Las emisiones de dióxido de carbono (CO2) son una de las principales causas del calentamiento global y una nueva investigación revela que a su vez este fenómeno hace que ese gas de efecto invernadero sea aún más potente.
- Un equipo de científicos descubrió que el dióxido de carbono se convierte en un gas de efecto invernadero más potente cuanto más se libera a la atmósfera y ante más altas temperaturas provocadas por el cambio climático.
“El dióxido de carbono se convierte en un gas de efecto invernadero más potente a medida que el clima cambia en respuesta al aumento de dióxido de carbono”, explicó a Brian Soden, autor principal del estudio y profesor de ciencias atmosféricas en la Escuela Rosenstiel.
- En este estudio, los investigadores utilizaron modelos climáticos de última generación y otras herramientas para analizar el efecto que tiene el aumento de CO2 en una región de la alta atmósfera –conocida como estratosfera– que los científicos saben desde hace tiempo que se enfría con el aumento de las concentraciones de CO2.
- Descubrieron que este enfriamiento de la estratosfera hace que los aumentos subsiguientes de CO2 tengan un mayor efecto de captura de calor que los aumentos anteriores, lo que hace que el dióxido de carbono sea más potente como gas de efecto invernadero.
“Los futuros aumentos de CO2 tendrán un efecto de calentamiento del clima más potente que un aumento equivalente en el pasado”.— Haozhe He, líder del estudio
La cantidad de calor atrapado en la atmósfera por un aumento proporcional de CO2, que los científicos denominan forzamiento radiativo, se ha considerado durante mucho tiempo una constante que no cambia con el tiempo.
“Este nuevo hallazgo demuestra que el forzamiento radiativo no es constante, sino que cambia a medida que el clima responde al aumento del dióxido de carbono”, afirma Ryan Kramer, científico físico del Laboratorio de Dinámica de Fluidos Geofísicos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) y antiguo alumno de la Escuela Rosenstiel.
La importancia del CO2
- El dióxido de carbono es un componente importante del aire de nuestro planeta.
- Es el cuarto componente más abundante del aire seco.
- Ayuda a atrapar el calor en nuestra atmósfera.
- Sin él, nuestro planeta sería inhóspitamente frío.
- El dióxido de carbono desempeña un papel clave en el ciclo del carbono de la Tierra, el conjunto de procesos que hacen circular el carbono en muchas formas por todo nuestro entorno.
Nivel actual de CO2 es el más alto en 14 millones de años
Los niveles actuales de dióxido de carbono en la atmósfera son los más elevados alcanzados en la Tierra en 14 millones de años, reveló un vasto estudio publicado en la revista Science, que evoca los climas inhóspitos hacia los que se dirige la humanidad.
«Esto nos muestra hasta qué punto lo que se está haciendo ahora es verdaderamente insólito en la historia de la Tierra», explicó a la AFP la principal autora del estudio, Baerbel Hoenisch, investigadora de la universidad Columbia en Nueva York.
- La última vez que la atmósfera del planeta contuvo la misma concentración del principal gas de efecto invernadero (CO2) que hoy, alrededor de 420 ppm (partes por millón), fue hace entre 14 y 16 millones de años.
- Esto se remonta a mucho más tiempo de lo que los científicos habían estimado anteriormente (entre tres y cinco millones de años). Hace entre 14 y 16 millones de años, por ejemplo, no había capas de hielo en Groenlandia.
- Sin embargo, «nuestra civilización está acostumbrada al nivel del mar actual, a los trópicos cálidos, a los polos fríos y a las regiones templadas que se benefician de muchas precipitaciones», advierte Baerbel Hoenisch.
«Nuestra especie (…) ha comenzado a evolucionar recién hace tres millones de años», recuerda la científica. «Nunca hemos experimentado nada similar a estos climas cálidos».
Antes de la era industrial, la concentración de CO2 en la atmósfera rondaba las 280 ppm. Con las actividades humanas se acrecentó en 50 %, lo que ha provocado un aumento de las temperaturas de alrededor de 1,2°C.
- Y si las emisiones continúan, la concentración podría aumentar hasta 600 u 800 ppm, tasas alcanzadas durante el Eoceno (hace -30 a -40 millones de años), antes de que la Antártida estuviera cubierta de hielo y cuando la vida silvestre y la flora planetaria eran muy diferentes, con, por ejemplo, insectos enormes.
El estudio es el resultado de siete años de trabajo de un grupo de 80 investigadores de 16 países. Sus conclusiones son consideradas un consenso científico.
- La contribución de esta investigación no reside tanto en la recopilación de nuevos datos, sino en la minuciosa labor de reevaluación y síntesis de trabajos ya existentes para actualizarlos y clasificarlos según su fiabilidad, lo que permitió utilizar los mejores datos para poder diseñar una imagen general.
Para reconstruir los climas pasados, una técnica muy conocida consiste en recuperar de las profundidades de los casquetes polares las burbujas de aire que atraparon la composición de la atmósfera de la época.
- Pero esta técnica solo permite retroceder unos cientos de miles de años. Para ir más allá, se debe recurrir a marcadores indirectos. El estudio químico de hojas antiguas, minerales o plancton permite deducir la concentración de CO2 en épocas más antiguas.
- En los últimos 66 millones de años, el período más cálido que ha conocido la Tierra remonta a hace unos 50 millones, con una concentración de CO2 de 1.600 ppm y temperaturas 12°C más cálidas que las actuales.
Esos niveles disminuyeron lentamente hasta hace 2,5 millones de años y la época de las glaciaciones, cuando la concentración de CO2 volvió a caer a 270-280 ppm.
Luego se mantuvieron estables, hasta que la humanidad comenzó a quemar combustibles fósiles a gran escala.
- Según el estudio, una duplicación de la tasa de concentración de CO2 calentaría gradualmente el planeta a lo largo de cientos de miles de años, hasta alcanzar entre +5 y 8°C, debido a los efectos en cascada que provocaría un aumento de las temperaturas.
Así, el derretimiento del hielo polar reduce su capacidad para reflejar los rayos del sol, acelerando aún más el proceso.
- El estudio muestra que hace 56 millones de años, la atmósfera terrestre experimentó un rápido aumento de la concentración de CO2 similar al que conocemos hoy y que provocó cambios masivos en los ecosistemas que tardaron unos 150.000 años en disiparse.
«En eso estaremos por mucho tiempo, a menos que capturemos el dióxido de carbono de la atmósfera y detengamos nuestras emisiones lo antes posible», resumió Baerbel Hoenisch.
Emisiones de CO2 alcanzan nuevo récord
Pese a las advertencias de los científicos sobre el cambio climático, las emisiones totales de CO2 a la atmósfera no disminuirán, sino que establecerán un nuevo récord en 2023, alcanzando las 40,900 millones de toneladas, según revela el último informe anual publicado por el Global Carbon Project durante la COP28.
- Dicho informe, denominado “Global Carbon Budget”, que aporta una visión global del ciclo del carbono, ha sido elaborado por investigadores de la Universidad de Exeter (Reino Unido), la Universidad de East Anglia (Reino Unido), el Centro para la Investigación Internacional del Clima (Noruega), la Universidad Ludwig-Maximilian de Múnich (Alemania) y otras 90 instituciones de todo el mundo.
Se trata de la decimoctava edición de este informe con participación de más de 120 científicos, y será publicado en la revista Earth System Science Data.
Según los datos, se prevé que las emisiones de dióxido de carbono (CO2) procedentes de combustibles fósiles, la fuente principal del efecto invernadero global que provoca la crisis climática, habrán aumentado un 1.1% respecto a 2022, con un nuevo récord, hasta situarse en 36,800 millones de toneladas al cierre de 2023.
Sumadas las emisiones de CO2 de origen fósil junto con las procedentes de los cambios de uso de la tierra, el total ascenderá a 40,900 millones de toneladas este año, según los pronósticos para el cierre del año.
- El dato global es superior al de 2022, en el que se habrían emitido 40,600 millones de toneladas de CO2, y confirma la distancia que persiste con los objetivos climáticos globales para su cumplimiento, que habría de ser “urgente”, de acuerdo con el informe.
- Aunque con grandes incertidumbres, todo apunta a que, con el actual ritmo de emisiones, habría un 50% de probabilidades de que, en unos siete años, el calentamiento global superara de forma normalizada el umbral del 1.5°C por encima de los niveles térmicos de la era preindustrial.
- Aunque alrededor de la mitad del CO2 sigue siendo absorbido por los “sumideros” terrestres que son los bosques, y por los oceánicos, el resto de emisiones permanece en la atmósfera y provoca cambio climático.
Según las cifras, las emisiones fósiles de CO2 están disminuyendo en algunas regiones geográficas, incluidas Europa y Estados Unidos, pero en general están aumentando en el mundo.
Los científicos advierten de que la acción global para reducir los combustibles fósiles no está siendo lo suficientemente rápida como para evitar “el peligroso” cambio climático.
- Las emisiones por el cambio de uso de la tierra (como la deforestación) se prevé que disminuirán “ligeramente”, pero no sería suficiente posiblemente para compensar los niveles de reforestación y forestación (nuevos bosques).
- “Parece inevitable que superaremos el objetivo de 1.5°C del Acuerdo de París”, advierte el profesor Pierre Friedlingstein, de la entidad Exeter’s Global Systems Institute y director del informe.
Dada la situación, la cumbre del clima que se celebra hasta el día 12 en Dubái tendrá que acordar “recortes rápidos de emisiones fósiles” que eviten que la temperatura del planeta sobrepase esos niveles o al menos mantener el objetivo de no superar un 2°C de aumento respecto a la era preindustrial.
“Todos los países necesitan descarbonizar sus economías más rápido de lo actual para evitar los peores impactos del cambio climático”, según el experto.
El informe incluye datos clave que confirman que las tendencias regionales en la lucha climática varían enormemente.
- Así, de acuerdo a los indicadores, se prevé que las emisiones de CO2 en 2023 aumenten en la India (8.2%) y China (4.0%).
- Y desciendan en la Unión Europea (-7.4 %), Estados Unidos (-3.0%) y el resto del mundo (-0.4%).
- Por tipo de fuente, se prevé que se incrementen las emisiones mundiales de carbón (1.1%), petróleo (1.5%) y gas (0.5%).
- De acuerdo a las previsiones, el promedio de CO2 atmosférico para 2023 será de 419.3 partes por millón, un 51% por encima de los niveles preindustriales.
Según las cifras, en 2023 las emisiones globales de CO2 derivadas de incendios forestales han sido mayores que el promedio debido a una temporada extrema de fuegos en Canadá, con un impacto entre seis y ocho veces superior a la media.
Los niveles de eliminación de dióxido de carbono con tecnología -excluyendo la retirada de CO2 con proyectos naturales como la reforestación- ascienden aproximadamente a 0.01 millones de toneladas de CO2, lo que supone más de un millón de veces menos que las actuales emisiones fósiles de CO2.
Este es el balance climático y de emisiones de Co2
España se enfrenta a uno de los inviernos más cálidos de su historia, con temperaturas que en algunas zonas siguen alcanzando los 25º C. Este anormal clima para los últimos meses del año pondrá fin a un 2023 de récord en cuanto a eventos climáticos y emisiones de CO2, tal y como denuncia Greenpeace.
- La ONG ha publicado un balance climático del año en el que advierte de las “graves consecuencias de este tipo de eventos”. Alerta de que “se han superado todos los límites conocidos en en planeta” este 2023. “La crisis climática se ha manifestado como nunca hasta el momento”, aseguran.
- Greenpeace recoge algunos de los datos aportados por el Servicio de Cambio Climático de Copernicus, que nombran a 2023 como “el año más caluroso desde que se tienen registros”, con seis meses consecutivos batiendo el récord mensual de temperaturas.
“La temperatura global del aire ha subido 1,43 º C de media, con picos que superaron los 1,5 º C. En julio se alcanzó la temperatura media del aire más alta en 100.000 años”, han apuntado en un comunicado.
- En consecuencia, un 27% de los océanos sufren desde agosto una ola de calor marina, lo que multiplica la aparición de tormentas y ciclones, y la extensión del hielo marino en la Antártida ha descendido en un 15 %, “la cifra más baja desde que hay registro”.
- Asimismo, se ha alcanzado un récord en la subida del nivel medio del mar, de 11 metros en 27 años. “La costa que cierra el Parque Nacional de Doñana por el suroeste ha retrocedido unos 80 metros” señalan.
Todo apunta además a que en 2023 se alcanzará un nuevo récord de CO2 emitido a la atmósfera: 40.900 millones de toneladas.
Aumento de los eventos meteorológicos extremos
La Organización Meteorológica Mundial ha cuantificado más de 100 eventos meteorológicos extremos en 2023, referido a aquellos que causan más de treinta víctimas mortales “con consecuencias humanas, sociales, ambientales y económicas devastadoras”, explican desde Greenpeace.
- Las olas de calor han dejado marcas como los 66,7 º C alcanzados en Irán o los 58,5 º C en Río de Janeiro. “Los estudios de atribución han determinado que sin el cambio climático, muchas de las olas de calor no se habrían producido”, afirman desde Greenpeace.
El 2023 también ha estado marcado por lluvias torrenciales e inundaciones, entre las que destaca la tormenta-medicán Daniel, que arrasó el Mediterráneo oriental durante septiembre.
- Los incendios y las sequías también han marcado este año. En agosto, Grecia experimentó el incendio más extenso dentro de la UE hasta la fecha, con 93.000 hectáreas quemadas.
- En España, el fuego ha afectado a 84.5000 hectáreas de bosque, según datos del 31 de octubre, en 19 grandes incendios forestales. Unas cifras por debajo de la media de los últimos diez años (22 incendios).
El país declaró al final del verano la situación de sequía meteorológica y a día de hoy “nueve millones de personas se enfrentan a restricciones de agua debido a la sequía, concentrándose el problema especialmente en Andalucía y Catalunya, donde se ha declarado el estado de preemergencia por sequía en el Área Metropolitana de Barcelona y en el Sistema Ter-Llobregat”, informa la ONG.
- Actualmente se desconoce el balance de víctimas mortales por eventos meteorológicos extremos en 2023, pero se calcula que solo 10 de ellos causaron más de 7.600 fallecimientos y más de 8.000 personas desaparecidas en el mundo.
También hay que considerar los costes económicos, que la revista Nature calcula que han sido de 143.000 millones de dólares al año durante los últimos 20 años. “En la UE en los dos últimos años se calcula su coste en más de 111.000 millones de euros”, recoge Greenpeace./PUNTOporPUNTO
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