Oleada de ASESINATOS en MÉXICO; CRUELDAD CRIMINAL se recrudece en el CENTRO- NORTE de la REPÚBLICA

Los carteles saben que el impacto de un ataque contra la población es mucho mayor y lo aprovechan para crear un auténtico escenario de caos y descontrol en ocasiones en que, como la semana pasada, se sienten amenazados por un operativo contra sus líderes.

Las agencias de seguridad del Gobierno de México incrementaron el número de agentes en el municipio mexicano de Caborca, entre el estado de Sonora (México) y Arizona (Estados Unidos), debido a una ola de violencia desatada en la región tras la captura del líder de un grupo delincuencial llamado «La Chapiza».

  • Desde el pasado fin de semana, en los municipios de Caborca y Pitiquito ocurrieron diversos enfrentamientos armados entre grupos rivales de la delincuencia organizada, así como la incursión de grupo de vehículos de sicarios, fuertemente armados, que dejaron como saldo, preliminar oficial, al menos tres muertos, cuatro heridos, y según un colectivo de madres rastreadoras, más de 15 personas desaparecidas.
  • El martes 27 de junio, la Mesa de Seguridad en el estado de Sonora, noroeste del país, confirmó la captura de Jesús Aurelio Ibarra Ramiro, alias «Comandante Aurelio», uno de los objetivos prioritarios de captura por ser generador de violencia en la región y quien fue identificado como jefe de la plaza para «Los chapitos» del Cártel de Sinaloa en el Alto Golfo de California.

Delincuentes se disputan zona fronteriza

En la región fronteriza de Sonora y Baja California, la célula criminal de ‘La Chapiza’ se disputa con ‘Los rusos’ del Mayo Zambada y el Cártel de Caborca de la familia Quintero, la plaza por donde además se trasiega drogas, armas y migrantes indocumentados.

  • Desde que ocurrió la captura del Ibarra Ramiro, en Caborca las células criminales desataron la violencia, entre la noche del sábado y la madrugada del domingo, ocurrieron diversos enfrentamientos que dejaron a tres muertos y cuatro heridos.
  • El domingo y el lunes el Ejército Mexicano, la Guardia Nacional y la Policía Estatal llevaron a cabo operativos, sin embargo, los grupos criminales difundieron a través de redes sociales, videos de vehículos artillados en los que patrullaban las calles de Caborca, impunemente.

El colectivo de búsqueda de personas desaparecidas, Rastreadoras de Caborca ha reportado la desaparición de al menos 15 personas durante lo que va de la semana, destacando la desaparición de Fátima del Rosario Martínez, una joven que fue sacada con violencia por hombres armados de su casa el lunes 3 de julio, cuando supuestamente la región estaba blindada por la fuerzas de seguridad estatales y federales.

Más agentes de la Guardia Nacional

Ante el recrudecimiento de la violencia en la región, este miércoles las autoridades del Gobierno de Sonora anunciaron un incremento en el número de soldados y agentes de la Guardia Nacional en la zona de conflicto.

  • «Agentes de los tres niveles de Gobierno incrementan el estado de fuerza en la región de Caborca, con el fin de fortalecer la estrategia de seguridad en la zona y salvaguardar la integridad y seguridad de los habitantes en la comunidad; los operativos especiales se mantendrán en Caborca, para mantener restablecida la paz en la región», informó la Mesa de Seguridad.

La violencia es la causa principal de desplazamiento interno en México

La violencia es la causa principal por la que las personas se desplazan dentro de México, principalmente hacia el norte, según un informe presentado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

  • Las personas desplazadas internas (PDIs) representan el principal perfil identificado en albergues de 12 ciudades de la frontera norte de México. De ellos, 91 por ciento reportaron haber tenido que abandonar sus hogares debido a un contexto de violencia generalizada en sus comunidades de origen.
  • El estudio, que buscó conocer las principales características, necesidades e intenciones a futuro de la población mexicana en distintos contextos migratorios -albergues de 12 ciudades en seis estados de la frontera norte de México-, revela que las motivaciones para dejar su hogar fueron agresiones contra la persona, familia o amigos, y la presencia de delincuencia organizada.

Los principales estados de origen fueron Michoacán, Guerrero y Chiapas, que representan el 84 por ciento de las personas desplazadas internas.

“La composición de personas mexicanas en contexto de movilidad en albergues también incluye a personas que migraron por razones económicas, por reunificación familiar o por motivos de salud, y también a personas retornadas ya sea por haber sido devueltas por autoridades migratorias de Estados Unidos o por razones de reunificación familiar”, agrega un comunicado de la OIM.

  • Por otra parte, de la población desplazada, el 30 por ciento son hombres y 70 por ciento mujeres. La mayoría de las personas encuestadas están en edades comprendidas entre los 25 y 44 años. El 94 por ciento de las mujeres encuestadas son desplazadas internas.
  • De ellas, la mayoría querían llegar a Estados Unidos por cuestiones de seguridad (66 por ciento), en busca de nuevas oportunidades laborales (17 por ciento), y por tener allí redes de apoyo (13 por ciento).
  • Asimismo, el 21 por ciento de los entrevistados dijeron tener un familiar desaparecido y, de ellos, la mitad no reportaron la desaparición ante las autoridades. De los que no lo hicieron, el 75 por ciento dijo que se debió al miedo a reportar la desaparición.

El comunicado indica que las entrevistas se realizaron en albergues de la sociedad civil (79 por ciento) y en espacios donde autoridades mexicanas de distintos niveles de gobierno brindan atención a personas en situaciones de movilidad (21 por ciento).

  • Las ciudades incluidas en la investigación fueron Mexicali y Tijuana (Baja California), Ciudad Juárez (Chihuahua), Nogales y Sonoyta (Sonora), Matamoros, Nuevo Laredo y Reynosa (Tamaulipas), Monterrey (Nuevo León), Saltillo, Piedras Negras y Ciudad Acuña (Coahuila).
  • La investigación “Desplazamiento interno, migración y retorno en la frontera norte de México. Una perspectiva desde doce ciudades” se realizó entre octubre y diciembre de 2022 y se basó en 638 entrevistas donde OIM recabó información de un total de mil 780 personas.

Civiles como blanco del narco

En 2008, ocho personas murieron tras la detonación de dos granadas en pleno centro de Morelia durante la celebración del Día de la Independencia. El año pasado, el crimen organizado asesinó a sangre fría a 14 civiles en Reynosa, también en la frontera norte.

«Ya hubo eventos de este tipo en el pasado, pero lo que sí estamos viendo es un recrudecimiento de la violencia contra civiles. La semana pasada fue asesinado un niño, vimos cómo incendiaban negocios con gente dentro, quemaban camiones… es innegable que esa violencia se está agudizando», le dice a BBC Mundo Javier Oliva, especialista en seguridad.

  • Lo realmente inédito de los últimos ataques, coinciden analistas, es que tantos episodios violentos se registraran en tan poco tiempo y sembrando el terror en diferentes estados del país.
  • «Llama la atención la sincronía de los acontecimientos. No digo que estén relacionados, pero sí es una capacidad de organización llamativa la de estos grupos de delincuentes», añade el investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México.

El objetivo o motivos de los grupos criminales para llevar a cabo estos ataques a civiles no es uno solo.

  • «Las organizaciones criminales quieren sentirse fuertes y generan situaciones de violencia donde, a manera de publicidad, puedan estar mandando sus mensajes que aún son fuertes», aseguró el secretario de Defensa, Luis Cresencio Sandoval.
  • Los carteles saben que el impacto de un ataque contra la población es mucho mayor y lo aprovechan para crear un auténtico escenario de caos y descontrol en ocasiones en que, como la semana pasada, se sienten amenazados por un operativo contra sus líderes.
  • Lo mismo ocurrió en 2019 durante el conocido «Culiacanazo» por la captura del hijo de quien fuera líder del cartel de Sinaloa, Joaquín «el Chapo» Guzmán, y su posterior liberación ante los extremos niveles de violencia desatados en el municipio.

«Quieren lanzar un mensaje triple: a las autoridades de ‘a mí no me tocas, y si lo haces reaccionaré fuerte como para inhibir tu acción’; a otras organizaciones rivales y a la población para decirles que ‘aquí somos el único poder que controla la ciudad'», explica Guillermo Valdés Castellanos, exdirector del desaparecido Centro de Investigación y Seguridad Nacional de México (CISEN) que dio lugar al actual Centro Nacional de Inteligencia.

A la práctica de sembrar este caos en territorios dominados por grupos rivales se la conoce en el argot del narco como «calentar la plaza». El objetivo es atraer la atención de las autoridades para que manden más efectivos y entorpezcan así las actividades criminales de sus enemigos.

  • «La justificación del crimen organizado hacia la sociedad para este tipo de actos es decir que si les dejan en paz, ellos no hacen nada. Pero que si el gobierno reacciona contra ellos, entonces todos sufrimos», dice Alberto Islas, experto en seguridad.

«Es su manera de hacerse las víctimas y de decir que si el Estado les deja trabajar, todo estará tranquilo. Cuando vemos realmente que la población de lugares donde hay crimen organizado sufre a diario extorsiones, pagan piso, trata de mujeres… La ‘normalidad’ para ellos es tener a ciudadanos como rehenes», agrega.

Resultados del «abrazos, no balazos»

Según el gobierno mexicano, si los grupos criminales quisieron mostrarse fuertes con estos últimos ataques fue debido a su supuesto «debilitamiento» logrado por la estrategia de seguridad que López Obrador popularizó bajo el polémico lema de ‘abrazos, no balazos’.

  • Esta táctica, con la que el actual mandatario pretende poner distancia de la conocida «guerra contra el narco» del expresidente Felipe Calderón, prioriza sobre la acción punitiva el mejorar las condiciones de vida de la población como forma de evitar que se integren en las filas del narco.

«Eso lleva trabajo. No es nada más el tener los elementos suficientes, las leyes severas, las amenazas de mano dura, ‘no me va a temblar la mano’, no. Es, aunque no les guste, abrazos, no balazos. Es más inteligencia que fuerza», ha insistido el presidente.

¿Cambio de estrategia del gobierno?

Algunos analistas expresaron también sus dudas ante si estos eventos pudieran ser la reacción del crimen organizado a un hipotético cambio en la estrategia de seguridad del Ejecutivo.

Este supuesto endurecimiento -no declarado oficialmente- podría ser una reacción a anuncios recientes como el plan para que la Guardia Nacional -creada en 2019 bajo un mando civil para garantizar la seguridad ciudadana- pase a formar parte de la Secretaría de Defensa, o la detención del narcotraficante Rafael Caro Quintero, uno de los hombres más buscados por Estados Unidos.

  • Pero el propio gobierno negó esta posibilidad de viraje en sus políticas. «La estrategia federal está dando resultados y cuando algo está dando resultados, no tiene por qué cambiarse», dijo el secretario de Gobernación, Adán Augusto López.
  • El analista Islas coincide. «La respuesta del crimen organizado la semana pasada fue dura porque había un operativo contra un objetivo concreto, como ya ocurrió otras veces. Eso no es un cambio de tendencia de política pública».
  • En su opinión, la «inexistencia de políticas públicas reales» para desmantelar el crimen organizado es visible en la poca capacidad de reacción de las policías locales ante los últimos sucesos.

O como cuando la propia alcaldesa de Tijuana lanzó un mensaje al crimen organizado la semana pasada para «que cobren las facturas a quienes no les pagaron lo que les deben, no a las familias». «Es un llamado de desesperación, cuando ella tenía que estar tomando las acciones para que esto no suceda», dice Islas.

«La lógica de estas organizaciones que quieren más territorio es aterrorizar a la población y matar inocentes si es necesario. Lo que no es lógico es que el gobierno no sepa cómo reaccionar y evitarlo», cuestiona Valdés Castellano.

  • Para el experto, el caos visto en México la semana pasada con la población civil como víctima «es síntoma de la permisividad generada por la política de seguridad del gobierno y demuestra que las organizaciones criminales se sienten cómodas y poco presionadas ante una reacción nula o muy tardía de las autoridades».

«Ojalá no sea así, pero las condiciones están dadas para que sigan sometiendo a la población civil», concluye./PUNTOporPUNTO

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