Aumenta POBREZA ENERGÉTICA en la República MEXICANA; 45 MIL LOCALIDADES CARECEN de ENERGÍA

La obsolescencia de la red eléctrica en México es una de las causas principales de que exista pobreza energética en el país

Del 2020 al 2022, el número de hogares en pobreza energética aumentó de 4.8 a 4.9 millones, lo que afecta a 14.1 por ciento de la población, equivalente a 17.9 millones de personas, de acuerdo con un análisis de México Evalúa.

  • La coordinadora de Regulación del organismo, Ana Lilia Moreno, dio a conocer lo anterior basada en la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares (ENIGH) 2022 dada a conocer por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Precisó que las personas que dependen de calentar sus alimentos o agua con leña o carbón son las que se encuentran en condición de pobreza energética. El vocero de la plataforma México, Clima y Energía, Víctor Ramírez, añadió que en el país hay 45 mil localidades que carecen de energía.

Ambos especialistas participaron en el foro “Luz limpia para todos los mexicanos”, organizado por la Confederación Patronal de la República Mexicana.

  • La coordinadora de Regulación de México Evalúa destacó la importancia de crear un observatorio de pobreza energética, para dar seguimiento y medir anualmente el acceso de los mexicanos a estos servicios.
  • El objetivo sería satisfacer sus necesidades básicas energéticas, donde, destacó, las principales afectadas son las mujeres.
  • Destacó que otro factor que orilla a las familias a continuar con el uso de leña o carbón es la falta de poder adquisitivo, ya que en algunos casos tienen acceso a la conexión eléctrica, pero carecen de capacidad económica para pagar el recibo.

Por su parte, el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria señaló que el gasto promedio en combustibles por parte de los hogares fue de 906 pesos mensuales, 5.5 por ciento más que en el 2018 y 29.3 por ciento más, comparado con 2020.

Al encabezar la inauguración del foro, el presidente de la Coparmex, José Medina, lamentó que si bien el Gobierno generó, en el 2020, 29.2 por ciento de su energía a partir de fuentes renovables, la falta de permisos de interconexión hace lento el proceso de energías verdes.

En CDMX, más de un millón viven sin electricidad 

En las faldas del bosque del Desierto de los Leones, en los límites de las alcaldías Álvaro Obregón y Cuajimalpa, la señora Obdulia de Jesús Neri vive sin electricidad y utiliza leña para cubrir sus necesidades básicas. Ella pertenece al 21.2% de la población de la capital que vive en pobreza energética, de acuerdo con un estudio del gobierno capitalino.

  • Según el Censo de Población de 2020, elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en la Ciudad de México habitan 9 millones 209 mil personas, por lo que 21.2% son un millón 952 mil del total de los habitantes de la capital del país.

“En esta zona de la Ciudad somos los olvidados, tenemos que estar sin luz varios días, ya que nos tenemos que colgar de postes porque no hay cobertura de la CFE [Comisión Federal de Electricidad] ni de otros servicios como telefonía, y el gas aquí es caro, por eso aún calentamos agua con madera de árboles que se caen o de ramitas”, dijo Obdulia, quien vive en la zona conocida como Camino Panamericano, en Santa Rosa Xochiac.

De acuerdo con el Diagnóstico de Transición Energética de la CDMX, de junio de 2022, realizado por la Secretaría de Desarrollo Económico (Sedeco), la Cooperación Alemana al Desarrollo Sustentable en México (GIZ, por sus siglas en alemán) y la Iniciativa Climática de México, A.C., (ICM), en la capital 21.2% de la población está en pobreza energética.

  • Lo anterior, por no tener acceso a energía eléctrica, lo que tiene un impacto en su salud por el uso y quema de leña y carbón para necesidades de cocina y calentamiento de agua y espacios.
  • El documento indica que 19.6% de los hogares tienen falta de refrigeradores eficientes, 2.7% con privación de estufa de gas o eléctrica, 1.4% sin calentamiento de agua, 1.2% sin equipos de entretenimiento y 0.5% sin iluminación.

En ese sentido, la señora Obdulia relató que durante más de 30 años han vivido en un estado de precariedad de todos los servicios básicos —electricidad, agua y drenaje—, ya que las autoridades no han tomado en cuenta a más de 100 familias que viven en la zona en semejantes condiciones.

  • Con apenas un foco, un par de electrodomésticos, una pequeña televisión, Obdulia habita en una casa hecha de madera y láminas, estas últimas se han picado por el agua, por lo que tiene cubetas para las goteras y lonas para que no pase frío y no se inunde.

“Los programas sociales no llegan a esta zona de la ciudad, los alcaldes no nos atienden, la electricidad, agua y drenaje son temas que siempre nos prometen pese a que llevamos más de 30 años viviendo en la zona. Dicen que no pertenecemos a ninguna alcaldía, somos los exiliados de la ciudad”, lamentó.

Cabe mencionar que el diagnóstico de la Sedeco también indica que las acciones dirigidas a las personas en situación de vulnerabilidad o pobreza energética, como la interconexión a la red o a sistemas de generación distribuida fotovoltaica o de calefacción solar, pueden contribuir a disminuir la pobreza energética, aunque programas para el otorgamiento o facilitamiento para la compra de electrodomésticos y demás equipos de uso final, aunque son capaces de atender parte del problema, no son suficientes para resolverlo

Sin acceso a servicios energéticos

Millones de personas aún viven sin acceso a agua caliente para bañarse o a un refrigerador para mantener fríos sus alimentos y medicamentos, mientras que cocinar en estufas de leña llena los hogares de humo tóxico.

  • Pero la pobreza energética -es decir, la falta de servicios que impide la satisfacción de necesidades básicas de las personas- no solo afecta a comunidades de áreas remotas o rurales, sino que es una realidad cotidiana para millones de habitantes que viven en una de las capitales más ricas y con mejores recursos de América Latina: Ciudad de México.
  • Alrededor del 19 por ciento de los hogares de Ciudad de México no tienen acceso a agua caliente, el 6 por ciento no cuenta un refrigerador y el 3 por ciento no posee una estufa eléctrica o de gas para cocinar, según la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2020.

“El problema de la pobreza energética se da en la ciudad que tiene el mejor nivel de vida en el país y, además, se da en una estructura como de parche porque está en zonas intercaladas con regiones que tienen mejores condiciones”, comenta Karla Cedano, investigadora del Instituto de Energías Renovables en la Universidad Nacional Autónoma de México, a Climate Tracker.

  • No existe una definición única de la pobreza energética, pero la organización México Evalúa la definió en un informe reciente como “un término multidimensional en el que los hogares presentan diferentes circunstancias de carencia de los servicios energéticos mínimos para el desarrollo”.
  • Estos servicios mínimos podrían incluir el calentamiento de agua; la cocción de alimentos; el refrigerador; la iluminación; el confort térmico (aire acondicionado o calefacción) y el entretenimiento.
  • “Quizá lo más importante, es que se trata de una condición vinculada profundamente con el goce de derechos de las personas. Es decir, que hay un puente entre los insumos energéticos y la posibilidad para las personas de desarrollarse libremente, con dignidad”, según México Evalúa.

Marginación hasta en la CDMX

  • La falta de servicios básicos es más frecuente en sectores marginados de la ciudad -como Xochimilco, Milpa Alta y Tláhuac- que también tienen altos niveles de asentamientos ilegales o desarrollos de viviendas informales, donde la expansión urbana se ha deslizado en áreas no zonificadas para uso residencial.
  • Vivir sin electricidad, agua caliente o refrigeración afecta a todos los miembros del hogar, pero las mujeres, los niños y los ancianos serían los más vulnerables, dado que tienden a pasar más tiempo en casa.
  • En efecto, se estima que alrededor de 1.3 millones de personas en todo el mundo, principalmente mujeres y niños, mueren prematuramente cada año por enfermedades asociadas a la contaminación del aire en el hogar, causada por las estufas de leña utilizadas para cocinar y calentar, según comenta México Evalúa.

“Nosotros trabajamos en el mercado y ocupamos las cajitas de fruta o verdura como leña para cocinar y calentar agua”, relata Ana Jiménez* recolectora de basura y madre de tres hijos.

  • Ana vive a solo 40 minutos del mercado en la zona de Xochimilco, al sur de la Ciudad de México, en un cerro cuyas casas sencillas están dispersas en tierras originalmente designadas para la agricultura.
  • Solo la mitad del barrio tiene infraestructura eléctrica, por lo que Ana y sus vecinos se conectan ilegalmente a esas líneas aéreas con el llamado ‘diablito’, el método más común en México para extraer electricidad de manera ilícita.
  • La conexión improvisada proporcionan electricidad solo para alimentar débilmente tres focos, cargar su teléfono celular y alimentar el refrigerador durante unas horas en el día, pero esa electricidad es deficiente con altas variables que descomponen los aparatos.

En las noches, cuando hay más personas por casa en el vecindario, la corriente eléctrica no da abasto para alimentar el refrigerador o usar una lavadora, por lo que el lavado de ropa debe hacerse en pocos días, fuera del horario laboral.

  • “En la mañana tengo que pararme a las 5.30 am para prender la leña antes de cocinar y calentar agua para bañar a los niños”, comenta Ana. “A veces tardo hasta 40 minutos para calentar el agua porque la madera se moja y es muy difícil prenderla”.
  • Ana tuvo que pagar 6 mil pesos mexicanos al “jefe del barrio” para conectarse ilegalmente a la red eléctrica cuando se mudó a la zona hace tres años. Pero conectarse a la luz con el diablito puede ser peligroso.

Las fluctuaciones en las corrientes de energía pueden dañar los dispositivos y cableado, y las familias en la calle de Ana tienen que pagar por cables nuevos cada tres o cuatro meses. Pero eso no es todo, ya que la CFE eliminó todos los diablitos el mes pasado y la familia pasó 10 días sin electricidad.

“Andamos con pura vela y nos daba miedo porque no hay ninguna luz alrededor”, narra Ana. “De plano no salgas de la casa en la noche sin luz por el tema de la inseguridad”.

Sheinbaum dejó la CDMX sin cumplir acuerdos

El gobierno de la ciudad ha establecido un objetivo ambicioso de suministrar el 80 por ciento de la energía de la capital a partir de fuentes renovables para 2030, una tarea enorme ya que el 97.7 por ciento del consumo de energía de la ciudad se basa actualmente en combustibles fósiles.

  • Ciudad de México tiene algunos de los mejores recursos solares del mundo, con niveles de radiación muy por encima de urbes como Barcelona y Múnich que son bien conocidas por su despliegue de generación eléctrica con esta energía renovable , según el Diagnóstico de Transición Energética de la Ciudad de México publicado en junio.
  • El programa, administrado por la Secretaría de Desarrollo Económico (SEDECO), incluye la instalación de uno de los proyectos solares urbanos más grandes del mundo (18 megavatios (MW)) en el techo del extenso mercado Central de Abastos, la colocación de paneles solares en 300 edificios gubernamentales y asistencia financiera y técnica para que las micro, pequeñas y medianas empresas instalen paneles solares en sus negocios.
  • La instalación de plantas solares de pequeña y mediana escala en oficinas, edificios y hogares se ha disparado, con 126.8 MW de capacidad solar en funcionamiento en la ciudad a fines del año pasado, en comparación con sólo 11.3 MW en 2019, según el Diagnóstico.

“En cuanto al tema de la pobreza energética, nosotros pensábamos que lo teníamos resuelto con más del 98 por ciento de la población con acceso a la red”, indica Alberto Valdés Palacios, director general de Desarrollo y Sustentabilidad Energética de la Sedeco.

“Pero cuando empezamos a ver los indicadores, como la falta del agua caliente, empezamos a buscar en dónde podíamos incidir”.

Pero tener la infraestructura no es suficiente para prevenir la pobreza energética.

  • Unos 2.19 millones de hogares en toda la capital tienen acceso a calentadores de gas o solares, pero, a medida que los precios mundiales del petróleo y el gas continúan aumentando después de la pandemia de Covid-19 y el conflicto en curso entre Rusia y Ucrania, mucha gente se enfrenta a una elección entre agua caliente o altas facturas de gas.

“Es más rentable y una mejor solución ir con renovables que dar apoyos como subsidios a la electricidad o al uso del gas, porque a final de cuentas podrán tener la tecnología, pero hay que considerar que hay un combustible que tiene que estar pagando”, explica Ricardo Cruz del think tank Iniciativa Climática de México (ICM).

  • En agosto del año pasado el gobierno federal lanzó un máximo de precios de gas LP y una compañía estatal de distribución, Gas Bienestar, de acuerdo con una promesa presidencial de mantener los aumentos de tarifas por debajo de la inflación. No obstante, la empresa ha sido puesta en pausa solo un año después de un tibio despliegue en unos pocos vecindarios de la capital.
  • La CFE también subsidia fuertemente las tarifas de electricidad residencial de bajo consumo, con 73 mil millones de pesos asignados para subsidios en el presupuesto federal de este año. “Vamos a tener un problema mayúsculo, cuando los subsidios masivos a los combustibles ya no sean sostenibles y la quiebra va a ser muy dura”, comenta Cedano.

Cedano es parte de un equipo de académicos que trabajan en proyectos piloto de energía solar en varios estados del país, que están diseñados para satisfacer necesidades energéticas específicas, como alumbrado público, refrigeración, bombeo y purificación de agua. La esperanza es que estas iniciativas, desarrolladas con grupos vecinales, puedan formar la base de una política escalable que aborde la pobreza energética directamente en los hogares que más lo necesitan.

“El gobierno sí está sensible al tema y hay una gran oportunidad para buscar programas efectivos que combatan el problema a nivel de hogar”, expresa Cedano.

  • Las posibles soluciones incluyen el desarrollo de cooperativas de energía entre grupos vecinales, un concepto llamado distritos positivos de energía o ecobarrios que se han implementado con éxito en ciudades latinoamericanas como Bogotá y Buenos Aires.
  • En la Ciudad de México, el proyecto de vivienda Cooperativa Acapatzingo en la colonia de bajos ingresos de Iztapalapa ha instalado alumbrado público e instalaciones solares de tratamiento de agua que benefician a las 596 familias que viven allí, con todo el proyecto autofinanciado y mantenido por la comunidad.
  • Si bien la escala de este esfuerzo cooperativo es única en la Ciudad de México, Cedano cree que los subsidios a la electricidad podrían dirigirse para pagar proyectos de energía solar diseñados para aliviar la pobreza energética.

Cedano argumenta que los costos ambientales y sociales de vivir sin servicios básicos deben incluirse en las estimaciones del proyecto, así como las pérdidas anuales en robo de electricidad estimadas en 35 mil 9 millones de pesos el año pasado.

“Los números sí se dan, pero solo si se hacen bien”, apunta Cedano. “Estamos acostumbrados a contabilizar los proyectos por el retorno de inversión directo y la pobreza tiene el efecto que hay que contar de manera indirecta”.

México es ‘pobre’ en energía y tiene red eléctrica ‘obsoleta’

La obsolescencia de la red eléctrica en México es una de las causas principales de que exista pobreza energética en el país, señaló Karla Cedano, responsable de gestión de tecnología del Instituto de Energías Renovables (IER) de la UNAM.

  • La especialista señaló que la pobreza energética impacta a más del 28 por ciento de los hogares en México, y su origen se debe a una red de distribución con defectos, falta de generación eléctrica estable y a la obsolescencia de la red eléctrica.
  • La pobreza energética se entiende como la incapacidad de satisfacer necesidades energéticas en los hogares de todas las personas con energía limpia y de calidad.
  • Destacó que para alcanzar la seguridad energética es indispensable la colaboración de Gobierno, academia, industria y sociedad, y que esta debe tener, al menos, cuatro características.

“Se debe garantizar disponibilidad ininterrumpida de energía a un precio accesible, con resiliencia, gobernanza y equidad”, dijo.

  • Por otra parte, Guillermo Nevárez, director general de CFE distribución, señaló que la empresa productiva del Estado aportaba el 100 por ciento de la generación eléctrica del país en el año 2000, mientras que actualmente, este porcentaje bajó al 39 por ciento, debido a la incorporación de los Productores Independientes.

Además, denunció que la Comisión Reguladora de Energía (CRE) ha otorgado permisos de generación por 100 mil megawatts (MW) desde la reforma de 2013, a pesar de que la demanda pronosticada para el 2024 es de 50 mil MW.

“El exceso de oferta satura la red, requiriendo capacidad adicional de transmisión y refuerzo de líneas”, criticó.

  • Agregó que esta mala planeación afecta la confiabilidad del sistema que requiere de un 15 a 20 por ciento de la capacidad de reserva del país.
  • En tanto, Carlos Morales, director corporativo de operaciones de CFE, detalló que hay tres pilares indispensables que busca la iniciativa de reforma eléctrica propuesta por el presidente López Obrador.

“Queremos la garantía de suministro, precios justos y un modelo sostenible”, dijo.

Además, puntualizó que la reforma de 2013 es insostenible y desordenada ya que vulnera al Sistema Eléctrico Nacional con una alta concentración nodal de centrales energéticas renovables, incremento de estados operativos de alerta, saturación regional de líneas de alta tensión, sobre oferta de capacidad por permisos otorgados sin planeación, imposición legal y regulatoria, entre otros problemas./Agencias-PUNTOporPUNTO

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