La “remontada” para evitar que España entre por un “túnel tenebroso” y amanezca hoy “en 1973 y no en 2023” se cumplió, tal como pronósticó el presidente del gobierno, el socialista Pedro Sánchez, el gran triunfador de la noche, a pesar de quedar como la segunda fuerza más votada.
- En cambio, las decimosextas elecciones generales en España dieron una victoria amarga al bloque de la derecha formado por el Partido Popular (PP) y la formación ultra de Vox, que en conjunto sumaron 169 diputados, quedando a siete escaños (de los 176) que le otorgarían mayoría absoluta.
En esta contienda, el PP fue el más votado, con 136 diputados y 34 por ciento del electorado, pero su candidato, Alberto Núñez Feijóo, tiene prácticamente imposible sacar adelante su investidura para gobernar. En cambio, Sánchez, con 122 diputados, tiene más posibilidades de relegirse si logra sumar los apoyos de otras cinco fuerzas parlamentarias.
Así, ambos presentaron sus credenciales para liderar el nuevo gobierno.
Son las primeras elecciones de la historia del país que se celebran en pleno verano, con temperaturas por encima de los 35 grados centígrados en gran parte del país. Hubo participación alta, con 70.39 por ciento.
El resultado reflejó la fractura de un país, o esas “dos Españas”, de las que hace referencia el poeta Antonio Machado: el bloque de la derecha, con una formación como Vox, que defiende el legado de la dictadura franquista y tiene un discurso homófobo y xenófobo, frente al bloque de izquierda o progresista, al cual se suman las fuerzas nacionalistas e independentistas del País Vasco, Cataluña y Galicia.
- La victoria, aunque por la mínima diferencia, fue para las fuerzas progresistas, básicamente porque con los resultados obtenidos es imposible la formación de un gobierno PP-Vox. El escrutinio de los votos fue rápido y trepidante, sobre todo porque desmintieron todos los sondeos y las encuestas a pie de urna que auguraban una clara victoria de la derecha.
- Finalmente, el PP obtuvo 136 diputados, más de 8 millones de votantes y 33 por ciento del electorado, lo que supuso 47 diputados más que en 2019.
El PSOE perdió el primer lugar, pero mejoró sus resultados de 2019 al ganar 122 diputados, dos más que hace cuatro años, y 7 millones 700 mil votantes.
La pugna por la tercera plaza fue para Vox, que logró 33 diputados y 3 millones 28 mil votos; mientras la coalición de izquierdas Sumar llegó a 31 escaños y 3 millones 8 mil sufragios.
Es decir, que la suma PP-Vox llegó a 169 diputados, sin alcanzar la mayoría absoluta, mientras el PSOE y Sumar alcanzaron 153, la misma cifra con la que han gobernado los últimos cuatro años.
- Pero la alianza de las izquierdas pueden añadir a su causa a la mayor parte del resto de las fuerzas del arco parlamentario, de ahí que los resultados de los partidos nacionalistas son cruciales para la relección de la actual coalición de gobierno, a pesar de que algunos acuerdos serán muy complejos.
Los posibles socios parlamentarios son Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), con siete escaños; EH-Bildu, que logró seis; el Partido Nacionalista Vasco (PNV), con cinco, y la formación nacionalista catalana Junts per Catalunya (JxCat), que tiene siete diputados, la que tendría la llave de la gobernabilidad en España, pero que su actual dirección, con el ex presidente Carles Puigdemont, advirtió que “no será gratis”.
Si estos partidos apoyan la investidura de Sánchez, sumarían 178.
A pesar de que el PSOE perdió su hegemonía electoral en España frente al PP, en la sede del partido centenares de militantes se congregaron en esta capital para celebrar la noche como una victoria.
Al grito de “¡no pasarán!”, escucharon las palabras de su líder, Pedro Sánchez, quien también se mostró eufórico y triunfante: “hemos demostrado al mundo que somos una democracia fuerte y limpia. Hace una semanas, el 29 de mayo, convoqué a elecciones anticipadas porque creía que teníamos elegir entre un modelo de avance frente a uno de retroceso. Y España ha sido bien clara, el bloque involucionista, el del retroceso, el que quería una derogación de todos los avances que hemos conseguido, ha fracasado.
“Aquellos que planteaban el machismo, el retroceso en derechos y libertades, el bloque involucionsita del PP y Vox ha sido derrotado. Somos más, muchos más, los que queremos que España avance y así seguirá siendo”, advirtió.
- Su aliada, la candidata de Sumar, Yolanda Díaz, añadió desde su sede: “hoy la gente va a dormir más tranquila. La democracia hoy ha triunfado y sale fortalecida. Hemos ganado construir un país mejor”.
- En las instalaciones del PP también se concentraron cientos de simpatizantes celebrando los resultados, aunque se respiraba un ambiente más frío, que se tradujo como decepción.
- Sin embargo, Núñez Feijóo anunció que abriría una mesa de diálogo con el resto de partidos políticos para intentar formar mayoría.
“Nuestra obligación ahora es que no se abra un periodo de incertidumbre en España. Los ciudadanos nos han dado la confianza y también han dicho a todos los partidos del arco parlamentario que dialoguemos. Mi responsabilidad es abrir ese espacio para intentar gobernar nuestro país de acuerdo con los resultados electorales. Me hago cargo de iniciar el diálogo para formar gobierno de acuerdo con la voluntad de los españoles expresada en las urnas este domingo”.
Agregó: “espero que nadie tenga la tentación de volver a bloquear a España. Es una aspiración legítima e imprescindible. La anomalía de que en el país no pudiese gobernar el partido más votado sólo tiene como posibilidad el bloqueo, que pone en peligro nuestro prestigio internacional y el futuro de las inversiones. Le pido al partido que ha perdido las elecciones, al PSOE expresamente, y al resto de las fuerzas, que no bloqueen el gobierno de España una vez más”.
Desde el País Vasco, el líder de EH-Bildu, Arnaldo Otegi, celebró el primer lugar de su formación en la región, por delante del históricamente hegemónico PNV, además confirmó: “nosotros vamos a cumplir nuestra palabra y vamos a evitar la formación de un gobierno reaccionario en España”.
Por qué ser el más votado no es decisivo
Al contrario de lo que sucede en la mayoría de países de América Latina, en España rige un sistema parlamentario.
En las elecciones generales no se elige directamente al presidente, sino que se elige al Parlamento, cuyos miembros serán los que votarán la formación de un Ejecutivo.
- Es en el Congreso de los Diputados donde se libra una batalla decisiva para obtener los apoyos necesarios para ser investido presidente del Gobierno.
- Tras las elecciones, según dicta la Constitución, el rey Felipe VI abrirá una ronda de contactos con los líderes de los grupos que han obtenido representación parlamentaria y propondrá un candidato a formar gobierno. Ese candidato deberá entonces buscar la confianza de la Cámara.
Se requiere el voto favorable de una mayoría absoluta de 176 de los 350 diputados para ser investido presidente del Gobierno en un primer intento, o una mayoría simple en un segundo intento, pero el reparto de escaños en el Congreso salido de las urnas hace difícil que Feijóo pueda alcanzar la presidencia en ninguno de los dos supuestos.
- El líder del PP dijo ante sus simpatizantes ya en la noche electoral que su deber como candidato del partido más votado es “abrir el diálogo” con todas las fuerzas parlamentarias para intentar formar un gobierno y pidió a sus rivales políticos “que no bloqueen el gobierno de España una vez más”, en alusión a lo ocurrido en 2016, cuando tuvieron que repetirse las elecciones después de que ningún partido obtuviera la mayoría requerida en el Congreso de los Diputados.
El PP podría sumar los 33 diputados de Vox a sus 136, pero necesita que otros grupos se abstengan y se enfrenta a la negativa que los grupos nacionalistas catalanes y vascos han adelantado ya a apoyar cualquier opción que incluya a Vox.
Los populares han basado su campaña en acusar a Sánchez de hacer concesiones inaceptables a los independentistas y la “izquierda radical” para aferrarse al poder y Feijóo tiene ahora el problema de que, salvo Vox y algún otro grupo minoritario, no cuenta con más aliados en el Parlamento.
Según le dijo el analista Daniel Bernabé a BBC Mundo, “a Feijóo se le pone ahora muy difícil”.
Para él, “estas elecciones han demostrado que hay unas fuerzas políticas tozudas y el bipartidismo que rigió en España durante 30 años cambió definitivamente”.
“Ahora hay un Parlamento muy variado, con fuerzas minoritarias y periféricas con las que hay que llegar a acuerdos, y ni el PP ni Feijóo están en disposición de hacerlo”.
Qué puede pasar ahora
Como ha hecho otras veces en su carrera, el presidente volvió a sobrevivir a una muerte política anunciada prematuramente. Sánchez adelantó las elecciones en un intento de frenar la pérdida de votos que se comenzó a percibir en las elecciones locales y regionales del pasado mayo, y su apuesta parece haber dado resultado.
- El objetivo es para él reeditar el llamado “bloque de la investidura”, la heterogénea relación de grupos de izquierda y nacionalistas que facilitaron su investidura en 2020. Pero tampoco eso parece tarea fácil.
- El actual presidente puede dar por sentado el apoyo de la coalición de izquierdas Sumar. De hecho, su líder, Yolanda Díaz, ha sido la vicepresidenta en el gobierno de coalición que presidió Sánchez en la última legislatura.
También parece factible el apoyo, o al menos la abstención, de los nacionalistas vascos de EH BIldu y el PNV.
Más difícil será convencer a los independentistas catalanes de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y JuntsxCatalunya.
ERC ha sido uno de los principales soportes del gobierno de Sánchez, que indultó a sus líderes encarcelados por su papel en el referéndum ilegal para la independencia de Cataluña de 2017, pero el partido mantiene su aspiración de que un día pueda celebrarse un referéndum legal acordado con el gobierno español.
Sánchez lo ha descartado por inconstitucional y, si ERC insiste en esa demanda, las negociaciones podrían encallar, abocando a España a tener que repetir las elecciones.
- El analista Bernabé, no obstante, señala que “ERC puede decirle que no a Sánchez y encastillarse en un camino soberanista que nadie sabe adónde conduce y eso puede tener el precio de una repetición electoral, pero iba a tener difícil explicarles eso a sus votantes”.
Junts per Catalunya ya advirtió de que pondrá un “precio alto” a la investidura de Sánchez y podría poner sobre la mesa de negociación la situación de su líder, Carles Puigdemont, expresidente del gobierno autonómico de Cataluña huido a Bélgica y al que la justicia española reclama también por su papel en el intento de secesión de 2017.
Todos los caminos parecen difíciles dado el panorama actual de la política española, pero el de Núñez Feijóo y su Partido Popular se antoja el más difícil de todos./CONGRESO-PUNTOporPUNTO