El trabajo subordinado se fortaleció en el primer trimestre del año al sumar 358,992 nuevas plazas. Por posición en la ocupación, éste fue el renglón con mayor crecimiento; sin embargo, la calidad del empleo retrocedió al aumentar el número empleados sin contrato por escrito y acceso a la seguridad social.
- De acuerdo con los datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), durante el primer trimestre del año, al interior de la población de trabajadores subordinados se observó un aumento de 473,000 personas que laboran para un empleador pero que no cuentan con acceso a instituciones de salud. En términos nominales, éste es el mayor aumento en este renglón en los últimos dos años.
No obstante, el deterioro más visible en la calidad del empleo se observó entre quienes cuentan o no con un contrato por escrito. A los trabajadores subordinados sin esta garantía laboral se sumaron 944,929 personas, según las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Este comportamiento en el comparativo trimestral contrasta al considerar que hubo un crecimiento en los trabajadores subordinados que cuentan con prestaciones, pues en este renglón se reportó un incremento de 486,000 plazas.
- En la formalidad también puede haber informalidad, en el mercado laboral se pueden encontrar personas trabajadoras con una cobertura parcial de derechos laborales, como el acceso a la seguridad social, subraya Ana Bertha Gutiérrez, coordinadora de Comercio Exterior y Mercado Laboral del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
«No es inusual ver un empleo que si bien no está registrado ante el IMSS, tiene ciertas prestaciones como aguinaldo o vacaciones y por eso podemos ver un fenómeno como el hecho de que crezca la población con prestaciones y no la población con seguridad social. Es el tema de las diferencias entre la formalidad y la informalidad», expone.
Los empleos asalariados sin acceso a instituciones de salud y sin contratos por escrito quedan fuera de la definición de trabajo decente de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), considerados como cualquier “empleo productivo que genere un ingreso justo, la seguridad en el lugar de trabajo y la protección social para todos, mejores perspectivas de desarrollo personal e integración social, libertad para que los individuos expresen sus opiniones, se organicen y participen en las decisiones que afectan sus vidas, y la igualdad de oportunidades y trato para todos, mujeres y hombres”.
Margen de mejora para el mercado laboral
Para Brenda Flores, analista de la organización México ¿Cómo vamos?, aún persisten los problemas estructurales en el mercado de trabajo, como la informalidad y la baja participación femenina, lo que demuestra la necesidad de políticas públicas focalizadas en estas áreas para revertir las condiciones poco favorables.
“No estamos viendo estrategias lo suficientemente enfocadas para realmente atacar esos problemas. Estos números generales positivos (de la ENOE) vienen por factores externos, como el incremento de la inversión por el nearshoring, pero no se observan esfuerzos estratégicos para incrementarlos”.
- Además de esto, señala la especialista, hay que tomar en cuenta el déficit que tiene el mercado por el rezago en los puestos de trabajo adicionales que no se crearon en los últimos años para incorporar a las nuevas generaciones.
“Tenemos que considerar todo lo que dejamos de generar, no sólo es recuperar los niveles que teníamos antes, sino que fueron tres años en los que no estuvimos generando todo esto. El arranque de año es positivo para el empleo, nos gustaría ver que se mantenga ese ritmo”.
Otro de los puntos en los que hay que poner atención, agrega Ana Gutiérrez, es en el crecimiento de la población no económicamente activa. «Es algo que se puede aprovechar desde el punto de vista de la holgura del mercado laboral, ya que habría más disponibilidad de mano de obra para las empresas que quieran iniciar actividades en México».
Pobreza laboral, con reducción de 0.8%
Apoyada por las buenas cifras de la ocupación y el empleo, en el primer trimestre del año la pobreza laboral tuvo una nueva reducción y pasó de 38.5 a 37.7% respecto al cierre del 2022, el mejor nivel después del impacto de la pandemia, según informó ayer el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
“Ciertamente es optimista” este resultado, pero la inflación siguió siendo un factor que condicionó la mejora, señala en entrevista José Nabor Cruz Marcelo, secretario ejecutivo del Coneval.
- El incremento de los precios de la canasta básica, explica, impidió que la pobreza laboral bajara a cerca del 36.6%, el nivel prepandémico y el más bajo desde que Coneval comenzó a reportar el Índice de la Tendencia Laboral de la Pobreza (ITLP).
- Pero la fuerza del incremento del salario mínimo resistió “el aumento anual promedio del valor monetario de las Líneas de Pobreza por Ingresos, que en este trimestre fue de 10.2% y 10.4% en el ámbito rural y urbano, respectivamente, aun superior a la inflación general anual de 7.5%”, detalla el funcionario.
- Por lo tanto, la reducción de 0.8 puntos porcentuales entre finales de diciembre de 2022 y finales marzo 2023 es un dato alentador. Sobre todo, al recordar que debido a la emergencia sanitaria por la Covid-19 en el país, este indicador llegó a un máximo histórico de 46% de la población en el tercer trimestre del 2020.
Sin embargo, la proporción de 37.7% de la población en pobreza laboral se traduce en que más de 48.6 millones de personas viven con ingresos provenientes del trabajo tan bajos que no les alcanza para comprar una canasta básica.
En tanto, en el comparativo anual, la pobreza laboral se redujo de 38.8 a 37.7 por ciento. A decir del Coneval, esto se debe a que en el periodo reportado 2.4 millones personas se sumaron a la población ocupada. De ellas, aproximadamente 1.2 millones lograron ingresar al sector formal, con mejores condiciones y percepciones.
Por su parte, el ingreso laboral real por persona creció 7.3% en términos anuales, al pasar de 2,850 a 3,058 pesos. Si de este universo separamos a la población que trabaja en situación de formalidad, se observa que en el primer trimestre del año su ingreso mensual fue de 9,553 pesos, “el doble de la población ocupada en trabajos informales”: 4,790 pesos al mes.
No obstante los bajos ingresos de las personas en la informalidad, éste fue el grupo que tuvo un mayor incremento en sus salarios, con un avance de 6% respecto de lo observado en el cuarto trimestre de 2022. El ingreso laboral real mensual de la población ocupada formal tuvo un aumento de 5.2 por ciento.
- A nivel de las entidades federativas, los resultados son disparares y sólo en 19 de los 32 casos se logró una reducción de este indicador respecto de lo reportado en el primer trimestre de 2022. Hidalgo fue el estado con la mayor disminución, con 11.6 puntos porcentuales, le sigue la Ciudad de México con 6.2 y, en tercer lugar, Morelos con 4 puntos.
- En tanto, las tres entidades que presentaron el mayor aumento de la pobreza laboral en términos anuales fueron Campeche y Michoacán con un crecimiento de 3.8 puntos porcentuales en ambos casos, Nayarit, con uno de 3.6 puntos y Chiapas con 1.9 puntos más.
Una de las brechas que persisten es la de género y los datos del Coneval lo confirman. En el primer trimestre de 2023, el ingreso laboral real promedio de los trabajadores fue de 7,480 pesos mensuales. Mientras que el de las mujeres fue de 5,860 pesos al mes.
“Los datos anteriores muestran que la brecha en el ingreso laboral por sexo se mantuvo: el ingreso laboral de los hombres es 1.3 veces el de las mujeres”, señaló el organismo.
Inflación vs salarios, ¿quién gana?
Pero si la inflación fue el obstáculo para una mayor disminución en la pobreza laboral en el primer trimestre del año, el mismo factor da señales de una mejora futura. Coneval no tiene “propiamente un pronóstico oficial, hablo a título personal”, aclara Nabor Cruz antes de continuar, “pero sí hay factores que permiten aspirar a regresar a este nivel de 36%” de antes de la pandemia.
El optimismo, agrega, viene de una cierta estabilidad de la inflación en los últimos meses. En la primera quincena de mayo este indicador se colocó en 6% ,“yo esperaría que en esta segunda quincena la tasa de la canasta alimentaria continúe siendo de un solo dígito y que ya abandonemos la posibilidad de una tasa máxima de dos dígitos”.
Sin duda, el “buen comportamiento del mercado laboral” es otra de las variables positivas en este momento y para los siguientes meses, comenta el funcionario.
- Pero volviendo al análisis del presente, la reducción trimestral de 0.8 puntos porcentuales en la pobreza laboral, puntualiza, tiene que ver con “el impulso que tenemos cada primer trimestre gracias al incremento del salario mínimo y este caso no fue la excepción”.
El incremento anual fue de 20%, pues pasó de 172 a 207 pesos diarios en la mayor parte del país. “Y el incremento laboral real per cápita anualizado al que estamos apostando es de 7.3%”, descontando el tema inflacionario.
“Me parece que el primer factor de apoyo fue la política de incremento de salario mínimo. Es un elemento que se puede observar mucho más en los empleos formales”.
Pobreza laboral en ciudades no cede por la inflación
En las zonas urbanas el precio de los alimentos suele ser mayor, pues su disponibilidad depende de una serie de intermediarios y esto pudo haber causado que, a pesar de que se reactivó el mercado laboral, no haya bastado para reducir los niveles de pobreza, estimó Rodolfo de la Torre, director de Movilidad Social del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY).
“Por el lado de los ingresos, a pesar de que en las áreas urbanas hubo un incremento en el empleo, no ha sido de muy buena calidad, ya que se ha concentrado en los estratos de más bajos niveles salariales, y ha sido un ingreso que proviene del sector informal. Esto ha sido una limitante para que se alcancen mejores niveles de vida”, explicó.
- Si bien la pobreza rural es más profunda, la urbana es más extendida, abarcando un mayor conjunto de la población, y eso hace que, aunque no sea tan aguda, al no haber progreso se generan frustraciones y tensiones sociales de consideración, agregó De la Torre.
- De 2018 a 2020 aumentó la pobreza laboral en localidades urbanas, por lo que habría que valorar el alcance de la política social, si es que está permeando suficientemente en este tipo de áreas, dijo Axel González, investigador del colectivo México, ¿cómo vamos?
Destacó que la política social de este gobierno es menos progresiva, lo que quiere decir que antes las transferencias gubernamentales se concentraban en la población con menores ingresos, pero los datos de 2020 arrojan que ese grupo está recibiendo un menor porcentaje de recursos, y a la par se cubre a grupos de la población con ingresos más altos.
Sobre los resultados en áreas rurales, Nabor Cruz comentó que varios factores ayudaron a que la pobreza laboral siguiera descendiendo al inicio de 2023.
“La favorable dinámica de los ingresos laborales pudo compensar las presiones en el alza de la canasta alimentaria, sobre todo en algunas entidades como Guerrero y Oaxaca, donde los ingresos crecieron 12.6% y 10.4%, dado que tienen mayoritariamente una condición rural, y eso benefició para que en el agregado nacional tuviera esa reducción por abajo de 50% de la pobreza laboral en las áreas rurales del país”, destacó.
- Tener mínimos históricos en este tipo de indicadores es una buena noticia, pero en términos comparativos con las áreas urbanas, sigue siendo un resultado muy alto en términos poblacionales, donde una de cada dos personas en el campo se encuentra en pobreza, dijo González, de México, ¿cómo vamos?
Lo que llama más la atención es que la reducción de la pobreza laboral no fue más pronunciada en términos generales, porque todavía está por encima del nivel del primer trimestre de 2020, de 36.6%, cuando se alcanzó el mínimo antes de la pandemia, advirtió De la Torre.
“Ya hemos tardado al menos tres años por arriba de ese nivel de pobreza, y parece que tendremos que esperar otro trimestre más”, subrayó.
Más de 900 mil se suman a la subocupación en sólo un mes
La subocupación laboral, la cual considera a las personas con empleo pero que tienen la necesidad y disponibilidad para ofrecer más horas de trabajo de las que actualmente registran, repuntó en abril, pese a que el desempleo se mantiene por debajo de 3 por ciento.
Durante el cuarto mes del año, la subocupación aumentó de 6.82 a 8.40 por ciento de la población ocupada (con empleo), el nivel más elevado desde junio del 2022. Lo anterior implica que, actualmente, 4.95 millones de personas están en ese rubro, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Un mes antes había 4.03 millones, lo que implica un alza de 920 mil individuos en un mes.
En los hombres, esta tasa se incrementó de 6.93 a 8.70 por ciento de los ocupados. En las mujeres subió de 6.68 a 7.90 por ciento. Ello implica que, en el caso de ellos, la cifra creció de 2.42 a 3.05 millones, mientras que, en ellas, de 1.61 a 1.90 millones.
“La tasa de subocupación refleja la falta de oportunidades laborales suficientemente remuneradas y la presencia de trabajos precarios”, señaló Gabriela Siller, economista en jefe de Banco Base.
A pesar de que los resultados están en los niveles observados previos a la pandemia de Covid-19, aún está muy por encima del mínimo de 5.4 por ciento que registró en el 2006.
El Inegi detalló que de los 4.95 millones de personas que aseguran estar subocupadas, sólo 397 mil 219, es decir, sólo 8 por ciento, buscan el trabajo adicional que requieren, mientras que el resto, no lo hacen.
Esto se debe, en muchos casos, a que consideran que no encontrarán el empleo que requieren para sumar más ingresos y solventar sus gastos, de acuerdo con la especialista.
Andrea trabaja en una tienda de ropa. Al día labora seis horas, porque decidió no tomar hora de comida. Su horario es de 9:00 a 15:00 horas. Asegura que podría tener otro empleo de medio tiempo por las tardes, porque lo que gana no le alcanza. Ella ha buscado algunas opciones, pero, por el horario, no ha encontrado una opción que le acomode.
“Otra alternativa es encontrar otro trabajo de tiempo completo para ganar más, pero tampoco he encontrado”, asegura.
- Desempleo: En abril, la desocupación subió de 2.39 a 2.89 por ciento. No obstante, con cifras desestacionalizadas (eliminando el efecto calendario), el cambio fue marginal, pues la tasa pasó de 2.78 por ciento, su mínimo histórico, a 2.83 por ciento, lo que sugiere que los reportes de meses recientes han estado sujetos a “fuertes” efectos estacionales, señaló Marcos Arias, analista de Monex.
“De esta manera, el mercado laboral se sigue mostrando sólido a inicios del segundo trimestre, lo que suma a las señales de una economía resiliente y en la que el consumo jugará un papel protagónico”, expuso.
Grupo Financiero Banorte señaló que en abril se perdieron 112 mil 200 empleos, que es consistente con un patrón estacional usual, debido a las distorsiones derivadas de Semana Santa.
Coincidió que cuando la cifra se ve de forma desestacionalizada, el desempleo se mantiene en “un nivel todavía muy bajo”.
“El mercado laboral, probablemente, mantendrá fortaleza en el corto plazo, aunque con riesgos hacia finales del año”, dijo Juan Carlos Alderete, especialista de Banorte.
- Quieren más tiempo libre: La falta de condiciones de trabajo equilibradas ocasiona que 31 por ciento por ciento de los trabajadores actuales considere la posibilidad de aceptar otro puesto si ofrece una mejor combinación de horas laborales y estilo de vida, detectó el reporte The New Human Age de ManpowerGroup.
De acuerdo con los resultados, las personas de todas las edades y géneros buscan empleadores que reconozcan y apoyen activamente un equilibrio más saludable entre el trabajo y la vida personal, ya que 48 por ciento dice que laboran en exceso al menos una semana de manera regular.
El estudio encontró que 87 por ciento de los empleados no quiere trabajar desde la oficina a tiempo completo. De ellos, 42 por ciento prefiere un modelo híbrido.
Los empleados quieren más opciones sobre cuándo, dónde y cómo hacer su trabajo, sin que ela actividad desde casa se convierta en trabajo sin fin.
Además, valoran cosas como la realización personal, el aprendizaje y el crecimiento por encima del simple avance profesional, subrayó ManpowerGroup.
Disminuyen los empleos con mejores salarios
Las plazas de trabajo que ofrecen los salarios más altos en el país se redujeron 10.1 por ciento en abril, respecto del mes anterior, de acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE). La Encuesta que realiza el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) indica que los empleos que perciben más de cinco salarios mínimos, es decir, por arriba de 31 mil 116 pesos mensuales, el nivel más alto de la clasificación, tuvieron una reducción de 68 mil 932 plazas respecto al mes anterior.
- Gabriel Pérez del Peral, profesor de la Escuela de Gobierno y Economía de la Universidad Panamericana comentó que esta caída refleja una precarización de la remuneración del país y ello se debe en gran medida a la falta de inversiones en aspectos como la innovación y desarrollo.
“Estamos viendo que no se están generando inversiones productivas en el país y al no existir estas inversiones, lo que podemos ver es que hay una precarización en la masa salarial del país”, expuso Pérez.
Mencionó que por otro lado, la gente que pertenece al grupo de personas que recibe más de dos salarios mínimos está creciendo, “al no impulsar la investigación ni el desarrollo, lo cual es elemental para la productividad, se pierde competitividad”.
- Además, retrocedieron 3.4 por ciento los empleos con un sueldo de entre seis mil 223 pesos y 12 mil 446.4 pesos mensuales, esto es los que van de uno a dos salarios mínimos, según la ENOE.
Por otra parte, los ocupados que mejor dinamismo mostraron en el comparativo mensual fueron los que tienen un sueldo de entre tres y cinco salarios mínimos, es decir, de 18 mil 669.6 pesos y 31 mil 116 pesos mensuales, con un avance de 1.3 por ciento, lo que implicó un aumento de 24 mil 493 personas ocupadas.
El otro grupo que reportó un avance, aunque más marginal, fue el de los empleos con una remuneración de dos y tres salarios mínimos, es decir, entre 18 mil 669.6 pesos mensuales, con un crecimiento de 0.4 por ciento en comparación con lo reportado el mes pasado.
Y por último, las personas ocupadas que perciben 6 mil 223.2 pesos mensuales, hasta un salario mínimo, registró un incremento de 0.3 por ciento mensual o 53 mil 317 ocupados mensual.
Los salarios promedio por hora se ubicaron en 54.36 pesos, lo que implica un avance de 8.8 por ciento a tasa anual.
- Sin percibir ingresos: En abril, las personas que no reciben ingresos, tanto los trabajadores dependientes no remunerados como los trabajadores por cuenta propia dedicados a actividades agrícolas de subsistencia, aumentaron 13.8 por ciento mensual a 3.3 millones.
Gabriela Siller, directora de análisis económico y financiero de Banco Base, dijo que los resultados no son buenos, “pues muestra que más de la mitad de los trabajadores se encuentra en una situación de vulnerabilidad porque su relación laboral no es reconocida por su patrón o trabaja en el sector informal, algo que suele ir de la mano de salarios injustos y carencia de protección social”.
“Seguimos pensando que esta dinámica está apoyada por el ‘efecto faro’ asociado al incremento del salario mínimo en un contexto de estrechez en las condiciones laborales”, comentaron analistas de Banorte.
Agregaron que el mercado laboral probablemente mantendrá una posición de fortaleza en los próximos meses, aunque los riesgos hacia el cierre del año persisten.
Restaurantes concentran empleo en jóvenes
El sector restaurantero representa una de las principales industrias de entrada para los jóvenes que buscan su primer empleo.
- De acuerdo con Inegi, este sector genera poco más de dos millones de empleos. Y según la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac), es la primera fuente de empleo para uno de cada cinco jóvenes en el país.
“La llegada de nuevas generaciones al mundo laboral, junto con los cambios en los hábitos de consumo de los últimos años, aceleraron la adopción de tecnología y digitalización en varios aspectos de la operación de los restaurantes”.
- Esto representa un gran desafío, debido al gran componente de negocios familiares y PyMes que hay en el sector, manifestó Alonso Alcocer, codirector de National Soft, empresa líder en el desarrollo y comercialización de software para este sector.
Mencionó que de acuerdo con el Inegi, 96 de cada 100 restaurantes son micro negocios que cuentan con máximo de 10 personas en su plantilla laboral; emplean a 71.1 por ciento del personal ocupado y generan 55.9 pesos de cada 100 pesos del valor de la industria restaurantera.
Los restaurantes emplean al 71.1 por ciento del personal ocupado y generan 55.9 pesos de cada 100 pesos del valor de la industria
Además, destacó como comparación las pequeñas empresas, que cuentan con 11 a 50 empleados, que representan 19 por ciento del total y las grandes organizaciones empresariales con 9.9 por ciento de personal ocupado, respectivamente.
Alcocer subrayó, que la digitalización representa la oportunidad de crecer en toda la industria restaurantera.
Mantenerse en la preferencia de sus clientes y atraer a las nuevas generaciones que prefieren el uso de plataformas de entrega de alimentos.
- National Soft se colocó como uno de los proveedores de software para punto de venta (PDV) más importantes y especializados para el sector restaurantero.
- Se refirió al producto estrella Soft Restaurant, que ofrece variedad de soluciones integrales que van desde el control de inventarios, monitores de producción, reservaciones, facturación electrónica hasta aplicaciones móviles y de integración a plataformas como Uber Eats y Rappi.
Y Santiago Estévez, codirector de la empresa, comentó que “hoy miles de clientes eligen a National Soft por ser una propuesta de valor que se centra en la innovación y nuevas tecnologías que simplifican la operación de restaurantes: desde administración y operación hasta impacto en el capital humano”.
Respecto al proceso de capacitación para este tipo de herramientas, señaló que refleja el compromiso con los empleados y genera un sentimiento de validación y apreciación por parte del empleador.
“Este punto se refleja en datos compartidos por la misma industria restaurantera que señalan que el 63% de los empleados se siente más conectado a su trabajo cuando tienen acceso a capacitación digital”, dijo Estévez./Agencias-PUNTOporPUNTO