CAMBIO CLIMÁTICO amplía la DESIGUALDAD en México; impacta en la SALUD y la MIGRACIÓN

La crisis climática amenaza la disponibilidad y el acceso a alimentos, lo que a su vez afecta gravemente a las personas pobres.

El cambio climático amplía la desigualdad en México y es mortal para la salud de las personas de menos recursos, de niños, adultos mayores, minorías étnicas y personas con discapacidad en el país, lo que provoca migración y desplazamiento forzado, alertó José-Oriol Bosch Par, director general de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV).

  • En la inauguración de la tercera edición del México Carbón Forum, que organiza MéxiCO2, la plataforma de mercados ambientales del Grupo Bolsa Mexicana de Valores (BMV), el directivo de la entidad bursátil sostuvo que el cambio climático no sólo es un problema ambiental, sino también un problema económico y social, que está fuertemente relacionado con la desigualdad.
  • Las personas con menos recursos son las más afectadas por el cambio climático, aunque sean las menos contribuyentes a éste. Estas personas son impactadas en la salud, en el agua, en migración y desplazamiento forzado; además, hay riesgos en otros grupos sociales vulnerables, particularmente, personas mayores, niños, personas con discapacidad, pueblos indígenas y las minorías de etnia, afirmó Bosch.

El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) prevé que la desigualdad se acentuará enormemente en la salud de la población de las distintas naciones durante las próximas décadas, y se expuso que si bien un tercio los países del G-20, causantes la mayor parte de las emisiones de carbono, registrará un aumento de la mortalidad por el cambio climático, el incremento de esas muertes alcanzará a cerca de 75 por ciento de las naciones emergentes.

  • Es por ello que será de suma importancia todo lo que se pueda hacer desde el sector público y privado para la reducción de emisiones de carbono; así como de inversiones responsables, fortaleciendo la adopción de criterios que consideren factores ambientales, sociales y de gobernanza, entre emisores e inversionistas.
  • Desde la trinchera del mercado bursátil mexicano, en 2016 hasta el cierre del viernes pasado, el mercado de deuda privado de bonos etiquetados como verdes, sociales, sustentables, azules y bonos vinculados a la sostenibilidad, ha financiado 261 mil millones de pesos para este tipo de proyectos, lo que representa 48 por ciento de la colocación de deuda privada en BMV.
  • Bosch Par prevé que el mercado etiquetado represente 50 por ciento al cierre de 2023 y tiene una clara tendencia de que este seguirá aumentando año con año hasta que casi la totalidad de las emisiones de bonos en mercado de deuda tenga un componente de sostenibilidad.

Advirtió que cada vez más inversionistas y consumidores están comprometidos a colaborar con la reducción del cambio climático.

Gabriel Yorio, subsecretario de Hacienda, por su parte, destacó la innovación financiera como una herramienta clave en el apoyo a la transformación hacia la sostenibilidad. “Durante los pasados cuatro años México se posiciona como líder en la región, donde el gobierno federal ha realizado emisiones de bonos sostenibles por 11 mil millones de dólares en cuatro mercados internacionales: yenes, dólares, euros y pesos mexicanos.

  • En entrevista, Bosch Par resaltó que en medio de problemas económicos en China y de sus similares latinoamericanos, México luce altamente atractivo para los inversionistas por el nearshoring y los elevados flujos de divisas que se están reportando en el país.

Si bien México es un país emergente, los inversionistas le dan un trato diferencial ante sus perspectivas de relocalización de inversión, prueba de ello son las cifras de inyección de capital que se han alcanzado. No obstante, reconoció que se corre el riesgo de no aprovechar la relocalización de inversión en su totalidad, debido a los contratiempos de energía eléctrica, agua o de infraestructura.

La inseguridad alimentaria devora a los pobres

La crisis climática amenaza la disponibilidad y el acceso a alimentos, lo que a su vez afecta gravemente a las personas pobres. Las variaciones en los patrones de precipitación y las temperaturas extremas impactan en la producción agrícola y la disponibilidad de agua, lo que lleva a la escasez de alimentos y a un aumento en los precios.

  • Según el último informe de la Red Global contra las Crisis Alimentarias (GNAFC) publicado en colaboración con distintas agencias de la ONU, alrededor de 258 millones de personas de 58 países sufrieron inseguridad alimentaria aguda en 2022.
  • Y es la crisis climática uno de los factores que contribuyen a este problema. Según el documento de la GNAFC, los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos fueron responsables del hambre en 12 países con 56.8 millones de personas en 2022, frente a 23.5 millones en ocho países en 2021.

Las comunidades rurales y los agricultores de subsistencia son particularmente vulnerables, ya que dependen directamente de los recursos naturales para su sustento. La pérdida de cultivos y el agotamiento de los recursos hídricos debido a la sequía y las inundaciones dificultan aún más su capacidad para alimentarse y generar ingresos.

Además, la degradación de los ecosistemas afecta la diversidad de alimentos y la capacidad de adaptación de las comunidades a los cambios climáticos.

El cambio climático amenaza a la salud

El cambio climático está generando graves consecuencias para la salud, aumentando el riesgo de muertes relacionadas con olas de calor y cambios en la propagación de enfermedades.

  • En las próximas décadas, se espera un incremento en enfermedades relacionadas con el agua y los alimentos, enfermedades respiratorias no transmisibles, desnutrición, trastornos de salud mental y lesiones derivadas de eventos extremos.
  • El alcance y la magnitud de estas cargas futuras dependerán de los esfuerzos de adaptación y mitigación.
  • Sin embargo, los adultos mayores, mujeres, niños, poblaciones indígenas y personas con condiciones de salud preexistentes son particularmente vulnerables, y las desigualdades socioeconómicas amplifican aún más los riesgos para estos grupos.

Los desafíos se ven agravados en países de bajos y medianos ingresos con sistemas de salud frágiles, aunque también se presentan riesgos desproporcionados para las personas desplazadas en países de altos ingresos, como se evidenció en las comunidades de Luisiana después del huracán Katrina en 2005.

Los sistemas de salud enfrentan la tarea de manejar los efectos de eventos extremos tanto en su personal como en su capacidad para brindar servicios de atención médica. Además, deben hacer frente a aumentos temporales en la demanda de servicios por parte de migrantes y personas desplazadas, que requieren atención para lesiones, enfermedades cardiovasculares y enfermedades infecciosas, así como un incremento sostenido en la demanda a largo plazo de atención médica.

A veces se olvida que la emergencia climática acentúa una de las paradojas más crueles de nuestra era. Porque las comunidades y grupos más vulnerables son los que menos contribuyen al cambio climático, pero sufren de manera desproporcionada sus implacables consecuencias.

  • La crisis climática, símbolo apocalíptico actual, nos roba cada vez más el sueño. Y más a las personas pobres, porque socava aspectos clave de sus vidas. No solo les resta en lo material, en los hábitos o el patrimonio. Los está excluyendo de vivir sanos, de conservar sus lazos familiares y sociales, y su identidad cultural. Incluso de aspirar a morir en la tierra en que nacieron.

Pobreza es factor de riesgo para dengue severo en México

El estatus socioeconómico y la humedad del ambiente son algunos de los factores más determinantes para predecir casos de dengue severo en México, según un estudio publicado en la revista científica Ecological Informatics.

Cuando incrementaba la pobreza en el modelo que diseñaron para el estudio la tasa de dengue severo incrementaba en 19,1 por ciento. Por su parte, la humedad estaba asociada a incrementos de hasta 1,7 por ciento para la manifestación más grave de la enfermedad.

  • Tras hacer un análisis probabilístico de la información recolectada por la Secretaría de Salud de México, los investigadores determinaron el riesgo que existe entre factores climatológicos y las distintas variantes del virus del dengue presentes en el país.
  • Además de la pobreza y la humedad abundante, la baja altitud también es predictiva de una mayor cantidad de casos de dengue severo. Algunas zonas costeras del país que cumplen con estas características fueron identificadas como puntos críticos.
  • El estudio señala particularmente algunos municipios de Chiapas, Campeche, Quinta Roo y Yucatán como las regiones con más riesgo. En general, el sudeste del país (donde están los estados mencionados) acumula 61 por ciento de los casos de dengue severo.

“(La enfermedad) se va a volver grave cuando está entrando repetidamente en comunidades y ya está infectando a las personas por segunda ocasión. Ahí es cuando empieza a haber cuadros de dengue grave”.- Alejandro Macías, infectólogo mexicano

En sus conclusiones, los autores recomiendan prestar especial atención al estado de Oaxaca debido a sus índices de pobreza y sus condiciones climatológicas. Sin embargo, en la investigación, el estado aparece como una zona en la que los casos de dengue severo son bajos.

Al respecto, Esther Annan, autora líder del estudio e investigadora del Departamento de Bioestadísticas y Epidemiología de la Universidad de North Texas (EEUU), explica que “si no se reportan casos de dengue severo no es porque que no esté presente, sino que es posible que solo haya un serotipo circulando. Así que, en cuanto se introduce una variante, se empiezan a reportar estos casos”.

Se conoce como serotipos a las distintas variantes de un solo microorganismo infeccioso. En el caso del virus del dengue existen cuatro subespecies y cada una tiene ciertas características que pueden impactar en la severidad de la infección que provocan.

  • El infectólogo mexicano Alejandro Macías explica a SciDev.Net que el dengue es un virus que es más grave, generalmente, cuando ocurre por segunda ocasión. “Entonces, (la enfermedad) se va a volver grave cuando está entrando repetidamente en comunidades y ya está infectando a las personas por segunda ocasión. Ahí es cuando empieza a haber cuadros de dengue grave”.

El investigador mexicano, que no participó en el estudio, resalta que se trata de “un problema que pudiera agravarse en el futuro”.

Otra variable importante es el calentamiento global. Debido a la relación del dengue con factores climáticos, Annan explica que “con el cambio climático son de esperarse variaciones en lugares donde actualmente no tienen dengue”.

  • Pablo Liedo, investigador de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR) en Chiapas, que no participó en el estudio, destaca el caso de San Cristóbal de las Casas: “Era un lugar donde no había problemas de dengue y ahora sí los ha habido. Eso habla del desplazamiento que se está dando por el cambio climático”.
  • Liedo considera que para prevenir la expansión del dengue es necesario invertir en métodos alternativos para el control de los mosquitos de la familia Aedes, los principales transmisores del virus.
  • Por ejemplo, en ECOSUR utilizan la técnica del insecto estéril donde se usa radiación para esterilizar a grandes cantidades de mosquitos macho que luego son liberados en las comunidades. Al intentar copular sin éxito se reduce la natalidad de los insectos y también la transmisión del dengue.

Para Ariane Dor, también de ECOSUR, el dengue no es un problema de falta de información. En un estudio publicado en el 2020, ella encontró que alrededor del 75 por ciento de los hogares en Tapachula, en Chiapas; y Villahermosa, en Tabasco (México), al sudeste del país, tienen un conocimiento adecuado sobre estos virus y su transmisión. Sin embargo, solo 30 por ciento lleva a cabo prácticas de prevención adecuadas.

  • Consultado sobre los resultados del estudio, Carlos Félix, del Centro Regional de Investigaciones en Salud Pública de México, explica que en Chiapas “hay muchas personas que no tienen manera de construir dónde guardar el agua, como cisternas tapadas, a las que no puedan tener acceso los mosquitos”.
  • Liedo destaca también la ausencia de apoyos en instituciones como el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. El experto opinó que después de la pandemia por COVID-19 el dengue se ausentó de los Programas Nacionales Estratégicos, los cuales organizan los esfuerzos de investigación en torno a problemáticas nacionales concretas.

Annan y Liedo coinciden en que el dengue es una bomba de tiempo. Por su parte, Macías advierte: “Si dejamos de controlar el mosquito, de investigar, de dedicarle recursos y atención, tarde o temprano nos va a explotar en las manos”./Agencias-PUNTOporPUNTO

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