La DELINCUENCIA ORGANIZADA ahora cuenta con sus propios GRUPOS MILITARES de BATALLA

En México, la delincuencia organizada ha adoptado por brazos armados como parte de sus propias estructuras para intentar seguir expandiéndose y dominando nuevos terrenos clave, protagonizando violentos enfrentamientos ya sea con grupos rivales o con las mismas autoridades.

CJNG

México se ha convertido en un campo de guerra, nada ha funcionado con la estrategia sexenal de «abrazos y no balazos», por lo contrario los cárteles criminales ahora dominan más del 50% del territorio nacional, colocando autoridades y representantes sociales.

Basta con caminar por las calles de algunos municipios clave para observar en las fachadas de las casas o negocios los agujeros que detonaciones de armas de fuego han dejado a su paso, restos de vehículos incendiados, y cientos de historias que dan cuenta de la presencia de grupos de la delincuencia organizada.

Las escenas de los enfrentamientos parecen haber sido sacadas de una película de acción pero es la realidad que viven de miles de mexicanos.

  • A comparación de décadas atrás, la violencia se ha encrudecido como resultado de la reconfiguración de la delincuencia organizada que ahora cuenta con sus propios grupos de batalla designados.
  • Independientemente de la organización delictiva a la que pertenecen, se ha vuelto común ver a civiles fuertemente armados, con equipo táctico, radios e incluso uniformes similares a los de las Fuerzas Armadas de México patrullando por las plazas que controlan con un solo objetivo: proteger los negocios ilegales de sus patrones.
  • De acuerdo con la Real Academia Española (RAE), un brazo armado se define como una facción violenta dentro de un grupo político no reconocido, lo que se puede interpretar como una cuadrilla designada para cometer actos violentos en defensa de algún interés.

En México, la delincuencia organizada ha adoptado estos brazos armados como parte de sus propias estructuras para intentar seguir expandiéndose y dominando nuevos terrenos clave, protagonizando violentos enfrentamientos ya sea con grupos rivales o con las mismas autoridades.

  • ¿Cuáles son los ‘mini ejércitos’ al servicio de la delincuencia organizada en México? La hegemonía de la delincuencia organizada ha ido cambiando con el paso de los años ya sea por la captura o encarcelamiento de sus líderes, la alternancia política o las modificaciones cualitativas en el mercado internacional de las drogas.
  • Los grupos delincuenciales han encontrado la forma de mantenerse vigentes gracias a las modificaciones realizadas en sus estructuras, de modo que sus brazos armados han sido una de sus principales herramientas para continuar expandiéndose en el territorio mexicano.

Aunque existen grandes líderes -incluso algunos ex militares- que coordinan estas células, lo cierto es que la mayoría de la “tropa” se encuentran en el eslabón más bajo de las organizaciones. Una realidad cruda, pues si llegan a morir en combate no implicaría un golpe fuerte para el negocio ilegal que tanto protegen.

Los ‘mini ejércitos’ del CJNG

Un claro ejemplo de la reconfiguración de grupos delictivos es el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) el cual, de acuerdo con documentos del Servicio de Investigaciones del Congreso de Estados Unidos, ha logrado marcar su presencia en más de la mitad de los 32 estados que conforman a la República Mexicana.

Para lograrlo, la organización delictiva que encabeza Nemesio Oseguera Cervantes, alias El Mencho, cuenta con al menos nueve brazos armados a los cuales se les han asignado tareas y zonas de operación específicas.

  • La existencia de uno de ellos opera bajo el nombre de Los Duendes en poblaciones como Tala, Jalisco. Las actividades de dicha célula no se limitan únicamente a los ataques armados, pues también se ha constatado que son los encargados de contratar a los llamados «halcones».
  • Luego de que el grupo de activistas conocido como Guacamaya hackeara los servidores de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) se hizo público un infome de inteligencia militar elaborado para la Guardia Nacional en el que se detalla quiénes son y dónde operan los otros brazos armados del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

Uno de los que mayor relevancia ha acaparado tras la difusión de sus integrantes fuertemente armados y con uniformes militares es el Grupo Delta, cuyas operaciones se concentran en la Zona Metropolitana de Guadalajara.

En el bastión del cártel de las cuatro letras también opera el brazo armado denominado como Grupo Élite Delictivo de Reacción Inmediata (GEDRI), el cual coordina operativos en Los Altos, Jalisco y ha sido señalado por estar detrás de la reciente desaparición de cinco jóvenes en Lagos de Moreno, sin embargo, autoridades no han confirmado su responsabilidad en el caso.

Por su parte, las Fuerzas Especiales Mencho se encuentran desplegadas en los límites de Jalisco y Michoacán, donde la organización delictiva de Nemesio Oseguera Cervantes mantiene disputas con La Nueva Familia Michoacana y esciciones de Los Caballeros Templarios.

  • Para mantener el control de territorios en el sur y sureste del país -específicamente de Oaxaca a Quintana Roo- el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) asignó a la célula conocida como Brazo Armado del 15.
  • Al norte del país el grupo CJNG 2000 es la encargada de disputar plazas, en tanto que la célula Gente del Mencho se ha asentado en la Región Costa Sur, la cual comprende de Jalisco a Guerrero.

Los sicarios que son enviados a distintos puntos de la República Mexicana para disputar los territorios a organizaciones rivales son conocidos como Fuerzas Especiales del CJNG – Grupo Élite. En redes sociales se han difundido múltiples imágenes tanto del armamento como del equipo táctico que esta célula utiliza en combate, mismas que suelen llevar impresas o bordadas las cuatro letras del autodenominado cártel.

Nemesio Oseguera Cervantes, mejor conocido como El Mencho o El Señor de los Gallos, figura como uno de los fugitivos más buscados tanto por autoridades mexicanas como estadunidenses. Ante la latente posibilidad de su captura -o asesinato por parte de grupos rivales- dentro de su propia organización también asignó una célula encargada de garantizar su protección, la cual es conocida como Fuerza Especial Alto Mando.

Todo aquel que forme parte de ese brazo armado tiene la tarea de ser escolta personal del líder y fundador del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

El Cártel de Sinaloa y su violenta ofensiva

El Cártel de Sinaloa se ha consolidado como una de las organizaciones delictivas más poderosas y peligrosas del mundo. Su estructura y meticulosos métodos le permitieron colocarse en la cúpula del tráfico de drogas en México, negocio que fue resguardado por múltiples brazos armados en diferentes partes del país.

  • Una de esas células fue la de Los Ántrax, la cual bajo el mando de José Rodrigo Aréchiga Gamboa -mejor conocido como El Chino Antrax- logró coordinar múltiples embestidas en la ciudad de Culiacán, Sinaloa.
  • Tras la captura y extradición de Joaquín El Chapo Guzmán, del también llamado Cártel del Pacífico surgieron tres importantes facciones: la primera la encabezan los hijos del otrora narcotraficante -a quienes se les ha denominado como Los Chapitos-, la segunda la encabeza Ismael El Mayo Zambada, quien continúa coordinando las actividades de su parte del negocio al igual que Aureliano Guzmán Loera, mejor conocido como El Guano.
  • Pese a dicha situación, el Cártel de Sinaloa ha encontrado un equilibrio para mantenerse vigente, aunque los brazos armados de cada facción ha protagonizado diversos enfrentamientos y rencillas al interior de la propia organización delictiva.

En el caso de Los Chapitos, el 19 de octubre de 2017 uno de sus brazos armados -identificado como Los Ninis- desató una jornada de terror y violencia en Culiacán luego del fallido operativo con el que fuerzas federales intentaron detener a Ovidio Guzmán López.

  • ​El también llamado Culiacanazo expuso tanto a aquel “mini ejército” de sicarios al servicio de los hijos de El Chapo, como su armamento, tácticas y conocimiento de estrategias militares que poseen para contrarrestar ataques.
  • Este no es el único brazo armado al servicio de Los Chapitos, pues en Sonora se han aliado con la familia de Los Salazar, quienes además de apoyarlos en su prolífica red de tráfico de fentanilo, también combaten a cualquier grupo rival que trate de “calentarles la plaza” en los municipios en los que tienen presencia.
  • Por su parte, la facción que encabeza Ismael Zambada García cuenta con brazos armados como las Fuerzas Especiales Barrera (FEB) cuyas operaciones se concentran en Zacatecas y Durango. En este último estado también operan para El Mayo.

Otra célula al mando del también llamado Señor del Sombrero que ha acaparado la atención de la opinión pública al ser identificada como una de las responsables de la ola de violencia que azota a Zacatecas es el Grupo Operativo Flechas MZ. En redes sociales circulan múltiples videos de sus integrantes, su armamento, equipo táctico y los enfrentamientos que protagonizan en el estado.

  • Una situación similar se presenta en Sonora, en donde el brazo armado de Los Rusos -también al mando de Zambada García- han protagonizado múltiples enfrentamientos con células del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) e, incluso, con Los Ninis en otros estados de la República Mexicana.
  • Más allá de las principales facciones mencionadas, de acuerdo con múltiples reportes periodísticos, el Cártel de Sinaloa continúa identificándose como una sola organización delictiva en algunos estados en donde brazos armados se disputan territorios con grupos rivales.

Por ejemplo, en el estado de Chihuahua cuentan con células como Gente Nueva -que se posicionó en el ojo de la opinión pública tras el asesinato de dos sacerdotes jesuitas y un guía de turistas en Cerocahui-, Los Artistas Asesinos y Los Mexicles, que aunque han sido ligados al Cártel de Sinaloa han mantenido rencillas con brazos armados de Los Chapitos.

  • En el estado de Sonora, el brazo armado de Los Cazadores también combate en nombre del Cártel de Sinaloa en tanto que en Coahuila se ha desplegado el llamado Cártel del Poniente, quienes también coordinan otras actividades delictivas además de los enfrentamientos bélicos.

De autodefensas a brazos armados de los Cárteles Criminales

Aunque el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) son los que acaparan un mayor número de brazo armados al ser las organizaciones dominantes en el país, en algunos estados otros grupos han comenzado a hacerles frente y a reclamar el control de «sus» territorios.

  • Para ello, se han valido de brazos armados que enfrentan a sus rivales con tácticas y estrategias bélicas. Y es que, en estados como Guerrero o Michoacán, muchas de estas células han pasado de ser autodefensas a convertirse en estos «mini ejércitos» que desatan balaceras y masacres en nombre de determinadas organizaciones delictivas.
  • Un claro ejemplo son los Comunitarios por la Paz y la Justicia en Guerrero, quienes se asumen como supuestas autodefensas aunque trabajan para el grupo delictivo de Los Ardillos.
  • En ese mismo estado, Los Tlacos también surgieron como autodefensas, para posteriormente convertirse en el brazo armado de la Policía Comunitaria General Heliodoro Castillo, un grupo de supuestos guardias locales que terminó por involucrarse también en el tráfico de drogas y múltiples delitos.

Actualmente Los Tlacos ya no solo son un brazo armado, sino una organización delictiva que ha sembrado terror en Chilpancingo y zonas aledañas con los enfrentamientos que han protagonizado en contra de Los Ardillos.

  • Tras la caída del Cártel de Los Beltrán Leyva surgieron múltiples facciones que buscaron mantener el control del puerto de Acapulco.
  • El grupo delictivo de La Barredora fue uno que logró acaparar parte del legado de Arturo Beltrán Leyva y, para apartar de su camino a grupos rivales designaron a un brazo armado que es conocido como el Comando del Diablo.
  • Otra de las escisiones del Cártel de los Beltrán Leyva que sobresalió tras el declive de la organización delictiva es la de Guerreros Unidos, al cual se le vincula con la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
  • Para hacer frente a grupos rivales y autoridades, cuentan con un brazo armado denominado como Los Tilos, cuyas operaciones se tienden a concentrarse en Iguala.
  • En lo que refiere a Michoacán, desde 2010 se creó una alianza entre varias células pertenecientes al Cártel de Sinaloa, la Familia Michoacana, el Cártel del Golfo y los Caballeros Templarios con el objetivo de expulsar a Los Zetas del estado.

Poco después y con la inminente expansión del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), la organización delictiva de Cárteles Unidos designó un grupo armado que, al igual que en casos anteriores, comenzaron haciéndose llamar Grupos de Autodefensa Comunitaria para posteriormente convertise en Los Viagras.

  • La temida célula delictiva fue señalada de estar detrás del asesinato del líder de autodefensas Hipólito Mora el pasado mes de junio. Actualmente Los Viagras han pasado de ser un brazo armado a ser una de las múltiples organizaciones en Michoacán.
  • Del lado este de México, el Cártel del Golfo se consolidó durante décadas como la organización delictiva dominante en esa región, aunque también como una de las que más se ha faccionado a lo largo de su historia.

Desde Los Zetas, hasta Los Escorpiones o Los Metros, dichas células se han encargado de hacer de los estados de Tamaulipas y Nuevo León un campo de guerra.

Pese a ello, es el Cártel del Noreste -también escisión del Cártel del Golfo- uno de los pocos que ha designado a un grupo específico para ser su brazo armado. La llamada Tropa del Infierno es la encargada de protagonizar enfrentamientos bélicos con grupos rivales en territorios que buscan controlar y en Nuevo Laredo.

  • Otro de los brazos armados que ha acaparado gran relevancia al norte del país es La Línea, el cual presta sus servicios al Cártel de Juárez y se distingue por haber creado alianzas con pandillas estadunidenses como es el caso de Barrio Azteca.
  • Esta célula delictiva también fue señalada por estar involucrada en la masacre de la familia LeBarón en noviembre de 2019, hecho en el cual perdieron la vida tres mujeres y seis menores de edad.

Aunque las organizaciones criminales se sostienen también gracias a su millonario negocio ilegal y sus habilidades en el lavado de dinero, son sus múltiples brazos armados los encargados de garantizar su seguridad y prevalencia en zonas específicas del país, aún y cuando ese implique sumergir a México en una incesable violencia que continúa cobrando vidas.

Imponen su ley en todo el país con narcobloqueos

Los pasados 10 y 11 de julio, un grupo de pobladores y supuestos transportistas bloquearon los cuatro carriles de la Autopista del Sol, en Chilpancingo, Guerrero, para demandar la liberación de dos personas. Desde Ciudad de México, se explicó que fue organizado por el grupo delictivo Los Ardillos para liberar a dos miembros de su organización.

  • Sin embargo, este no fue el único ni el último episodio de este tipo. En meses recientes se han vuelto muy comunes en entidades como Guerrero, Guanajuato, Jalisco, Tamaulipas, donde los bloqueos ligados al narco van ganando terreno.
  • En sus primeros cuatro años y tres meses de existencia, la Guardia Nacional (GN) documentó 82 narcobloqueos, en que se realizaron prácticas como quema de vehículos, de llantas y de unidades con reporte de robo.

Además de cortes a la circulación por agresión armada a elementos de seguridad, vehículos de carga atravesados, entre otros. Los estados más afectados por estos delitos son Sonora, con 12, donde el municipio de Ciudad Obregón acumula ocho; Guaymas, dos, y Caborca y Agua Prieta, uno cada uno.

  • En Quintana Roo, con 11, el municipio de Cancún documentó nueve, Chetumal y Benito Juárez, uno cada uno. Guanajuato registró siete, cinco en Celaya, uno en Dolores Hidalgo y otro sin especificar. San Luis

Potosí, con seis, reportó cuatro en San Luis Potosí y uno en Ciudad Valles y El Huizache. Mientras que Guerrero documentó cinco; tres en Iguala y dos en Taxco de Alarcón. Por su parte, Sinaloa registró cinco, todos en Culiacán, de acuerdo con datos de la Guardia Nacional.

  • De marzo a diciembre de 2019 se documentaron 21 narcobloqueos; en 2020, 41; en 2021, 10, en 2022, uno, y de enero a julio de 2023, nueve. Alberto Hidalgo Montes, exrector de la Universidad Policial de Guerrero, asegura que existe un subregistro en el número de narcobloqueos y que no todos los casos son violentos.

Indica que en la comunidad Filo de Caballos, en el municipio de Leonardo Bravo, en Guerrero, es común que se realicen narcobloqueos, supuestamente con tintes sociales, es decir, llevan a la gente a obstruir la vía pública.

También es un efecto económico. «Causan millonarias pérdidas a las empresas y algunas de ellas dejan de operar en ciertas zonas, eso afecta al empleo, así como a la gente. No hay una estrategia correcta para prevenir este tipo de cosas. La Guardia Nacional se ve rebasada, no cuentan con buena capacitación, además no tienen una política clara de cuándo usar la fuerza”, sostiene Hidalgo Montes.

El también maestro en Sicología jurídica y Criminología subraya que generalmente se trata de narcobloqueos, pero los uniformados no saben cómo identificarlos, pues algunos son obvios, pero otros no.

“Entonces existe un subregistro, porque no quieren contarlos o no tienen la capacidad para identificarlos. Hay lugares donde la propia gente obstruye el paso de militares”, enfatiza el experto.

  • Javier Ortiz Sullivan, consultor en seguridad pública, señala que la aparición de narcobloqueos obedece a distintas causas, entre ellas, la facilidad geográfica para que las bandas criminales puedan efectuarlos con completa impunidad y con mucha mayor comodidad que en entornos donde existe la posibilidad de enfrentarse a alguna autoridad, o que sean detenidos después de realizar dichos actos.

Resalta al respecto del incremento en las cifras de 2020 que esto podría estar relacionado con la reclusión que la población vivió a causa de la pandemia de Covid-19.

El exresponsable del Programa con las Fuerzas de Policía y de Seguridad del Comité Internacional de la Cruz Roja en México destaca que en ese periodo existió una mayor presencia de integrantes del crimen organizado, quienes vieron a las autoridades brindando apoyo por la contingencia sanitaria y tuvieron mayores posibilidades de llevar a cabo estos ilícitos.

  • Respecto al año 2022, que solamente documentó un narcobloqueo, el experto comenta que posiblemente se estén categorizando o reportando de manera distinta este tipo de eventos, es decir, que hay un subregistro o una reconfiguración criminal en el país.
  • El consultor en seguridad enfatiza que la aplicación de estas técnicas del crimen organizado no solamente obedece a la necesidad de generar rutas de escape o impedir el acceso a las autoridades de seguridad pública de los tres niveles de gobierno.

También impide la entrada de células delictivas a las zonas donde ejercen control efectivo, así como el interés de generar un marcado dominio físico de los territorios frente a la población y les permite tener un control de alto impacto y bajo costo en el territorio./PUNTOporPUNTO

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