EJÉRCITO tuvo participación en la MATANZA del ’68 y en otras EJECUCIONES EXTRAJUDICIALES

México vive un proceso de creciente militarización de tareas civiles dentro y fuera del ámbito de la seguridad pública. Mientras presidentes anteriores presentaban la militarización como un proceso temporal que permitiría fortalecer el papel de las instituciones civiles —aunque en la práctica el despliegue militar se volvió el modelo permanente, en gran medida a costa de priorizar otras estrategias e instituciones de seguridad y justicia

En medio de las acusaciones de la Oposición y activistas de una «militarización» en México, te presentamos casos en los que elementos del Ejército han sido señalados de ejecuciones extrajudiciales y tortura.

Tlatelolco, 2 de octubre 1968

En octubre de ese año se realizarían en Ciudad de México los XIX Juegos Olímpicos, y el gobierno de Díaz Ordaz necesitaba convencer que el evento se realizaría sin contratiempos, refieren los documentos de la CIA.

Sin embargo, periodistas de medios internacionales que cubrían las Olimpiadas enviaban también despachos sobre las protestas estudiantiles.

  • Los documentos desclasificados refieren que el gobierno mexicano decidió usar la fuerza para detener las protestas crecientes.
  • El 2 de octubre el Consejo Nacional de Huelga que, representaba al movimiento convocó a una marcha pacífica que saldría de Tlatelolco al Zócalo.
  • La tarde de ese día el sitio fue rodeado por 5.000 soldados. El CNH canceló la caminata pero cuando se anunciaba la decisión los militares dispararon contra la multitud.

Una versión dice que los soldados reaccionaron a un ataque de los estudiantes. Otra que un grupo paramilitar llamado Batallón Olimpia agredió a los militares quienes respondieron.

Lo único claro fue la masacre. Oficialmente murió una veintena de personas. Las organizaciones civiles dicen que fueron más de 200. Cinco décadas después la cifra real no se conoce.

  • De acuerdo con los documentos del Archivo General de la Nación revisados en 1998 por una comisión especial de la Cámara de Diputados que investigó sobre lo ocurrido el 2 de octubre del 68.
  • En dicho material, se detalla que Luis Echeverría, secretario de Gobernación durante el conflicto y quien a la postre sucedería a Gustavo Díaz Ordaz en la presidencia de la república, ordenó la participación del ejército, incluso desde meses atrás.

“Todo lo que hizo el ejército partió desde el despacho de Echeverría Álvarez. Todas las decisiones clave salieron de Gobernación, incluyendo el desalojo de la Plaza de las Tres Culturas”, expuso en abril del 98 para Milenio Semanal, quien fuera diputado por el PRD e integrante de la mencionada comisión, Armando López Romero.

De acuerdo con el legislador, entonces en funciones, el objetivo de Echeverría fue el “involucrar a sus contendientes en la carrera presidencial como instigadores del movimiento estudiantil”.

  • Una carta fechada el 28 de julio de 1968, enviada por el titular de la Segob y Alfonso Corona del Rosal, Regidor del Distrito Federal; a quien fungía como secretario de la Defensa Nacional, Marcelino García Barragán, da cuenta de la petición de “enviar un respaldo del Estado Mayor para garantizar la seguridad en la ciudad”, de acuerdo con el archivo analizado por la revista.
  • Sin contar al Olimpia, distinguido con un guante blanco en la mano siniestra durante el operativo de aquel 2 de octubre, siete batallones a cargo del general Mario Ballesteros Prieto protagonizaron distintos enfrentamientos con los grupos estudiantiles, tal como el bazucazo a la puerta de la preparatoria no. 1, o las ocupaciones de Ciudad Universitaria y el Casco de Santo Tomás.

Concretamente, el Batallón Olimpia participó en dos de los enfrentamientos entre el ejército y el Consejo Nacional de Huelga, el primero en la Vocacional 7 del IPN y el segundo en la llamada Operación Galeana.

Según los archivos, el batallón se integró con elementos provenientes de distintas zonas militares del interior de la república, con el fin de resguardar la seguridad en el Distrito Federal previo y durante la realización de los Juegos Olímpicos.

Fue disuelto luego de terminado la justa deportiva

  • El Batallón Olimpia nació tras un acuerdo de la Sedena, Segob y el Comité Olímpico Mexicano. Dicho convenio establece que el cuerpo militar estaría a cargo de Luis Echeverría.
  • El coronel Ernesto Gutiérrez Gómez-Tagle, señalado como responsable inmediato del actuar del batallón, en su lecho de muerte aceptó ser quien disparó las luces de bengala que dieron luz verde a la matanza.

Halconazo, 10 de junio de 1971 

La manifestación del 10 de junio fue la primera que se convocó después de la masacre de Tlatelolco, en 1968. Algunos de los líderes de ese movimiento que habían sido arrestados salieron de prisión, y otros volvieron del exilio.

  • La DFS detectó una creciente disconformidad hacia el gobierno de Echeverría, cuenta Jacinto Rodríguez, y por eso la respuesta a la protesta del Jueves de Corpus, a la que oficialmente se le ubicaba como una subversión.

«Fue un mensaje clarísimo de Echeverría de cómo se iba a tratar a los movimientos sociales en su gobierno», dice el especialista.

En 1971, el presidente tenía menos de dos años en el cargo. Los Halcones fueron una especie de mensajeros.

  • «Después de eso hubo poco o nada de movilizaciones sociales abiertas. Pero lo que sí apareció fue la guerrilla que vio en el halconazo la señal de que la manifestación pública no era posible».
  • A partir de ese año surgieron grupos armados en varias partes del país, que fueron combatidos por el Ejército y la DFS, así como por un grupo paramilitar llamado La Brigada Blanca.

La estrategia se aplicó durante la década de los 70 y la mitad de 80. Al período se le conoce como La Guerra Sucia.

  • De acuerdo con Jacinto Rodríguez Munguía, estudioso de la historia de los aparatos de inteligencia de México quien explicó a BBC Mundo, los Halcones era un grupo formado por militares y jóvenes reclutados en barrios marginados y violentos de la capital mexicana, explica .
  • No se sabe cuántas personas lo integraron o el momento de su creación, pero lo que sí está claro es que nació antes de 1971. Algunos creen que Los Halcones participaron en las agresiones al movimiento estudiantil de 1968, disuelto tras la masacre en Tlatelolco el 2 de octubre de ese año.

Pero la naturaleza secreta del grupo hace difícil comprobarlo, reconocen especialistas.

  • En las investigaciones de la matanza realizadas en la época, y en archivos confidenciales desclasificados décadas después, se encontraron algunas pistas sobre el origen de Los Halcones.
  • Originalmente el grupo nació para proteger instalaciones estratégicas de la capital, como la primera línea del metro inaugurada en 1969. Pero pronto cambió su propósito, explica Rodríguez Munguía

«Se convirtió en un grupo de golpeadores utilizado por el poder para enfrentar, y en algunos casos eliminar, a los que consideraba sus enemigos».

«Era un grupo muy bien diseñado, con una participación importantísima del Ejército y con un espacio directo en el entonces Departamento del Distrito Federal (DDF)».

  • En 1971, el militar era subdirector de Servicios Generales del gobierno capitalino, y en las investigaciones por la matanza reconoció la existencia del cuerpo especial de seguridad para cuidar instalaciones estratégicas.
  • En realidad, Díaz Escobar fue el encargado de reclutar y entrenar a jóvenes de barrios marginados, así como militares en activo o desertores del Ejército. «Su perfil era de lo más violento», recuerda Jacinto Rodríguez. «El grupo recibió entrenamiento muy especial de artes marciales y defensa personal».
  • Tuvieron, por ejemplo, lecciones de kendo, un tradicional arte marcial japonés donde se usan varas de bambú. La misma arma utilizada por Los Halcones en el ataque inicial del 10 de junio de 1971.

Ciertamente, el cuerpo paramilitar tenía un perfil bajo, pero no era un secreto para el gobierno de la época, dice Rodríguez Munguía.

  • En algunas fotos desclasificadas aparecen, en los campos de entrenamiento de Los Halcones, algunos personajes clave de las agencias de seguridad y el Ejército. Uno de ellos fue Jesús Castañeda Gutiérrez, jefe del Estado Mayor Presidencial (EMP) en el gobierno del entonces presidente Luis Echeverría.
  • El EMP fue una de las principales áreas de la Secretaría de la Defensa Nacional hasta hace unas semanas, después que fue disuelto por el actual mandatario Andrés Manuel López Obrador.
  • Otra evidencia de la protección oficial de Los Halcones, dice Jacinto Rodríguez, es una imagen que muestra a Fernando Gutiérrez Barrios durante el entrenamiento de los paramilitares. El personaje era responsable de la Dirección Federal de Seguridad (DFS), la agencia de inteligencia civil y contraespionaje del gobierno.

Tlatlaya, 30 de junio de 2014

Un operativo del Ejército contra presuntos secuestradores terminó con un saldo de 22 personas muertas y un militar lesionado. Los militares recibieron la instrucción de “abatir delincuentes en horas de oscuridad”.

  • La madrugada del 30 de junio, ocho militares del 102° Batallón de Infantería realizaban labores de reconocimiento sobre la carretera Federal Número 2, en las inmediaciones del poblado Cuadrilla Nueva, en el municipio de Tlatlaya, Estado de México.
  • De acuerdo con el informe de la CNDH sobre el caso, al pasar frente a una bodega en obra negra, sin puertas, el sargento segundo de Infantería se dio cuenta que había una persona armada custodiando el recinto. El sargento informó a sus compañeros y el vehículo detuvo su marcha.

El enfrentamiento comenzó alrededor de las 4:20 horas de la madrugada, según testimonios de cinco vecinos de San Pedro Limón.

  • Según los militares, estos fueron agredidos por las personas que estaban dentro de la bodega, por lo que repelieron el ataque. Sin embargo, una versión de una sobreviviente y testigo de los hechos refiere que los militares dispararon primero mientras todos dormían en la bodega.
  • Según el reporte de la CNDH el intercambio de disparos entre militares y las personas armadas que se encontraban en la bodega duró entre cinco y 10 minutos. Alrededor de las 5:00 de la mañana, los militares entraron al recinto.
  • Ahí encontraron a tres mujeres y a otras dos personas amarradas, presuntamente secuestradas. Según los testimonios de los vecinos, durante una hora, aproximadamente, se escucharon disparos aislados, accionados por el Ejército en contra de las personas rendidas.

Los testimonios de las mujeres coinciden en que los militares entraron a la bodega y encontraron a civiles rendidos y desarmados. Después, los sacaron uno por uno, los obligaron a hincarse, a decir su apodo, su edad, su ocupación, y después les dispararon.

  • La CNDH documentó que el lugar de los hechos se alteró para hacer creer que todos los muertos eran resultado del enfrentamiento y no de la ejecución.

Entre las víctimas había una chica de 15 años y los demás eran varones, dos de ellos de 17 años de edad. En realidad, menciona el informe de la CNDH, la mayoría de las víctimas eran personas secuestradas por criminales y forzados a trabajar con ellos en actividades delincuenciales.

Ayotzinapa, 26 de septiembre de 2014

Comisión de Ayotzinapa de la 4T confirma la participación del 27 Batallón del Ejército en los hechos que llevaron a la desaparición de los 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa.

  • A nueve años de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, una relatoría oficial del Gobierno federal señala que el Ejército participó en los hechos del 26 de septiembre de 2014.

La Narrativa de los Hechos de acuerdo con la Investigación Realizada -documento rechazado por los padres de los alumnos de la normal rural Isidro Burgos tras una reunión con el presidente Andrés Manuel López Obrador– indica que, de acuerdo a testimonios, algunos de los estudiantes estuvieron en el 27 Batallón de Iguala Guerrero y fueron entregados a sicarios de Guerreros Unidos.

La nueva relatoría señala que los 43 fueron asesinados de diversas formas y en distintos lugares por Guerreros Unidos, por lo que sus restos habrían sido descuartizados, disueltos en ácido, incinerados, enterrados y cremados en funerarias.

La Narrativa de los Hechos de acuerdo con la Investigación Realizada, entregada a los padres de los normalistas, da cuenta de varias hipótesis sobre destino de los jóvenes y del grado de involucramiento de los integrantes de la Defensa Nacional.

  • Las hipótesis y acusaciones contra el Ejército están basadas en declaraciones de sicarios de Guerreros Unidos, interceptadas por la DEA y otras obtenidas por Unidad de Investigación y Litigación del Caso Ayotzinapa (UILCA) que no habían sido incluidas en la llamada Verdad Histórica, aunque en el documento el Gobierno federal no llega a una conclusión de los hechos del 26 de septiembre de 2014.
  • La narrativa retoma parte de la Verdad Histórica sobre cómo llegaron los normalistas a Iguala y lo que pasó previo a su desaparición, pero se bifurca de la versión de la investigación que encabezó el exprocurador Jesús Murillo Karam -hoy preso por el caso Ayotzinapa– en la parte de la entrega y manera de desaparición de los normalistas y el involucramiento del Ejército.

Además de la policía de Iguala, el informe detalla el involucramiento directo del 27 Batallón de Infantería, en Iguala, donde estuvieron retenidos varios estudiantes y fueron entregados a los Guerreros Unidos por órdenes del capitán José Antonio Crespo, a quien hace unos días se le dictó auto de formal prisión por delincuencia organizada y su participación en el caso Ayotzinapa.

El documento señala que había colaboración de militares de alto rango y mandos de la Policía Federal con Guerreros Unidos, cártel a que proporcionaban armas municiones, ayudaban al trasiego de droga y por ello recibían dinero.

  • Con base en declaraciones de testigos y mensajes interceptados por la DEA, el coronel José Rodríguez Pérez, comandante del 27 Batallón y Rafael Hernández Nieto, comandante del 41 Batallón, serían los mandos militares involucrados con el crimen organizado.
  • Sobre el destino de los normalistas tras ser entregados a los sicarios de Guerreros Unidos la noche del 26 de septiembre de 2014, la narrativa identifica al menos seis puntos donde los estudiantes presuntamente fueron asesinados de diversas formas e incluye una versión que señala que algunos normalistas fueron mantenidos con vida días después de los hechos de Iguala.

A diferencia de la llamada Verdad Histórica que señala que los estudiantes fueron incinerados en el basurero de Cocula y sus cenizas esparcidas en el río San Juan, la nueva hipótesis oficial indica que los normalistas fueron separados en tres grupos y llevados a lugares diferentes para matarlos./Agencias-PUNTOporPUNTO

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