Lo que menos se esperaba es que a estas alturas del sexenio de Andrés Manuel López Obrador las tres megaobras emblemáticas del presidente tuvieran un sobrecosto que raya en lo incalculable y que ha generado fuertes críticas, enfado y censura entre la sociedad y varios analistas, quienes no dudan en señalar que dichos sobrecostos se han generado por la falta de estudios, sobre todo de viabilidad financiera, que afecta a los mexicanos, con un costo de 468 mil 159 millones de pesos en conjunto.
- Las autoridades de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), señalaron que los costos de las megaobras del gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), generar presión en las finanzas del país, esto a medida que los plazos para concluirlas se acumulan al final de su mandato.
Asimismo, el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, señaló en una entrevista con Bloomberg News, que el Gobierno encabezado por AMLO aún tiene espacio para maniobrar, por lo que no se elevará la relación entre deuda y producto interno bruto por encima de un rango de 50 a 51 por ciento en el presupuesto del año entrante.
- Los ingresos fiscales más altos de lo esperado y la caída de los costos de los subsidios al combustible en medio de una caída en los precios de la gasolina están ayudando, requerido.
- Fue el mes pasado, cuando el presidente AMLO reconoció que los costos del proyecto del Tren Maya, están muy por encima del presupuesto inicial y que podrán terminar costando hasta 20 mil millones de dólares, un 70% más de lo planeado, en medio de contratiempos y una inflación que atormenta la economía del país.
Su otro proyecto insignia, la refinería de petróleo Dos Bocas en el estado de Tabasco, también ha visto cómo su costo se ha disparado fuera de control para alcanzar cerca de 18 mil millones de dólares, duplicando con creces su precio original, en tanto que algunos inversionistas dicen que el costo podría elevarse aún más.
Tan solo un día después de que presentaran los costos del Tren Maya, López Obrador señaló que ajustaría aún más su austero gasto público bajo un plan que bautizó como ‘Austeridad franciscana’, en referencia a San Francisco de Asís, un fraile italiano que decidió vivir entre los pobres en el siglo XIII y razón que lo convirtió en una de las figuras más veneradas de la cristiandad.
- El presupuesto de 2023, que el secretario de Finanzas debe anunciar a principios de septiembre, tendrá un déficit dentro basado en mantener el índice de deuda del rango objetivo y será “realista”, dijo.
El presupuesto apoyará por completo los proyectos de infraestructura prioritarios, incluidos el tren, la refinería, la modernización de las instalaciones aduaneras y el desarrollo en el sureste del país, por medio de carreteras y un aeropuerto en Tulum.
Desplome en la inversión
El próximo sexenio en México será gris en materia económica e iniciará con una recesión leve en los primeros trimestres de 2025, que traerá destrucción o cierre de empleos, advirtió el Grupo Financiero BASE.
- Ello, debido a que se prevé un desplome de la inversión en las grandes obras de infraestructura del gobierno actual –como el Tren Maya o la Refinería de Dos Bocas– y a la falta de recursos para desarrollar nuevos proyectos.
- La directora de Análisis Económico-Financiero de BASE, Gabriela Siller Pagaza, señaló que la economía de México cerrará 2023 con un crecimiento económico de 3.5% del Producto Interno Bruto (PIB).
Mientras que para 2024 se anticipa un desempeño de 2.5% a 3%, que será impulsado por el “súper déficit” –de 5.4% del PIB– aprobado por el Congreso para continuar las obras y proyectos insignia del gobierno actual.
- Gabriela Siller puntualizó que, sin importar quién gane la presidencia, durante el primer año del próximo gobierno habrá “una recesión leve”, con dos trimestres de resultados negativos, que se traducirán “en destrucción de empleos”.
- Explicó que, ante tales condiciones, el próximo sexenio ya no habrá espacio fiscal para seguir impulsando las grandes obras y, ello, hará que el crecimiento del país se desinfle a tasas de 0.8 a 1%, al cierre de 2025.
“Será un sexenio gris porque no van a tener espacio fiscal; si quieren seguir ayudando a Pemex, si siguen con las transferencias –a través delos programas sociales–, no queda espacio fiscal para grandes obras de infraestructura y, entonces, va a ser un sexenio contradictorio, gris en término de crecimiento económico”, dijo la especialista.
El director de Santander México, Felipe García Ascencio, señaló que las elecciones presidenciales en México y Estados Unidos, a realizarse en 2024, van a desacelerar el crecimiento de la economía mexicana.
- Además, apunto, de provocar episodios “normales” de volatilidad financiera o altibajos en el precio del dólar, tasas de interés y en los niveles de inversión a través de las Bolsas de Valores o mercados.
“Es de esperarse que haya un poco de volatilidad en tasas, un poco de volatilidad del tipo de cambio (precio del dólar), pero dado el anuncio del gasto público previsto para el año que entra, pensamos que la economía debe estar bien soportada. Entonces creemos que en 2024 va ser un año bastante positivo”, dijo.
- García Ascencio subrayó después de las elecciones y cuando hay un cambio de gobierno “se tardan un poquito” los funcionarios en entrar al cargo y empezar a ejercer el gasto público; lo cual trae “un poco de desaceleración” en la economía.
“Esperemos que esta desaceleración no sea muy marcada y que en 2025 y durante el siguiente sexenio, podamos realmente tomar ventaja de esta tema de nearshoring y de la fortaleza del consumo doméstico”, apuntó.
Sin reforma fiscal, cerrará sexenio con gasto histórico de más de 9 bdp
El Gobierno de Andrés Manuel López Obrador cerrará con un gasto público histórico que supere los 9 billones de pesos este año, en donde se le da protagonismo nuevamente a mega proyectos como el Tren Maya, así como a programas sociales característicos de esta administración, ello sin haber impulsado una reforma fiscal, de acuerdo con lo planteado en el Paquete Económico 2024.
“Gasto austero y honrado”, así lo catalogó Rogelio Ramírez de la O, secretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP), al entregar el último Paquete Económico de este sexenio a la Cámara de Diputados.
- De acuerdo con el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) 2024, para el próximo año se tendrá un gasto público de poco más de 9.02 billones de pesos, lo que es 4.3% mayor a lo que se aprobó para este 2023. De ser aprobado, sería un presupuesto histórico.
“El nivel de gasto resulta compatible con los parámetros requeridos para garantizar el crecimiento de la economía en un contexto de equilibrio en las finanzas públicas, al tiempo que su orientación fortalece las acciones de las instituciones gubernamentales, que permiten generar los bienes, los servicios y la obra pública que la población demanda, con un enfoque de austeridad en el ejercicio del gasto; de promoción del bienestar para la población en general; y de inclusión de los diversos grupos poblacionales, así como de las regiones que integran la geografía nacional”, se lee en lo entregado por Hacienda.
- Lo anterior se dará en un panorama donde Hacienda prevé un crecimiento económico entre 2.5 y 3.5%, impulsado por factores internos como el consumo y el empleo. Con ello, se espera que la recaudación de impuestos deje mayores recursos ante el buen dinamismo de la economía y, de esta manera, poder solventar el gasto público.
- Como pasó en años pasados, las prioridades del gobierno, en medio de su narrativa oficial de “primero los pobres”, son los mega proyectos y los programas sociales. Por ejemplo, tan sólo la Pensión del Bienestar para Personas Adultas Mayores tendrá recursos por 465,048 millones de pesos, mientras el Tren Maya es de 120,000 millones.
Una de las grandes presiones del gasto volverá a dispararse el siguiente año: el costo financiero de la deuda tendrá un crecimiento de dos dígitos en una coyuntura en donde se espera que la inflación se ubique aún por arriba del objetivo del Banco de México (Banxico), con una tasa de 4.5 por ciento.
- En total, el Gobierno destinará 1.26 billones de pesos al servicio de la deuda, lo que resultará en un crecimiento de 11.8% en comparación con lo que se aprobó para este 2023. En contraste, las participaciones a los estados y municipios caerán 0.9%, al ubicarse en 1.26 billones de pesos.
- En tanto, los Adefas (adeudos de ejercicios anteriores) tendrán recursos por 44.1 millones de pesos, con lo que se mantienen sin cambios. De esta manera, el gasto no programable, es decir, aquel que se destina al pago de obligaciones, sumará 2.5 billones de pesos, 5.0% más que este año.
En el caso del gasto programable, que es el que se refiere a los recursos que se destinan para atender a la población este será de 6.44 billones de pesos, 4.0% más anual.
De este rubro, 3.8 billones se destinarán a gasto corriente, 7.9% más anual, mientras que pensiones absorberá 1.49 billones de pesos, y el gasto de inversión 1.10 billones, una caída de 23 por ciento.
Sin espacio fiscal
- Sin contar el endeudamiento, el gobierno espera obtener ingresos públicos por alrededor de 7.3 billones de pesos para el 2024, lo que representa una disminución de 1.8% respecto a lo que se aprobó para este 2023.
Hacienda ve una menor expectativa de ingresos petroleros, lo que para México Evalúa es “una contradicción pues Hacienda espera mayor producción de petróleo”.
- Añadió que, para el 2024, se esperan ingresos tributarios de 4.9 billones de pesos, 2.1% más respecto a lo aprobado pero señaló que se debe tener cautela ya que, en cuatro de los últimos cinco años, los ingresos estimados se han quedado cortos.
“El gasto neto total representa 26.4% del PIB. Los ingresos son 21.3% del PIB, mientras que los gastos comprometidos son 21.7% del PIB. Con los niveles de ingresos y gastos comprometidos mostrados, el espacio fiscal prácticamente desaparece”, señaló el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria.
México paga con sobrecostos obras clave
Sobrecostos de entre 29 y 155% caracterizan las principales obras de infraestructura de transporte impulsadas o retomadas por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. La mayor, de ellas, el Tren Maya, fue presupuestada en 156,000 millones de pesos, pero ya suma 359,000 millones (130% más).
- Del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), se dijo que costaría 70,000 millones de pesos, pero terminó costando alrededor de 90,000 millones (29% más).El ramal del tren suburbano para llegar a dicha terminal.
- Por su parte, se cifró en 18,856 millones de pesos, pero va en 25,800 millones de pesos (37% más). El Tren México-Toluca, iniciado en la administración pasada, saltó de 38,000 millones a 97,000 millones de pesos (155% más).
El gobierno de la 4T apostó al desarrollo de mega obras de infraestructura que dejarán huella en la historia de México sin atender al dicho popular de que “las obras más caras del mundo son las que no tienen planeación” ni al Proyecto de nación 2018-2024 de su movimiento político, donde se escribió: El modelo económico actual menosprecia el valor de la planeación y la programación del gasto público.
Prometían cambiar. Cinco años después la realidad se muestra. A pesar de la larga crisis sanitaria que originó el Covid-19, retrasos, sobrecostos y falta de transparencia en la información financiera han sido una constante
En el sector de transporte, buscaron dejar construidos o avanzados trenes (de carga y pasajeros) y aeropuertos con inversiones millonarias de presupuesto totalmente público.
“Regresarán los trenes de pasajeros. Al final de mi mandato dejaremos cerca de 3,000 km de líneas férreas funcionando. En marzo del año próximo terminaremos el tren suburbano (ramal) del Aeropuerto Felipe Ángeles hacia la estación de Buenavista del centro de la Ciudad de México. También, en esa fecha, entrará en operación (completo) el de Toluca a Observatorio”, dijo con orgullo el Presidente Andrés Manuel López Obrador en su reciente informe de labores.
En ambos casos las fechas de inauguración estaban planeadas por él para diciembre próximo, mes en el que ahora insiste comenzará operaciones el Tren Maya.
Y en septiembre empezará a funcionar comercialmente una parte del tren a Toluca con cuatro estaciones, el mismo que inició el gobierno de Enrique Peña Nieto.
El Presidente de la Cámara Nacional de Empresas de Consultoría (CNEC), Juan Carlos Sierra, es contundente sobre la planeación: Los hechos hablan. Las obras deben nacer de un plan nacional de infraestructura. El gran error ahora y antes en el gobierno es que no hay un plan con visión de largo plazo, por lo menos a 2050 en donde se incluyan temas como innovación, impacto social, conectividad y desarrollo sustentable.
- Dicha información la tenía clara el actual gobierno y no se emprendieron acciones al respecto. Un ejemplo de ello es el Tren Maya, del cual se anunció una inversión de 156,000 millones de pesos y a la fecha se han invertido unos 359,000 millones de pesos, por diversos cambios de ruta y métodos constructivos.
- Un experto involucrado en el tema comentó a El Economista que para planear la ejecución y construcción de ese tren se debió contemplar un periodo de entre siete y 10 años, teniendo la claridad de que a la par se desarrollara un plan de rutas alimentadoras y la infraestructura necesaria para respaldarlo. Sin embargo, se apostó por mandato Presidencial para hacerlo en unos cinco años.
El representante de la CNEC, con experiencia dentro y fuera de México, explicó que existen modelos de planeación que prevén un alza de entre el 10 y el 20% en los costos de las obras, por temas inflacionarios, ajustes de último momento.
Una cosa es la variabilidad de precio y otra que te equivoques el 100 o el 200%, cuando no hay planeación pasa eso; además del presupuesto hay otros temas. En el caso del AIFA vemos que está la infraestructura, pero no hay pasajeros./Agencias-PUNTOporPUNTO