Delincuentes con presencia NACIONAL y Bandas LOCALES ponen contra las cuerdas a POBLADORES de CHIAPAS

Los cárteles de Sinaloa y el Jalisco Nueva Generación son las dos principales organizaciones que se disputan el control territorial en la entidad

La porosidad de la frontera y su riqueza sociocultural, socioambiental y hasta de clima, convierten a Chiapas en una preciada joya para los cárteles y otros grupos de poder que han encontrado en el estado un caldo de cultivo para empoderarse e incrementar sus ganancias ilícitas, a costa de la creciente pobreza y desigualdad.

  • Para Gerardo Alberto González Figueroa, académico-investigador del Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), la situación en Chiapas se deriva de “procesos largos que se han ido acumulando en condiciones de impunidad, corrupción, pobreza desigualdad, racismo, clasismo y hoy en día tenemos una bomba compleja”.
  • El docente en la Unidad San Cristóbal del Ecosur señaló que el hecho de que la delincuencia amplió sus mercados ilícitos más allá del narcotráfico a una variedad de delitos ha detonado “la etapa más aguda de una guerra entre cárteles; toda una dinámica que se va extendiendo por todo el territorio e impacta en todo el país”.

De esta manera, explica González Figueroa, es que el tráfico y explotación sexual y laboral de personas, en su gran mayoría migrantes centroamericanos; el comercio ilegal de armas, drogas y especies; la tala clandestina; el abigeato y la incidencia de desapariciones, asesinatos, secuestros y extorsiones, y demás delitos que han permeado de manera crítica en la sociedad.

“El coctel es increíblemente grave. Estamos viendo formas no humanas de un problema que ha venido creciendo y si se le agrega el paramilitarismo podemos hablar de un conflicto de alta intensidad en donde intervienen diferentes actores con diversos intereses”, señaló el investigador.

  • Para Juan José Hurtado Paz, director de la Asociación Pop No’j de Guatemala, la frontera sur de México “se ha vuelto de muchos enfrentamientos por crimen organizado. Es terriblemente peligroso”.
  • Desde el año pasado creció el peligro, por lo que parece una disputa de territorio de distintos cárteles, y eso ha incrementado los enfrentamientos, comentó uno de los mayores especialistas de la frontera.
  • Aunque los grupos criminales no controlan completamente la frontera, alertó, sí “hay amplios territorios controlados por el crimen organizado” en México, Guatemala, Honduras y El Salvador.

Zonas en peligro

Los cárteles de Sinaloa y el Jalisco Nueva Generación son las dos principales organizaciones que se disputan el control territorial en la entidad; sin embargo, existe una diversidad de grupos locales paramilitares, narcoparamilitares, autodefensas y organizaciones como Los Huistas y la Mara Salvatrucha (MS-13), entre otros.

  • De acuerdo con informes de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), los principales conflictos se ubican en cuatro corredores: el eje panamericano que abarca desde la frontera con Guatemala y pasa por todo el Centro; otro es el corredor del Pacífico, un paso fundamental del flujo migratorio y la producción agrícola.
  • Luego se ubica el corredor que viene desde la frontera, se extiende hacia la región de Los Altos y termina en la colindancia con Tabasco y Veracruz; y el corredor de la Selva donde la delincuencia organizada ha logrado asentarse en territorios en donde había un mayor control por parte del Ejército Zapatista.
  • A nivel municipal, la mayor concentración de homicidios dolosos en el último año y medio se concentra en Tapachula, Suchiate, Tuxtla Gutiérrez, San Cristóbal de las Casas, Palenque y Tonalá, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

No obstante, son las ciudades de Tapachula, San Cristóbal de las Casas y la capital Tuxtla Gutiérrez donde se ha focalizado la mayor incidencia delictiva en el primer semestre del año; aunado a los conflictos que desde el año pasado se han agudizado en regiones como la de Los Altos y la Sierra Mariscal, donde se han intensificado los enfrentamientos y el surgimiento de grupos armados.

“San Cristóbal era muy tranquilo y ahora a plena luz del día hay balaceras, muertos y cosas que nunca se escuchaban; la cuestión en la Frontera de Comalapa es muy delicada; en Pantelhó y varios lugares más donde vemos que no mejora la situación”, aseguró monseñor Luis Manuel López Alfaro, obispo auxiliar de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas.

La disputa por Chiapas

  • Nada más comienza a descender el sol en la región de la frontera chiapaneca y las recomendaciones, las letanías, fluyen. Las tenues voces, los cuchicheos hablan sobre los peligros que se corren al andar en las carreteras de esta zona después de las cinco de la tarde.
  • Los poblados desperdigados por estos sinuosos caminos ya no son llamados por su nombre, sino por el del grupo criminal que los controla.
  • Son las tres de la tarde en Motozintla. Un integrante de Protección Civil del municipio explica atropelladamente la nueva cartografía que se configuró en el sur de Chiapas tras la encarnizada disputa por este territorio entre los cárteles Jalisco Nueva Generación (CJNG) y de Sinaloa (CDS).

A esta hora —dice— “está tranquilo” en la ruta que va de Motozintla a Frontera Comalapa, pero “ya después de las seis de la tarde se pone feo de aquí adelante a Amatenango, donde opera ‘El Maíz’, y luego un poco más pa’ allá parece que están los de Sinaloa”.

  • “Y antes de Comalapa, por ahí de Chemic, hasta La Trinitaria, es terreno de ‘los jaliscos’”, dice el muchacho en medio del sofoco, del atronador ruido de los mototaxis y de las bocinas a todo volumen afuera de las tiendas que ofrecen ropa tipo militar, equipos tácticos y cachuchas beisboleras con las iniciales “JGL” (Joaquín Guzmán Loera).
  • En medio de la encarnizada guerra por el control de tierras, territorios, andadores, rutas, recursos naturales, corredores y plazas entre los dos cárteles más poderosos del país que se disputan Chiapas, a los pobladores de esta región también ya les metieron a la fuerza los nombres de nuevas células criminales. Los traen grabados en la cabeza porque la convivencia con ellos es cotidiana. No podía ser de otra forma.

En el vocabulario de la zona ya es común hablar de “El Maíz”, “Los Huistas” (que tienen su base en Huehuetenango, Guatemala), “El Consejo Indígena”, además de “El Cártel de las Cuatro Letras”, como se le denomina a por acá al Cártel Jalisco Nueva Generación.

Para muchos es un riesgo hablar con extraños, de ahí la fuerza de los Cárteles

También haber sido testigos de algún acto criminal. A unos pasos de dos taxis que fueron incendiados en los cruentos enfrentamientos entre el CJNG y el CDS a finales de mayo, a un costado del puente de Mazapa de Madero, un hombre y su hijo menor de edad cortan las ramas de un árbol que amenaza con caer encima de su casa construida con tablones de madera y techo de lámina.

“Todo está tranquilo por acá. No pasa nada”, cuenta el hombre de unos cuarenta años y continúa con su labor.

–¿Y esos autos calcinados? ¿No fueron del enfrentamiento de hace unas semanas? –se le inquiere.

–Ah. Sí, pero no pasó nada. Yo estaba aquí. Vi todo, pero todo tranquilo.

Para deshebrar la complejidad de estos grupos delictivos se tiene que vivir en la región. Joaquín, exconductor de una radio comunitaria en Las Margaritas, quien pide el anonimato, intenta resumir este “revoltijo criminal”, como le llama:

  • “El Maíz es ‘brazo armado’ del CJNG. Luego apareció, a principios de año, el Consejo Indígena, supuestamente como grupo de autodefensa para combatir al CJNG, pero no es más que una célula del CDS.
  • Los Huistas trafican con armas y drogas desde Guatemala y sus clientes son el CJNG y el CDS. Pero ojo, también operan por acá Los Zetas, los Beltrán Leyva y el Cártel del Golfo”.

Ya hacia el norte del estado, en las regiones de Mezcalapa, Los Altos, Los Bosques, Norte y Tulijá, que tienen como base las ciudades de San Cristóbal de las Casas, San Juan Chamula, Bochil y Yajalón, el mosaico de organizaciones criminales es distinto, aunque la influencia de los dos grandes cárteles de la droga (CDS y CJNG) también es latente.

Un ritual del grupo criminal “Sentimientos de la Nación”, que está asentado en San Cristóbal de las Casas y sus alrededores, es “echar bala” desde los cerros que circundan la llamada Ciudad Real con rifles de asalto, sobre todo los R-15 y los AK-47.

  • No hay fechas específicas para estos eventos, explica Dora Robledo, directora del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas (Frayba) . Lo que sí hay, con esos “avisos”, es una movilización estruendosa y amenazante de su “brazo armado”: jovencitos de entre 14 y 19 años de edad que han sido bautizados como “Los Motonetos”.
  • Con en nombre del documento confeccionado por José María Morelos y Pavón, que inspiró la Constitución de Apatzingán de 1814, la primera del México independiente, el grupo criminal “Sentimientos de la Nación” y “Los Motonetos” ya dieron muestras de lo que son capaces: paralizar y controlar por varias horas la ciudad de San Cristóbal de las Casas.

“Los Motonetos” operan en los principales mercados y tianguis de la Ciudad Real, específicamente en el de la Zona Norte, Santo Domingo y en el de Dulces y Artesanías.

  • Desde esos bastiones, anota un policía municipal de San Cristóbal, los grupos criminales de la Ciudad Real disputan con otras agrupaciones delictivas el control de los Altos de Chiapas, sobre todo con el Cártel de San Juan Chamula (CSJC), el primer cártel indígena del país, y “Los Rojos”, un grupo que apareció hace unos meses y que no tiene nada que ver con el grupo criminal que opera en Guerrero y Morelos.

EZLN advierte que retomará las armas

Pedro y David, milicianos del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), no le dan rodeos al asunto de una inminente “guerra civil” en Chiapas por los constantes ataques a bases de apoyo de esa organización rebelde, como lo denunció la guerrilla el 1 de junio a través de un comunicado que respaldaron más de 800 organizaciones y mil personalidades de todo el mundo.

  • “Estamos dispuestos a tomar de nuevo las armas ante esas agresiones. No nos podemos quedar con los brazos cruzados viendo cómo grupos criminales, en colusión con los gobiernos federal y estatal, asesinan a nuestras familias”.
  • Pedro utiliza su nombre de combatiente clandestino, del que echó mano el 1 de enero de 1994 en la toma de Las Margaritas, durante el levantamiento zapatista. Entonces tenía 14 años.

El miliciano de la organización guerrillera es el que más habla, el más elocuente, el que dice que esta situación que padece el estado forma parte de la misma estrategia contrainsurgente que han utilizado los gobiernos desde la irrupción armada indígena que el 1 de enero de 2024 cumple 30 años.

  • En el municipio autónomo de Rizo de Oro, que forma parte de los caracoles que comprenden la región de la selva, específicamente en La Realidad y Guadalupe Tepeyac, Pedro menciona que “es evidente” que esta “guerra contrainsurgente en contra de las bases del EZLN” no tiene los mismos patrones que se presentaron en Chiapas después del levantamiento de 1994.

Esto es, con grupos paramilitares auspiciados, tolerados e incluso entrenados y financiados por el Ejército, como quedó de manifiesto en la masacre de Acteal el 22 de diciembre de 1997.

Ahora —menciona el miliciano zapatista, quien opta por no cubrirse el rostro con el mítico pasamontañas de esta guerrilla— “en la nueva etapa de la guerra contrainsurgente se está echando mano de grupos del crimen organizado para desmovilizar a las comunidades zapatistas, con acciones directas o con reclutamientos forzados de jóvenes para que formen parte de organizaciones criminales, grupos paramilitares o de narcoparamilitares”.

Pedro pone tres ejemplos y David le recuerda un cuarto. Al pie de una casa en construcción, que están levantando desde hace unas semanas a la entrada de este caracol zapatista, el miliciano, que era un niño cuando formó parte del levantamiento armado de 1994, señala que hace unos meses detectaron tres avionetas que regularmente se utilizan para transportar droga y que aterrizan en pistas clandestinas de la zona.

Una de ellas —narra— “abortó la misión al ver que nos habíamos movilizado, pero las otras dos sí lograron aterrizar. ¿En dónde?, pues en la base militar de Maravilla Tenejapa (12/a. Compañía de Infantería No Encuadrada), aquí abajito”.

Otro evento que ha provocado indignación entre las bases del EZLN en la región —añade— es “la complacencia de los militares en los retenes que instalan en la zona: a nosotros nos revisan todo y nos hacen esperar varias horas, mientras que a vehículos de grupos delincuenciales, que tenemos perfectamente ubicados, les dan paso libre”.

  • El zapatista es de sonrisa fácil, hablar fluido y memoria privilegiada. No termina una idea cuando aparece la otra. Ahora menciona el desplazamiento forzado que padecieron bases de la organización guerrillera hace unos meses en el municipio de Chicomuselo por parte de “grupos de narcoparamilitares contratados por una empresa minera canadiense (Blackfire Exploration LTD.), y en donde el Ejército, la Guardia Nacional y las policías de Chiapas no hicieron nada por impedirlo”.
  • Y el cuarto ejemplo, el que le recordó el miliciano David, quien contaba con 28 años cuando el EZLN se levantó en armas y fue asignado a la toma de Oventic, es el robo a una bodega de alimentos por parte de efectivos castrenses en la comunidad de Jerusalén, a unos cuantos kilómetros de este punto. “Los descubrimos subiendo las cajas de alimento en camionetas. Les pedimos que devolvieran lo robado, pero lo negaron. Por eso estamos dispuestos a tomar de nuevo las armas”.

Pedro no deja terminar la pregunta sobre si tienen la capacidad de enfrentar al Ejército o a grupos criminales. Limpia el sudor de la frente con un paliacate y con un tono firme asegura que hoy están mejor preparados militarmente que en 1994, pero que además cuentan con “mejor armamento”.

  • A dos horas y media de Rizo de Oro, en el municipio de Guadalupe Tepeyac, el exmiliciano Ramiro empuña un machete en lo que antes era la base del Comité Clandestino Revolucionario Indígena del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (CCRI-CG). Señala hacia un punto impreciso cuando se le pregunta que dónde fue la fotografía que se tomaron, en 1994, el presidente Andrés Manuel López Obrador y el subcomandante Marcos.

“Fue por allá. Pero a ese señor (Obrador) ya no le creemos. Yo sí estoy dispuesto a retomar las armas si las cosas siguen como están”.

De junio a la fecha, organizaciones civiles se han movilizado en varias ciudades del país para denunciar que la Organización Regional de Cafeticultores de Ocosingo (Orcao) es un grupo paramilitar que ataca a simpatizantes del zapatismo.

  • “Se trata de una organización supuestamente campesina, pero que ha operado de manera irregular como un grupo paramilitar haciendo labores contra la insurgencia en las comunidades zapatistas y en este último ataque hirieron a un compañero”, dijo un estudiante de Universidad Veracruzana en la protesta a favor del zapatismo del 1 de junio pasado.

Comando ataca sede policiaca en el norte de Chiapas

Un comando atacó la madrugada del martes las instalaciones de la Policía Estatal Preventiva (PEP) ubicadas en el municipio de Reforma, en el norte de Chiapas. Al repeler la agresión, un presunto delincuente fue abatido, informó la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana de la entidad (SSPC).

  • Su homóloga de Tabasco dio a conocer que ayer detuvo a seis presuntos integrantes de un grupo delictivo en Reforma, en una operación que llevó a cabo junto con la Secretaría de la Defensa Nacional y la Guardia Nacional, en los límites entre ambos estados.

En un comunicado, la SSPC detalló que la agresión fue perpetrada aproximadamente a las 1:20 horas de ayer, cuando pistoleros en cuatro vehículos dispararon a los agentes. Explicó que decomisaron una camioneta blanca y una motocicleta rojo con negro, además de un vehículo oficial que resultó con daños.

Señaló que el presunto criminal abatido fue identificado como Luis Alfredo. Portaba un chaleco táctico, un fusil AR-15 con cinco cargadores abastecidos y una pistola. La dependencia agregó que personal de la Fiscalía General del Estado se encargará de las diligencias correspondientes y un equipo multidisciplinario acudió a la comandancia de la PEP.

  • Entregados a la FGR: La aprehensión de los seis presuntos criminales en Reforma se realizó después de un enfrentamiento a balazos y la persecución de un vehículo que ingresó a territorio tabasqueño a exceso de velocidad.

La SSPC de Tabasco informó en un boletín que los tripulantes portaban uniformes tácticos y chalecos balísticos, y habían atacado a la policía municipal, por lo cual se les persiguió.

  • Precisó que los seis hombres fueron detenidos cuando trataban de ingresar a un domicilio y quedaron a disposición de la Fiscalía General de la República.
  • El inmueble fue asegurado y es custodiado por elementos de la policía de Tabasco. Asimismo, se reforzaron los filtros en los límites entre ambas entidades.

Ayer circularon en redes sociales imágenes de vehículos presuntamente incendiados en los municipios tabasqueños de Cárdenas y Huimanguillo, pero ninguna autoridad había confirmado estos sucesos./Agencias-PUNTOporPUNTO

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