desastres naturales, incidiendo directamente sobre su derecho a la vivienda y a la educación.

  • De acuerdo con UNICEF, más de dos millones de niños y niñas de América Latina y el Caribe se ven afectados cada año por un evento climático extremo o un desastre climático.
  • En el año 2021, Guatemala, Honduras y Nicaragua fueron los países Latinoamericanos más afectados en relación con el derecho humano a la alimentación, con más de 964 000 hectáreas de cultivos dañadas.
  • En el año 2022, se reportaron en América Latina y Caribe un total de 1 153 fallecidos y 10 millones de personas afectadas como consecuencia directa de los fenómenos climáticos extremos.

El deshielo de los glaciares, cada vez más pronunciado, amenaza los ecosistemas y la futura seguridad hídrica de millones de personas. En el verano de 2022, se produjo una pérdida casi total del manto de nieve en los glaciares de los Andes Centrales. Mientras que la sequía en la cuenca del Paraná-Plata, uno de los principales graneros del mundo, fue la peor desde 1944.

El cambio climático compromete el disfrute de todos los derechos humanos, incluyendo el derecho a la vida, a la vivienda, a la educación, al agua y saneamiento, a la alimentación, a la salud, al desarrollo, a la seguridad personal y a un nivel adecuado de vida entre otros.

El papel de las instancias internacionales

¿Pueden hacer algo las instancias internacionales de protección de los derechos humanos para paliar la afección sobre los derechos fundamentales de las personas más vulnerables?

  • Tanto de la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) como de la Corte Europea de Derechos Humanos (ECHR) han puesto de manifiesto el vínculo existente entre el cambio climático, la protección del medio ambiente y el cumplimiento de los derechos humanos.
  • La Resolución 3001 de la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA) de junio de 2023 “Hacia un mejor financiamiento climático” reconoce los riesgos que afrontan los estados más vulnerables, así como la necesidad de mejorar los esfuerzos para afrontar los daños producidos por el cambio climático.

A nivel universal, en noviembre de 2023 la Asamblea General de las Naciones Unidas realizó una solicitud a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) para que aclarara las obligaciones de los Estados con respecto al cambio climático.

La solicitud insta, entre otras cuestiones, a que se evalúe cuáles son las obligaciones de los Estados en virtud del derecho internacional. Esto con el fin de garantizar la protección del sistema climático frente a las emisiones de gases de efecto invernadero.

  • Unos meses antes, en enero de 2023, las Repúblicas de Colombia y de Chile solicitaron a la Corte IDH una opinión consultiva con el propósito de aclarar el alcance de las obligaciones estatales, en su dimensión individual y colectiva, para responder a la emergencia climática dentro del marco del derecho internacional de los derechos humanos.

Aunque a las personas no familiarizadas con el sistema internacional de protección de los derechos humanos les pueda parecer que el recurso a estos organismos no sirve para mucho, la realidad es bien diferente.

Los documentos que se emiten por estas instancias pasan a formar parte del acervo normativo internacional, lo que guiará las actuaciones a seguir por parte de los Estados que integran la comunidad internacional a este respecto./PUNTOporPUNTO

Documento Íntegro en el Enlace:

https://library.wmo.int/viewer/68891/download?file=1351_State_of_the_Climate_in_LAC_2023_en.pdf&type=pdf&navigator=1

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