El dinero que el Gobierno de México canaliza para la adaptación y mitigación para los efectos del cambio climático ha mostrado un retraso conforme a lo calendarizado para enero-septiembre, de acuerdo con información de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
- Los recursos destinados en el Anexo 16 para la adaptación y mitigación de los efectos del Cambio Climático se ubicaron en 120,015 millones de pesos entre enero y septiembre, esto representó un avance de 78% conforme a lo programado.
- La SHCP había programado un gasto por 153,845 millones de pesos durante el periodo referido.
- Pablo Ramírez, coordinador del Programa de Energía y Cambio Climático en Greenpeace México, aseguró que el subejercicio en el Anexo 16 es un problema más que se junta con otros inconvenientes que ya tiene como es la opacidad en el gasto.
El Anexo 16 no sirve para adaptar al país para los impactos que ya sufre por el cambio climático, así como para mitigar las emisiones de efecto invernadero”.
- Para este año se destinarán 187,968 millones de pesos a la adaptación y mitigación para los efectos del cambio climático, una cantidad sin precedentes, pero más de la mitad está destinado para el Tren Maya.
- Los impactos del cambio climático en México ya son más que claros. Prueba de ello es que Otis pasó de tormenta tropical a huracán categoría 5 en sólo 12 horas frente a las costas de Guerrero.
- Otro ejemplo es que 1,559 de 2,471 municipios del país, 63%, cuenta con algún tipo de sequía, de acuerdo con el Monitor de Sequía de México elaborado con información de la Comisión Nacional del Agua.
La comunidad de El Bosque, en Tabasco, está sufriendo, desde el 2022, los impactos de la crisis climática. La erosión costera, el aumento del nivel del mar y fenómenos meteorológicos extremos han dejado sin hogar a numerosas familias, según reveló Greenpeace México.
- En la cumbre mundial del clima COP 28 se confirmó la creación del Fondo de Pérdidas y Daños. Al Jaber, presidente de la COP 28, comunicó el pasado 30 de noviembre que se hizo historia “al establecer el Fondo de Pérdidas y Daños para los países más vulnerables en el caso de desastres climáticos provocados por el calentamiento global».
- Pablo Ramírez comentó que la creación del fondo es una acción ambiciosa y además de que brindaría confianza y certeza al mundo de que la COP 28 va “en serio”.
- “El fondo se acordó en la COP 27, en Egipto, pero se postergó hasta la COP 28 para darle forma, es decir, ver quién va a poner el dinero y en dónde se va a estar. Lo que se dice es que no sólo exista el fondo, sino que sea justo, es decir que el dinero vaya acorde con las pérdidas y daños que han estado ocurriendo”, acotó.
El integrante de Greenpeace México explicó que quienes deben de destinar recursos al fondo deben ser los países que más contribuyen con emisiones de gases con efecto invernadero, y, por lo tanto, al cambio climático, así como la industria que explota combustibles fósiles.
“Esos son los grandes responsables históricos del problema en el que estamos metidos y por ende son los que tenían que responsabilizarse del Fondo de Pérdidas y Daños”.
El fondo comenzará a operar de manera oficial el próximo año. Durante los cuatro años siguientes será administrado por el Banco Mundial.
Mexicanos pide medidas más estrictas para frenar el cambio climático
El cambio climático es uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta todo el planeta, y en México un 93% de sus habitantes exigen medidas más estrictas a los gobiernos del país para frenarlo, según una encuesta publicada este lunes por el Banco Europeo de Inversiones (BEI).
Una cuestión, la de la crisis climática, que también afecta a los bolsillos de los mexicanos. Siete de cada 10 responde que sus ingresos se han visto reducidos por el clima. La vida de los mexicanos también se ha visto deteriorada por cambios del clima, como la falta de lluvias.
- Cinco de cada 10 afirma haber tenido restricciones de agua. En agosto de 2022 ya hubo cortes del líquido en 12 alcaldías de la Ciudad de México, una crisis aún más grave en el norte del país, donde en julio del mismo año hubo revueltas vecinales por la escasez de agua y las limitaciones en el consumo humano. Peor aún es la visión de futuro.
El 75% de los encuestados cree que tendrá que migrar a otro país o región por las consecuencias derivadas de la crisis medioambiental.
- Olas de calor como las del pasado junio, que dejaron 112 muertos, dejan claro que el cambio climático es una realidad. La sociedad de México, un país históricamente ligado al petróleo, percibe mayoritariamente en el sondeo que el aumento de las temperaturas se debe principalmente al uso de combustibles fósiles.
- La alternativa a recursos energéticos como el carbón, el petróleo o el gas natural también es bien vista por los mexicanos, que en un 87% afirman que el país debería aumentar la inversión en energías renovables. En 2022, en México se generó un 31,2% de energía limpia sobre el total de la electricidad producida, según la Secretaría de Energía (Sener).
- Sin embargo, la cifra es cuestionada por el Centro de Investigación en Política Pública, que la sitúa en un 28,7%. Esto se debe a que en los cálculos de la Sener se incluye la electricidad que se crea con calor residual de sistemas que consumen gas natural u otros combustibles fósiles.
Las leyes estatales y los tratados internacionales fijan el objetivo de producir un 35 % de energía procedente de renovables para 2024, pero el Gobierno ya ha reconocido que no podrá asumir estas metas hasta 2035.
La encuesta fue realizada a 1.000 personas en el país, pero también se hizo en otros 13 Estados latinoamericanos. En total fueron 10.500 participantes en toda la región.
México no cuenta con un protocolo de atención a desastres naturales
En México, aunque cuente con algunas estrategias, no hay un protocolo nacional que especifique paso a paso la forma en que deben proceder las autoridades en un desastre natural.
- México es un país que sufre constantemente los efectos de fenómenos naturales; sin embargo, “las estrategias de gestión y recuperación no son claras”, como señala Irasema Alcántara-Ayala, investigadora del Instituto de Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
- Sobre los protocolos de reacción tras un desastre, afirmó por su parte a Univision Noticias Naxhelli Ruíz Rivera, coordinadora del Seminario Universitario de Riesgos Socio Ambientales de la UNAM, que “los esfuerzos institucionales en México se enfocan en la fase de emergencia”, la cual se está viviendo en este momento en Acapulco.
Ruíz señala que esos protocolos «se enfocan a la distribución de ayuda humanitaria y, sobre todo, en la reconstrucción, particularmente de la infraestructura crítica» (carreteras, luz, agua, entre otros).
- Alcántara-Ayala, quien ha declarado en otros momentos que los estragos de las catástrofes son una consecuencia de una inadecuada urbanización, falta de planeación, condiciones inseguras, insalubridad, desigualdad y pobreza, añadió que “hay algunas cosas en papel, pero no en la práctica”.
Respecto a los protocolos que debe de seguir un país para la atención a desastres, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) presentó hace más de una década un documento titulado ‘Recuperación y Reconstrucción Post Desastres’, el cual arroja directrices a través de ejemplos de fenómenos naturales ocurridos en el pasado en Latinoamérica.
- Tal como ocurre con los pacientes de una sala de urgencias de un hospital, quienes tienen que esperar a ser atendidos no como fueron arribando sino de acuerdo con la severidad de sus síntomas, en el caso de los desastres naturales también existen protocolos de acción para los servicios de emergencia posteriores al desastre.
- La PNUD recomienda tres ejes de acción en caso de emergencia y de recuperación. El primero incluye “acciones de atención” inmediatos a que ocurrió el huracán o el sismo. Estos incluyen el control de incendios, la búsqueda y rescate de víctimas, el manejo de cadáveres.
- Al igual que la administración de la emergencia, el reacondicionamiento y recuperación del personal y el manejo de suministros. Ninguna de estas tres acciones, recomienda la oficina, deberá continuar en los otros dos ejes de acción, es decir, solo deberán ponerse en marcha durante la fase de emergencia.
La entrega de ayudas humanitarias se incluye en el primer eje de “acciones de atención” y continúa en el segundo eje llamado “acciones de recuperación temprana”, que sigue con la entrega de ayudas a la población vulnerable. Enseguida, también en un primer eje de acción recomienda realizar una evaluación de los daños que debe continuar hasta el tercer eje denominado “acciones de mediano y largo plazo” o, como lo menciona Ruíz Rivera: las fases de recuperación y reconstrucción.
A partir de este punto, los siguientes: alojamientos provisionales, la rehabilitación de la accesibilidad para la atención, el despeje de escombros, la evacuación y el entorno, la atención médica de emergencia, la salud pública (saneamiento básico, salud mental), la seguridad ciudadana, cooperación nacional e internacional para la ayuda humanitaria se extenderán en los tres ejes.
- Para poner en práctica las acciones, el PNUD recomienda contar con estrategias e instrumentos que se pueden desarrollar como parte del proceso de Planeación de la Recuperación que “permiten o contar con herramientas para aumentar la resiliencia y reducir vulnerabilidades o tener preparadas las bases para orientar la recuperación”.
- A pesar de ser firmante del Marco de Sendai, el cual se enfoca en adoptar medidas sobre riesgo de desastre para poder prevenir la creación de nuevos riesgos, reducir los riesgos existentes y para aumentar la resiliencia, México no ha adoptado las recomendaciones del PNUD en un protocolo nacional de atención a desastres desde 2015.
Recursos para la emergencia, insuficientes
Respecto a si el dinero que será asignado a la emergencia será suficiente, Ruíz Rivera, quien también fue coordinadora del libro ‘Recuperaciones diversas ante el proceso de desastre’, publicado por la UNAM, aseguró que “todas las catástrofes exceden por mucho los presupuestos que se tienen porque los presupuestos están pensados digamos para eventos más frecuentes, pero más pequeños”.
- Esta lógica del sistema mexicano de atención a emergencias, consideró la experta, se ha visto rebasada por la intensidad de los eventos de la actualidad. “Yo tengo una cierta cantidad (de dinero) para los huracanes que llegan cada año, que sí causan daños, pero no este nivel de daños”, mencionó.
- En México se cuenta con seguros y bonos catastróficos para la recuperación en caso de desastres naturales, Ruíz Rivera consideró “no va a alcanzar, pero ni cerca para atender el nivel de daño que estamos viendo” por el ciclón.
“México no tiene los recursos ni tampoco los protocolos para cobrar y para distribuir ayuda para eventos del que estamos viendo”, agregó. “Nuestro tamaño de fondo era 18,000 millones de pesos ($1,000 millones). Estos eventos están en el orden de los cien, doscientos, quizá hasta quinientos mil millones de pesos ($27,600 millones). Estamos hablando de muchísimo dinero más. Nada va a alcanzar”.
- Ruíz Rivera opinó que “se tiene que atender a toda la población posible”, pero considera que el recurso se quedará en la fase de emergencia.
En sus recomendaciones de hace más de una década, el PMUD aseguró que “es posible planificar lo que será la recuperación antes de que el desastre ocurra (…) prever anticipadamente las políticas, mecanismos e instrumentos y formular orientaciones, realizar acuerdos y arreglos institucionales para que se desarrolle de manera oportuna y eficaz un proceso de recuperación post desastre”, algo que México, a pesar de ser un país de desastres naturales, no ha realizado por completo.
Mexicanos minimizan riesgos
A pesar de que nuestro país está ubicado en una zona de alto riesgo sísmico y de inundaciones, sólo 6% de las propiedades cuentan con un seguro voluntario, aunque sube a 20% cuando se trata de hipotecas, ya que los créditos están condicionados al aseguramiento, explicó la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS).
- Y es que mientras 40% de la República Mexicana está en zona de terremoto, otro 45% está en lugares con riesgos de inundación, alertó la AMIS al señalar que hace falta fomentar la cultura de prevención entre los ciudadanos.
- Recordó que México es uno de los 10 países con mayores riesgos por catástrofes dentro del índice de la ONU.
- A pesar de ello, los aseguradores en nuestro país, tienen una industria sólida con un fondo estimado en un billón de pesos, lo que hace que contemos con sistema de seguros preparado ante una contingencia, aseguro la directora de la AMIS, Norma A. Rosas.
Reconoció que frente al paso del huracán Otis se tendrá una evaluación total de daños hasta febrero o marzo de 2024.
Al hablar de las perspectivas del siguiente año en materia de seguros, Juan Patricio Riveroll, presidente de los aseguradores, proyectó que se espera un año de crecimiento económico, y no hay una señal que indique lo contrario. En tanto, Rosas comentó que sobre los daños en Acapulco por el paso del huracán Otis se han contabilizado apenas el 90%.
- Durante la proyección del siguiente año, la AMIS recordó que en México 17 estados están cerca de la costa y durante los últimos cinco años se pagaron 3 mil 600 millones de pesos anuales por riesgos y daños hidrometeorológicos, aún sin tener huracanes severos antes de Otis.
- Añadió que por día se entregaron hasta 10 millones de pesos en primas de seguro por riesgos catastróficos (sismo, huracán y/o daños volcánicos). Los aseguradores explicaron que en nuestro país 41% de los eventos hidrometeorológicos con mayores daños son ocasionados por ciclones tropicales.
Le siguen eventos como inundaciones 21%, por lluvias 19% y por granizo el 9%.
- Norma Angélica Rosas, directora de la AMIS, aseguró que la industria de los seguros se encuentra sólida y fuerte y es capaz de enfrentar daños como fue el huracán, uno de los más devastadores de los últimos años.
- Detalló que actualmente tienen un fondo de 1.5 billones de pesos y sumas aseguradas hasta por 365 billones de pesos, lo que representa 13 veces el PIB.
- Recomendó a los ciudadanos en caso de alguna contingencia estar en comunicación con sus vecinos y la aseguradora, ya que en ocasiones existen diversas pólizas y deben de tener claro cómo enfrentar posibles daños.
“A veces detectamos casos que tienen seguro de áreas comunes y los vecinos no están comunicados o bien informados al respecto”, dijo.
Agregó que “si se cuenta con dos pólizas para coberturas diferentes en una misma ubicación, informar a los ajustadores o aseguradoras para motivar posibles sinergias”
La directiva comentó que frente al paso del huracán Otis, en promedio durante noviembre se han reportado y contabilizado 730 siniestros cada día./Agencias-PUNTOporPUNTO