Según una investigación llevada a cabo por el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY) en 2022, más del 30 por ciento de los individuos jóvenes de edades comprendidas entre los 18 y 24 años no lograron superar el nivel educativo alcanzado por sus padres.
- En su reporte llamado Movilidad Social Educativa en México, los investigadores destacaron que incluso en comparativo con años pasados, se redujo la proporción de jóvenes que tiene más años de escolaridad que sus padres de 72.3 a 68.2 por ciento, es decir, que experimentaron movilidad educativa ascendente.
Mientras que, por otro lado, aquellos que alcanzaron menos escolaridad que sus padres (movilidad descendente) aumentaron de 17.9 a 20.5 por ciento; además los que redujeron su ventaja en años de escolaridad respecto a sus padres de 2.8 a 2.4 entre 2016 y 2022.
- Rodolfo de la Torre, director de movilidad social del CEEY, explicó que esto se debe a un mayor rezago social por las pocas posibilidades de acceder a la educación, la actual estructura del modelo educativo, la falta de interés en terminar los estudios por parte de los jóvenes, la falta de evaluación del sistema educativo y los daños que dejó la pandemia.
«Se requiere una revisión profunda del modelo educativo en aspectos muy básicos que son la enseñanza del español y de matemáticas, porque en base a estos conocimientos se generan destrezas y habilidades» indicó de la Torre.
Destacó que la mayor diferencia de años de escolaridad respecto a sus padres se encuentran en Chiapas, Guerrero y Oaxaca.
- Por otro lado, también remarcó la necesidad de una política de transferencias monetarias para la educación que procure la movilidad social debe dirigirse con mayor intensidad a quienes presentan mayores desventajas.
- Ejemplificaron que la composición de las transferencias gubernamentales según el nivel educativo de los padres cambió de manera dramática a partir de 2020, pues los hogares conformados por padres con menor escolaridad cada vez han recibido menos transferencias en términos relativos. Por ejemplo, mientras que en 2016 estos hogares recibieron 34 por ciento de las transferencias educativas, en 2022 sólo 18 por ciento.
«Hace seis años se daban los apoyos de becas educativas gubernamentales a las personas que provenían de lugares donde el nivel educativo de sus padres era menor”, expuso.
Estudios previos del CEEY señalan que un factor determinante de la desigualdad de oportunidades es la escolaridad de los padres; por ejemplo, en sus análisis intergeneracionales con base en la Encuesta ESRU de Movilidad Social en México (la cual recolecta información de la población mexicana entre 25 y 64 años y de los hogares de sus padres), se encontró que las personas de padres con estudios profesionales tienen una probabilidad 13 veces mayor de alcanzar ese mismo nivel de estudios que aquéllas de padres sin estudios.
Mujeres con mayor movilidad educativa
- Otro hallazgo relevante de esta investigación es que, “sin importar el nivel educativo de sus padres, en promedio las mujeres entre 18 y 24 años de edad tienen más años de educación respecto a sus padres que los hombres en el mismo grupo de edad”.
- Las jóvenes tienen 2.6 años de educación más que sus padres y madres, mientras que los hombres tienen 2.2 años más en promedio. “La desigualdad educativa se ha reducido entre hijas e hijos y sus padres y madres”, dice el informe.
Estos logros educativos han sido obtenidos por las jóvenes a pesar de la violencia estructural de género. “Una de cada 10 alumnas de primaria se siente infeliz por ser niña, y el porcentaje se duplica a una de cada cinco cuando llega a la escuela secundaria” reveló el informe Discriminación de Género en la Educación: La violación de los derechos de las mujeres y las niñas.
- Dicho documento fue elaborado por la Campaña Mundial por la Educación, un movimiento de la sociedad civil que promueve la educación a nivel global. Data de 2012, cuando las jóvenes que actualmente han superado la escolaridad de sus padres en México estaban en la primaria y la secundaria.
- Otro obstáculo en su vida escolar han sido las condiciones para gestionar su menstruación. El 20% de las niñas, adolescentes, mujeres o personas con capacidad de menstruar ha faltado a la escuela en su periodo menstrual, según la Primera Encuesta Nacional de Gestión Menstrual de la colectiva #MenstruaciónDignaMéxico, Unicef y la empresa Essity.
El reporte del CEEY indica además que “las madres y padres influyen más sobre la escolaridad de los hombres que la de las mujeres entre 18 y 24 años de edad”.
¿Qué pasa en el ámbito rural?
Al comparar a la población del campo y la que vive en las ciudades, el CEEY señala que, “sin importar el nivel educativo de sus padres y madres, en promedio las personas entre 18 y 24 años que viven en localidades urbanas tienen más años de educación que las personas que viven en localidades rurales”.
Pero ese resultado no significa que las personas que provienen de pueblos rurales o indígenas no hayan aumentado su escolaridad y superado el grado al que pudieron llegar sus madres y padres. En promedio, las y los jóvenes de estos grupos “tienen cuatro años más de educación”.
El resultado para las mujeres y hombres de entre 18 y 24 años de edad que viven en localidades urbanas es de “2 años más de educación que sus padres”.
No obstante, este último resultado no significa que la juventud en las ciudades estudie menos que la juventud rural o indígena, sino que los padres y madres de este último grupo cuentan con menos escolaridad.
- El informe señala que las hijas e hijos con mayor diferencia de años de escolaridad respecto a sus padres se encuentran en los estados de Chiapas, Guerrero y Oaxaca. En cambio, “la Ciudad de México y Nuevo León son las entidades con menor diferencia de años de escolaridad entre padres y madres e hijas e hijos”.
- Según el análisis del CEEY, “el monto de las transferencias gubernamentales educativas ha tenido una disminución entre 2016 y 2022”. En 2016, los hogares “conformados por padres con menor escolaridad” recibieron el 34% de apoyos económicos, pero en 2022 sólo recibieron el 18 por ciento, sostiene.
“El CEEY considera que una política de transferencias monetarias para la educación que procure la movilidad social debe dirigirse con mayor intensidad a quienes presentan mayores desventajas”.
La movilidad educativa disminuyó en los últimos 6 años
Alrededor de 30% de los jóvenes se ha quedado sin avance con respecto a la escolaridad de sus padres. Además los jóvenes redujeron su ventaja en años de escolaridad promedio respecto a sus padres de 2.8 a 2.4 entre 2016 y 2022.
- Por otra parte, aunque se incrementó la probabilidad de alcanzar estudios universitarios para los jóvenes provenientes de hogares con padres con educación primaria o menos, ésta es aún 4 veces menor que para los jóvenes que tienen padres con estudios profesionales.
Según un análisis del Centro con base en la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH), entre 2016 y 2022, se detectó que la movilidad educativa se estancó en los últimos 6 años principalmente por la disminución en casi un 50 por ciento de las transferencias educativas.
- La investigación arroja que de acuerdo a la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH), entre 2016 y 2022, se redujo la proporción de jóvenes entre 18 y 24 años que tiene más años de escolaridad que sus padres:
- Alrededor de 30 por ciento de los jóvenes se ha quedado sin avance con respecto a la escolaridad de sus padres.
- En cuanto a la asignación de gasto público, los resultados muestran que la composición de las transferencias gubernamentales según el nivel educativo de los padres cambió de manera dramática a partir de 2020
Los hogares conformados por padres con menor escolaridad cada vez han recibido menos transferencias en términos relativos. Por ejemplo, mientras que en 2016 estos hogares recibieron el 34 por ciento de las transferencias educativas, en 2022 sólo recibieron el 18 por ciento.
El CEEY considera que una política de transferencias monetarias para la educación que procure la movilidad social debe dirigirse con mayor intensidad a quienes presentan mayores desventajas
Sin embargo, la evidencia muestra que el esfuerzo para revertir los problemas de baja movilidad social y estratificación educativa se ha debilitado durante el periodo de análisis.
Estudios previos del CEEY señalan que un factor determinante de la desigualdad de oportunidades es la escolaridad de los padres; por ejemplo, en sus análisis intergeneracionales con base en la Encuesta ESRU de Movilidad Social en México, se encontró que las personas de padres con estudios profesionales tienen una probabilidad 13 veces mayor de alcanzar ese mismo nivel de estudios que aquéllas de padres sin estudios.
- El CEEY considera que una política de transferencias monetarias para la educación que procure la movilidad social debe dirigirse con mayor intensidad a quienes presentan mayores desventajas.
Sin embargo, la evidencia muestra que el esfuerzo para revertir los problemas de baja movilidad social y estratificación educativa se ha debilitado durante el periodo de análisis.
- El Centro de Estudios considera que si se destinan mayores recursos a quienes viven en desventaja económica y educativa, se reducirá la desigualdad de oportunidades entre la población y, por ende, habrá mayor movilidad social.
Bajo nivel educativo limita opciones laborales en jóvenes
De acuerdo con un análisis de la Ibero, las oportunidades laborales de éxito disminuyen si los estudiantes obtienen bajos niveles en matemáticas, lectura y ciencias y pueden afectar el desarrollo tecnológico de los países, afirmó la Doctora (Dra.) Hilda Patiño Domínguez, directora del Departamento de Educación de la Universidad Iberoamericana.
- La especialista en Educación de esta Casa de Estudios apuntó que la falta de acceso a una educación de calidad en los jóvenes en estas áreas clave puede perpetuar la desigualdad social y contribuir a incrementar la brecha entre los grupos socioeconómicos.
“Un bajo nivel de habilidades en matemáticas, lectura y ciencias puede afectar la competitividad y el desarrollo económico en la economía global. Las habilidades en estas áreas son fundamentales para la innovación, la productividad y el desarrollo de nuevas tecnologías”, indicó.
Asimismo, dijo que las habilidades en matemáticas, lectura y ciencias son cada vez más importantes en el mercado laboral actual, pero si los estudiantes obtienen bajos niveles de competencia en estas áreas, en el futuro pueden enfrentar dificultades para acceder a empleos bien remunerados.
“Una educación deficiente puede afectar la capacidad de los individuos para participar plenamente en la vida cívica y democrática de su país. La comprensión de conceptos básicos en estas áreas es fundamental para tomar decisiones informadas y participar en debates públicos”, refirió.
- La Dra. Hilda Patiño consideró que la innovación y el desarrollo tecnológico de un país dependen en gran medida de una fuerza laboral capacitada en matemáticas, lectura y ciencias, pero las naciones con bajos niveles de competencia pueden enfrentar dificultades para impulsar diversos sectores.
Sobre si la desigualdad impide el acceso a la educación en los jóvenes, la académica de la Ibero consideró que son importantes los apoyos para disminuir las brechas socioeconómicas, pues gastos como la matrícula, los libros y el transporte pueden ser inalcanzables para familias de bajos ingresos.
El 24% de jóvenes acceden a nivel superior
En nuestro país, el acceso a la educación superior sigue siendo un privilegio. De acuerdo con la Secretaría de Educación Pública, sólo el 24% de los jóvenes mexicanos pueden inscribirse en una universidad.
La cifra disminuye drásticamente cuando se trata de los egresos, pues, según el Instituto Nacional de Geografía y Estadística, apenas 8 de cada 100 estudiantes termina la licenciatura. Es decir, tan sólo el 1.9% del total de jóvenes de México consigue graduarse.
- Son múltiples los motivos que impiden la formación profesional. En primer lugar, la enorme desigualdad social obliga a muchas personas a trabajar desde temprano, consumiendo tiempo que podría invertirse en el estudio. Otros factores, como la delincuencia, los embarazos adolescentes y el deficiente sistema educativo, son algunas de las mayores causas de deserción.
- Los problemas se multiplican en zonas rurales, algunas de las cuales no cuentan con centros educativos en varios kilómetros a la redonda. Debemos recordar que, para iniciar una licenciatura, es necesario contar con alrededor de 15 años de trayectoria escolar, superando 4 grados académicos.
Para fortuna de Yulianna, sus padres acudieron a la Fundación para la Asistencia Educativa IAP, que se encargó de su alimentación y su educación, proveyéndola no sólo de conocimientos académicos, sino también de herramientas sociales. Hoy es egresada de la Universidad Pedagógica Nacional. Ha ejercido desde los 17 años, y da clases de preescolar en la misma fundación que la apoyó desde chica.
Su propia historia le ha servido de motivación, pues reconoce que muchas niñas y niños en Chimalhuacán crecen con importantes carencias y sabe que el rol de la educación es crucial para que sus oportunidades de desarrollarse sean mayores. /Agencias-PUNTOporPUNTO